Las muertes antes, durante o después del parto siguieron su tendencia al alza en el 2021, cuando fallecieron 22 mujeres en Costa Rica: dos más que en el 2020 y 9 más que en el 2019. Un 40,9% de los fallecimientos (9 mujeres) estuvieron relacionados con complicaciones causadas por la covid-19.
De esas 22 muertes, 16 se produjeron en mujeres mayores de 30 años, y 12 estuvieron relacionadas con lo que se conoce como causas obstétricas indirectas; es decir, con enfermedades existentes o que aparecieron durante el embarazo.
Los otros diez decesos fueron por causas obstétricas directas: complicaciones del embarazo, trabajo de parto y puerperio, o como resultado de intervenciones, omisiones o tratamientos incorrectos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica de “inaceptable” que un país registre mortalidad materna pues la gran mayoría de las causas que hay detrás de cada fallecimiento son prevenibles con sistemas de salud capaces de captar a tiempo a las embarazadas.
Entre las causas más comunes que hacen que una madre muera antes, durante o después del parto están las hemorragias graves y las infecciones después del parto, hipertensión gestacional (preeclampsia y eclampsia), y abortos peligrosos, señala la OMS.
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El 2021 es el último año con un análisis completo de las estadísticas demográficas del país, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Uno de los indicadores más importantes que se revisan es la razón de mortalidad materna (RMM), que en el 2021 duplicó la del 2019 (2,02) al registrar 4,05 muertes maternas por cada 10.000 nacimientos.
La razón de mortalidad materna ha registrado un comportamiento oscilante en Costa Rica desde el siglo pasado, lo cual demuestra que el país aún adeuda el control efectivo de estas muertes, a pesar de los esfuerzos que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha anunciado en el trabajo de sus maternidades y en sus servicios de atención prenatal.
Desde el 2009, por ejemplo, la Caja emitió la Guía de atención integral a las mujeres, niños y niñas en el periodo prenatal, parto y posparto, que es de práctica obligatoria en todos sus hospitales.
En el 2021, la CCSS reconoció que la pandemia por la covid-19 estaba entre los factores que podrían explicar el aumento en un 70% de estas muertes durante ese año.
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Lo atribuyó al ajuste de los servicios para dar prioridad a la atención de la covid-19, y a que muchas embarazadas se quedaron en casa y dejaron de asistir al control prenatal, que es en donde se pueden atajar posibles complicaciones.
Si bien es cierto el número de muertes maternas en Costa Rica es bajo comparado con otros países de latinoamérica (Bolivia maneja tasas de 15,5 por 10.000; Nicaragua 9,8; Haití 48 o Venezuela 12,5), cualquier aumento o disminución en este indicador y en el de otras variables demográficas impacta de forma significativa.
En el 2021, por ejemplo, Costa Rica experimentó una caída sustancial en los nacimientos, con 3.868 menos que en el 2020, para un total de 54.288 personas nacidas ese año. Paralelamente, hubo dos muertes maternas más con respecto al 2020.
“El comportamiento de este indicador, durante el periodo analizado, es irregular. Sin embargo, para el periodo 2015-2018 se experimentó un descenso sostenido, siendo 2018 el año con la razón más baja, 1,61 mamás fallecidas por cada 10.000 nacimientos.
“En 2021, experimenta un aumento de aproximadamente una muerte materna más por 10.000 nacimientos con respecto al 2020, donde resalta el dato que, de las 22 muertes registradas, el 40,9 % (9 muertes) fueron por covid-19″, resume el análisis del INEC.
San José es la provincia que registra mayor mortalidad materna, con una tasa de 4,5 muertes por 10.000 nacimientos; seguida de Guanacaste (4,42), Heredia (4,33), Alajuela (4,14), Cartago (3,61), Puntarenas (3,39) y Limón (3,22).
Según la OMS, el riesgo de muerte relacionada con la maternidad a lo largo de la vida es de 1 en 4.900 en los países desarrollados y de 1 en 180 en los países en desarrollo. En los países clasificados como “estados frágiles” el riesgo es de 1 por 54.
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La reducción de la mortalidad materna está entre las metas del tercer objetivo de desarrollo del milenio, salud y bienestar. De aquí al 2030, se espera que disminuyan a menos de 7 por cada 10.000 nacimientos.
Más muertes infantiles
Por cada 1.000 nacimientos registrados en el 2021, falleció un niño más en el 2021. La tasa de mortalidad infantil ese año subió un 10,4% con respecto al 2020, según el INEC.
Ese indicador demográfico, que registra la cantidad de niños menores de un año que fallecen en un año por cada mil nacidos vivos, se ubicó en 8,68; es decir, casi 9 muertes por cada mil nacidos vivos.
En su reporte anual, el INEC explica que, de enero a diciembre del 2021 hubo 54.288 nacimientos y 471 muertes infantiles, 3.868 nacimientos menos y 14 muertes infantiles más que 2020.
Las muertes neonatales (ocurridas en los primeros 28 días de vida) representan el 76% de la mortalidad infantil, con una tasa de 6,59 muertes por mil nacimientos; también mayor a la registrada un año antes (5,83).
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Según el INEC, Cartago es la provincia con el mayor deterioro entre 2020 y 2021, pues su tasa de mortalidad infantil subió de 7,80, a 9,75 muertes por mil nacimientos.
Por el contrario, San José tuvo la menor tasa con 8,05 muertes por mil nacidos vivos.
Limón, por su parte, registró la mayor disminución sostenida, al pasar de una tasa de 12,69 en 2001 a 10,54 en 2011 y 8,85 en 2021. Esto representa dos defunciones infantiles menos por mil nacimientos en cada periodo.