La frecuencia de los fallecimientos por covid-19 se aceleró los últimos días en el país, con registros de hasta dos decesos en lapsos de 24 horas, como sucedió el domingo 5 de julio, cuando murieron dos hombres, de 43 y 81 años.
El número acumulado de casos también subió: 2,5 veces más enfermos registrados entre el 19 de junio, cuando Salud reportó 2.058, y el 6 de julio, con un reporte de 5.241.
Los últimos diez días sumaron 11 muertes; una más que las registradas durante los primeros tres meses de la emergencia nacional por covid-19, pues en marzo hubo dos fallecimientos; en abril, cuatro; y en mayo, otros cuatro más.
La frecuencia en la mortalidad se incrementó a partir del 27 de junio.
Esto coincide con un aumento en el número de enfermos registrado justo una semana después de la celebración del Día del Padre y de que trascendieran varias fiestas no autorizadas en diferentes partes del país.
Al mismo tiempo, coincide con la intensificación de operativos masivos para la toma de muestras en el área metropolitana, donde no solo se han identificado enfermos, sino casos asintomáticos (personas infectadas que no desarrollan síntomas).
Solo en Pavas, se tomaron muestras a 1.201 personas. De ahí han salido, hasta el momento, 450 enfermos positivos que permanecen aislados en sus casas.
También se han realizado muestreos masivos en la zona norte del país, y durante esta semana se pretende tomar aspirados nasofaríngeos a 1.850 habitantes del cantón de Alajuelita, en 23 barrios.
A pesar de lo anterior, Costa Rica aún ostenta la tasa de mortalidad más baja de Iberoamérica, de tres muertes por cada 100.000 personas adultas mayores, según el conteo que lleva el Centro Centroamericano de Población (CCP), de la Universidad de Costa Rica. Un mes atrás, esa tasa era igual a 2.
Ese mismo centro, advierte que la tasa de reproducción del virus, conocida como tasa R, llegó a 1,95, lo cual quiere decir que cada enfermo infecta, en promedio, a dos personas más.
Dicho dato refleja un potencial de duplicación en el número total de enfermos cada siete días, una situación calificada de “muy grave” por los especialistas del CCP.
El epidemiólogo de la Universidad Nacional (UNA), Juan José Romero, considera que, al aumentar los casos, es también lógico esperar un aumento en la probabilidad de que se enferme más gente con factores de riesgo, como diabetes e hipertensión, condiciones que los hace más susceptibles de caer en un hospital, en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y hasta morir.
“Si vemos la estadística, en realidad no han habido cambios drásticos en el comportamiento de la enfermedad, excepto de un montón de irresponsables que no han acatado las medidas de Salud”, apuntó el especialista.
“Mucho se ha hablado a nivel mundial de que en la segunda ola pareciera que la severidad del virus ha aumentado. Sin embargo, no hay evidencia científica hasta el momento de que se trate de algún tipo de mutación y que esto le haya dado mayor severidad.
“De cualquier manera, el virus circulante en el país es el mismo que tenemos desde hace más de cien días”, agregó el epidemiólogo.
Romero, sin embargo, aclara que todavía no hay suficientes datos disponibles para realizar un análisis más exhaustivo que permita conocer la ruta exacta entre el contagio de la persona que falleció, su ingreso a un centro de salud, la transición al internamiento hospitalario en salud, y de ahí a la UCI y la muerte.
Causas a revisión
En Costa Rica, 1,6 millones de habitantes viven con alguno de los factores de riesgo que potencialmente podrían aumentar el riesgo de complicarse o morir si se infectan con SARS-CoV2, el nuevo coronavirus, informó el investigador y epidemiólogo de la CCSS, Roy Wong McClure.
“Los fallecidos hasta ahora son pacientes con comorbilidades asociadas muy importantes, tal y como se ha descrito en la literatura. Y esto no favorece para evitar la mortalidad. Ahí se debe hacer un llamado a que toda la población prevenga esas enfermedades”, advirtió Wong.
Según el epidemiólogo, el análisis sobre las causas de la mortalidad asociada a covid-19 ordenado por el Ministerio de Salud entrará a valorar varios factores; entre ellos, si al tener el virus más disponible desde el punto de vista de la transmisión comunitaria, las personas podrían estar siendo afectadas por una mayor carga viral.
Los otros factores a revisar incluyen verificar si las otras enfermedades de fondo de las personas fallecidas estaban bien compensadas (controladas) o no; si presentaban una o varias enfermedades de fondo y, por supuesto, si se presentó algún atraso en la atención, ya sea porque el paciente acudió tarde por ayuda médica o porque se retrasó el diagnóstico y su abordaje.
