Desde las 3 a. m., vecinos de El Guarco de Cartago comenzaron a llegar a la Clínica de Guadalupe, frente al Parque Industrial Z, para recibir la vacuna contra la covid-19.
Había 400 fichas que se repartieron con los primeros rayos del sol. Dada la rapidez con que se distribuyeron los campos, hubo quienes aprovecharon para ofrecer espacios por hasta ¢50.000.
“Hemos escuchado que, lamentablemente, en apariencia, algunas personas estuvieron vendiendo campos. De la puerta para afuera nosotros no podemos hacer nada, es muy complicado porque no sabemos si realmente vienen a hacer fila para un familiar o para vender”, admitió Cristian Calvo Montoya, director médico del Área de Salud de El Guarco.
Una vecina de El Guarco, quien solicitó mantener su identidad en reserva, contó a La Nación de lo que fue testigo durante su larga espera para recibir la dosis.
“Un señor va caminando como dando plata, y otro que está cerca mío le dice que si va a invitar. El primero le responde que eso fue lo que se ganó vendiendo campos.
“Entonces se acercó a contarle a varios que llegó temprano, como a las 5:30 a. m., y se estaba ganando la platita. La gente a la que le contó estaba feliz, diciendo que que bueno que se ganó alguito.
“El señor tenía dos billetes de ¢20.000 y otro restillo. Dijo que se ganó ¢50.000″, narró la lugareña.
Y es que fueron muchos los que atendieron el llamado en la jornada dirigida a población de entre 40 y 57 años con factores de riesgo en caso de sufrir la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Las filas se prolongaron por 800 metros desde la entrada de la clínica y continuaron a un lado de la carretera Interamericana Sur, donde había gente equipada con sillas y sombrillas.
Entre los primeros en llegar estaban Carlos Rivera y su esposa Deyanira Garro, ambos de 57 años.
“Yo soy hipertenso y mi esposa tiene lupus y mi familia nos comunicó de la campaña. Llegamos a las 4:45 a. m. y ya había bastante gente adelante, más bien pensamos que no íbamos a tener la oportunidad.
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“Recalco que todo ha estado demasiado ordenado y no hemos tenido ningún contratiempo, ha estado muy coordinado. Nos respetaron la fila, aunque uno escuchaba de gente que se quería colar o vendía el campo”, narró Rivera.
Pasadas las 11 a.m. ya el matrimonio estaba vacunado.
“Dentro del consultorio me explicaron el proceso, me mostraron la aguja nueva y donde introducían el líquido en la jeringa, excelente la atención que nos brindaron”, dijo satisfecho.
Amelia Alvarado Ramírez no llegó tan temprano, a las 7 a. m., y consiguió el último cupo.
“Soy hipertensa y me di cuenta ayer de que me iban a vacunar, por medio de Facebook. Tengo casi 7 horas haciendo fila, pero no importa, esto es muy importante porque le ayuda a uno con esto que está pasando... y tantos fallecidos. Con la vacuna uno se siente más seguro”, expresó la vecina de Tobosi, de 56.
Muy cerca de ella estaba Sergio Poveda Leiva, quien junto a 24 personas esperaban un milagro, pues no tuvieron acceso a ficha.
Según dijo, llegó como a las 10 a. m. porque unos familiares le avisaron. Aunque manifestó tener fe en que lo atendieran, de no ser posible, volvería a intentar el viernes, pues la campaña de vacunación se prolongaría los dos días. Él es hipertenso y tiene 53 años.
“Calculo que en este momento pueden haber unas 500 o 600 personas haciendo fila (eran las 11 a. m.), para hoy disponemos de 400 vacunas de las compañías Pfizer y AstraZeneca. Esta área ve personas de El Empalme, Tobosi, Quebradilla, San Isidro, Guadalupe, Tejar y todos los alrededores de la zona Industrial”, detalló el director médico.
Para este viernes, se espera proteger a otros 400 cartagineses. El funcionario explicó que si alguna persona que llegaba con ficha no cumplía requisitos, se podía beneficiar a otros en la fila.
Para la aplicación de las dosis contaban con cuatro equipos de dos funcionarios cada uno. Además, participaron 18 personas más, tanto del Área de Salud como de la Policía Municipal de Cartago y de El Guarco.
Según el funcionario, también había vacunación en el gimnasio del Colegio Elías Leiva y en los vacunatorios del Ebáis, pero con cita.
Mantener el orden
Mauricio Porras, administrador del Área de Salud explicó que ya dentro del Ebáis el orden de la fila se mantiene para ingresar a cada uno de los cuatro consultorios.
Ahí, el médico hace la revisión del expediente digital y pasan donde la auxiliar de enfermería para el proceso. Tras recibir la inyección, van a una sala de espera, para prevenir alguna reacción del paciente.
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“He esperado más de 6 horas y ya había bastante gente, pero vale la pena para lo que voy a recibir. Soy de factor de riesgo por presión alta y me enteré de la campaña por redes sociales y como no había que sacar cita...
“Siento que a pesar del tiempo, vamos bien, porque esto lleva una logística, nos tomaron datos, nos dieron ficha, luego pasaron apuntando el número de consultorio donde nos toca y por última la firmaban”, contó Nidia Solano, de 54 años, vecina de Guadalupe de Cartago.
A las 11: 36 a. m. le aplicaron la dosis contra la covid.