Los 76 hogares de ancianos de Costa Rica o centros de larga estancia donde están internados 2.400 adultos mayores, prohibieron las visitas de familiares, estudiantes, voluntarios y practicantes para evitar infecciones con covid-19.
Mientras tanto, casi todos los 56 centros diurnos que atienden a 1.500 mayores de 65 años, solicitaron a los adultos mayores quedarse en sus casas. Son los funcionarios los que les llevan comida, diarios, pañales y medicamentos a las casas con el fin de no exponerlos al nuevo coronavirus.
La población adulta mayor es una de las que enfrenta más riesgo de enfermar y morir por el nuevo coronavirus. De hecho, los dos únicos fallecidos por covid-19 en Costa Rica fueron hombres de 87 años, ambos vecinos de Alajuela, quienes tenían también padecimientos de fondo.
Enfermedades como la diabetes, hipertensión y demencias, los exponen a sufrir más complicaciones si los ataca covid-19. Además, por un asunto de edad, el sistema inmunológico (las defensas del organismo) se debilita gradualmente. Es lo que los especialistas llaman inmunosenescencia.
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La presidenta del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam), Teresita Aguilar, confirmó la preocupación pues están frente a un escenario inédito.
“Estamos tremendamente preocupados, como todos, pero con esa gran responsabilidad que tenemos con esta gente que está en hogares de larga estancia y los centros diurnos. Estamos tratando de llegar a todos, montando una plataforma para comunicarnos. Hemos iniciado conferencias virtuales para evacuar dudas y girar información”, explicó.
En Costa Rica, además de los 76 centros de larga estancia y 56 centros diurnos, funciona una red de cuido para la persona adulta mayor en la cual se atienden las necesidades de 15.000 beneficiarios. Además, otros 15 albergues ven por las necesidades de 1.000 adultos mayores en condición de abandono.
Hasta este jueves, 89 personas en Costa Rica estaban confirmadas con covid-19; una de ellas, falleció este 18 de marzo.
En el mundo, más de 242.000 personas han contraído el nuevo coronavirus, y más de 9.800 han fallecido, la mayor parte de ellas en Italia y en China, donde se originó la pandemia en diciembre del 2019.
Alistan cuartos de aislamiento
El Hogar de Ancianos Carlos María Ulloa, en Goicoechea, San José, que alberga a 215 personas entre los 60 y 105 años, prohibió totalmente el ingreso de visitantes desde el 12 de marzo hasta nuevo aviso, informó su administradora Sonia Valerín Arias.
“Pedimos mucho a Dios que el nuevo coronavirus no se extienda por todo el país. Hay que proteger a nuestros adultos mayores, pero todavía hay gente que toma esto como si fuera un vacilón”, comentó Valerín preocupada, sobre todo porque proveedores de insumos como mascarillas se aprovechan de la situación para multiplicar varias veces el precio de estos productos.
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“Antes, por 50 mascarillas pagábamos ¢5.000 y hoy andábamos indagando porque ya se nos están acabando, y las mismas 50 nos las venden entre ¢15.000 y ¢24.000. ¡Es una injusticia!”, denunció la funcionaria.
En el Carlos María Ulloa también están aislando a los adultos mayores que deban ir a citas en Ebáis o en hospitales de la Caja, solo de manera preventiva.
Adicionalmente, quienes trabajan recibieron la orden de cambiarse de ropa al entrar y dejarla luego a la salida para que la laven en la lavandería. “Esto incluye zapatos. La idea es que no haya transmisión de ningún tipo, porque los que salimos somos los colaboradores y la idea es no llevar ni traer la infección”, agregó Valerín.
Para aliviar la tensión que causa a los adultos mayores el alejamiento con sus familiares y amigos más cercanos, se autorizó las llamadas telefónicas, pero aplica solo en aquellos casos en que el interno tenga acceso y pueda utilizar un teléfono celular.
Distanciamiento social
El Hogar de Ancianos de Los Santos, en donde viven permanentemente 63 adultos mayores entre 65 años y 93 años, prohibió todas las visitas desde el 9 de marzo.
