La imagen habla sin necesidad de muchas palabras: dos mujeres hincadas frente al Hospital Calderón Guardia, en gesto de oración. La noche caía sobre ellas, como la pesada soledad de la calle.
Solo un enfermero, Luis Carlos Hernández Olivas, se percató de aquel gesto y tomó la foto al conmoverse con la escena.
Dentro del hospital, en una de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), el papá de estas mujeres agonizaba, relató la mañana de este jueves Jenner Masís, enfermero de ese servicio y colega de Hernández. Fue él quien posteó la imagen en sus redes sociales.
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Pocos minutos antes, dijo Masís, ellas y su mamá se habían despedido brevemente del señor, un hombre de alrededor de 60 años quien luchó por su vida durante los últimos tres meses, luego de contraer la covid-19.
Él era, hasta este 19 de mayo, uno de los dos pacientes conectados al pulmón artificial con más tiempo de hospitalización. A este tratamiento también se le conoce como membrana de oxigenación extracorpórea, o ECMO, por sus siglas en inglés.
La Nación contactó a Masís, y este es su relato:
“Ayer (miércoles 19 de mayo), teníamos a un paciente, muy malito. Tenía como tres meses de estar aquí. Pero ayer, entró en paro. Los médicos comenzaron a hacerle masaje cardíaco, pero llamaron a la familia porque, aunque lo sacaron del paro, quedó muy lesionado. Sufrió dos, un tercero no lo iba a tolerar.
“Llamaron a la esposa y a esas dos muchachas, que son las hijas. Cuando las hijas se dieron cuenta que el papá estaba muy mal, con mal pronóstico a corto tiempo, salieron del hospital”, relató Masís.
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“Luis Carlos Hernández salió a comer y vio a unas muchachas llorando ahí, en la acera. Nosotros sabíamos sobre el caso porque el papá de ellas había entrado en paro dos veces. Él era un covid, pero un covid recuperado secuelado (sic), como quedan muchos, con muchas lesiones, sobreinfectados, con shock séptico...
“El señor tenía como tres meses de estar aquí, hizo paro, cuando vimos que no iba a salir y tenía un pronóstico malo se llamó a las muchachas y a la señora. Vinieron, lo vieron, salieron. La esposa se quedó en una salita, las muchachas salieron a la acera y se pusieron a orar”, comentó Masís.
Fue ahí cuando Luis Carlos Hernández atestiguó el momento y tomó la foto.
Según dijo a La Nación, la imagen lo conmovió mucho.
Este profesional en Enfermería, ha publicado varios artículos en La Nación donde relata su experiencia y la de sus colegas durante la pandemia.
Como a este padre, la covid-19 le ha arrancado la vida a casi 3.700 personas en Costa Rica, según datos del Ministerio de Salud al miércoles.