El análisis de la situación de la enfermedad en el país también debería contemplar, agregó el investigador de la CCSS, las razones por las cuales Costa Rica todavía registra tasas de hospitalización bajas, de alrededor de un 5%, con un 95% de todos los casos con un manejo ambulatorio (sin internamiento).
“Es una gran interrogante. ¿Es algo que estamos haciendo? ¿Es una detección oportuna? ¿Este seguimiento de acompañamiento que se realiza a los casos ambulatorios desde el Cendeisss? Este acompañamiento es crucial para evitar desenlaces fatales. Otros países reportan entre un 16% y 21% de hospitalización, pero nosotros estamos tres veces más abajo de eso. ¿Qué estamos haciendo?”, se pregunta Wong.
Para el especialista, otra cifra que debería preocupar es la de los casos activos, que también se han multiplicado varias veces desde el inicio de la emergencia nacional. Wong lo describe como “el crecimiento de casos a una alta velocidad”.
El 20 de mayo, el número de casos activos era de 305. Este 6 de julio, contabilizan 3.452, o sea, 11 veces más.
“Sí estamos haciendo algo mal porque nosotros, como bien lo ha dicho el Ministerio de Salud, tenemos que evitar el crecimiento acelerado de casos, y esto no lo estamos logrando. Podemos buscar la excusa que queramos. Es el comportamiento de una pandemia, con trasmisión importante, pero quisiéramos una más controlada y menos acelerada.
“El virus, por sus características naturales, va a buscar la manera de transmitirse. No lo vamos a poder evitar sin una vacuna o un proceso de inmunidad natural. Tener una curva modulada, que no sea acelerada, es lo que quisiéramos lograr. Pero con lo que estamos viendo, parece que no lo estamos logrando”, advirtió.
Fallecimientos más seguidos
El último sábado de junio, el Ministerio de Salud comunicó la muerte de dos mujeres, de 78 y 87 años, y la primera que se daba en el Centro Especializado en la Atención de Covid-19 (Ceaco).
Entre el domingo y el lunes pasado, Salud confirmó la muerte de cuatro personas más: dos varones de 43, y 81 años, vecinos de Alajuela y Guanacaste, respectivamente; una mujer de 92 años; y la de un hombre de 51 años, vecino de Cartago, que falleció el 2 de julio, pero cuyo análisis post mortem dio positivo por el coronavirus.
El ministro de Salud, Daniel Salas, en su reporte del 6 de julio, destacó la presencia de factores de riesgo en las 23 muertes y pidió a la población no acostumbrarse a esas cifras: “Detrás de cada una, hay familia. ¡Vean la cantidad de gente que está enfermando y muriendo! Mucho dependemos de la conducta de la población”.
De acuerdo con el análisis preliminar de Salud sobre estos decesos, en ocho de los 23 había dos factores de riesgos que, juntos, aumentaron la amenaza de muerte: hipertensión y diabetes. Además, seis de los fallecidos eran hipertensos.
Sobre las edades, informó Salas, cuatro tenían entre 24 y 45 años; cinco entre 45 y 65 años, y 13 entre 65 y 92. Un caso está en investigación, pues se trata del hombre que falleció en el Hospital San Juan de Dios, adonde fue trasladado desde una cuartería en la cual residía.
Un análisis más profundo sobre las características de estos fallecimientos, incluida la detección de eventuales atrasos para solicitar atención en salud o para realizar un diagnóstico oportuno, fue encargado por Salas a una comisión, similar a la que se creó en el 2009, con la pandemia por la gripe AH1N1.
Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), confirmó a La Nación que los números de las últimas dos semanas, tanto de fallecidos como de enfermos, revelan un crecimiento exponencial de la pandemia en el país.
Sin embargo, en el caso de los decesos, Ruiz aclaró que todavía es muy temprano para hacer una interpretación sobre las causas que subyacen en cada uno de ellos
“Son rangos de edades diferentes, con factores de riesgo diferentes. Eso dificulta, por ahora, el análisis. Sin embargo, sí hay algo que me preocupa: la edad. En hospitalización, nos están llegando más adultos jóvenes y adultos, no son adultos mayores.
“Pero si esta enfermedad se mueve y empieza a infectar a adultos mayores con factores de riesgo, podría hacer que la tasa hospitalaria (que ahora está entre un 5% y 6%) aumente muchísimo, y podría significar que los adultos mayores se compliquen más”, dijo Ruiz.