"Conforme ha ido avanzando esto se han implementado más: se desocupó la parte de terapia ocupacional para separar más las camas y dejar dos metros entre cada una. Tenemos cuartos que funcionarán para aislamiento de aquellos adultos mayores con problemas respiratorios.
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“Nuestro comedor es grande, pero aún así sacamos dos mesas del salón principal para que coman con más distancia entre ellos. A los funcionarios, les pedimos otra ropa, bañarse en las instalaciones y usar solo el mismo par de zapatos para trabajar y otro para la calle”, explicó la administradora del hogar, Raquel Valverde Araya.
Ese centro, está buscando la forma de trasladar a los funcionarios en una buseta para que no tengan que viajar en diferentes buses, esto con el fin de reducir la exposición a un eventual contagio.
“Si llegara el virus a la zona de Los Santos y llega al Hogar nosotros seríamos los únicos responsables. Hemos tratado de hacer conciencia entre los trabajadores para que asumamos con toda seriedad las medidas estrictas que estamos implementando”, agregó Valverde.
Este hogar, compró un celular que será dedicado exclusivamente a recibir videollamadas para los adultos mayores, porque sí, están con miedo y tristes porque ya nadie los visita.
Ayuda llega a casas
Los 150 adultos mayores que atiende el Centro Diurno El Tejar, en Cartago, empezaron a acudir en menor cantidad conforme las noticias sobre el nuevo coronavirus también avanzaban en magnitud en el país.
Su administrador, Eduardo Méndez, comentó que, al inicio, se decidió aplicar la llamada regla del 50% (disminuir la capacidad instalada a la mitad), pero aún así los adultos mayores ya no llegaban.
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“Por eso, ahora estamos dirigiendo estrategias a la comunidad con mucha educación, un centro diurno virtual, enviamos videos y materiales impresos para que hagan terapias en sus casas porque no queremos que salgan”, comentó.
“Esto es bien difícil. Se van a presentar dos picos, según la proyección y no hay que ser matemático ni estadístico. Hay que apelar mucho a que la gente mantenga las medidas de higiene y que se quede en casa”, manifestó Méndez.
Ruth Rivera, la administradora del Centro Diurno de la Asociación Cartaginesa de Atención a Ciudadanos de la Tercera Edad (Ascate), comentó que hasta el miércoles pasado todavía seguían atendiendo con normalidad, pero la población ha bajado sustancialmente.
De los 83 adultos mayores que usualmente llegan todos los días, el miércoles solo llegaron al centro 21.
“Nosotros estamos aplicando las directrices del Estado. Ya el día de hoy (miércoles), les indicamos que por seguridad y por lo que ha dicho el ministro de Salud se queden en su casa. Los estamos atendiendo ahí, vigilando desde el centro diurno y la Unidad de Alzheimer que tenemos.
"Les estamos dando alimentación, y a los 350 que tenemos de la red de cuido les estamos enviando alimentación y artículos de aseo personal, como cloro, toallas, para que estén en sus casas”, comentó Rivera.
También se les lleva medicamentos. A quienes viven solos, se les busca red de apoyo con vecinos y familiares.
Ascate es la única en Cartago que maneja la red de cuido y debe desplazar a su personal hasta sitios lejanos como Pacayas, Coto y Tierra Blanca.
“Por ahora, tenemos fondos. No sé qué pasará más adelante”, comentó Rivera.
Gerardo Zeledón administra el Albergue para Personas Adultas Mayores para Alcohólicos e Indigentes, en Tirrases de Curridabat.
Ahí tampoco entran las visitas para reducir el riesgo de contagio a sus 85 internos.
"Si viene alguno a visitar a un beneficiario y le trae algo, se le recibe, y hasta luego. Nosotros implementamos todo un protocolo para que, si por ejemplo, un beneficiario tiene que ir a una cita, que ya cancelamos las no urgentes, tiene que venir y lavarse bien las manos.
“Programamos, además, dos turnos de comida para que no se encuentren todos al mismo tiempo en el comedor, y constantemente las enfermeras están tomándoles la temperatura a los señores y revisando su estado general”, explicó Zeledón.