Entre 27.000 y 36.000 personas mayores de 60 años padecen algún tipo de demencia en Costa Rica; principalmente Alzheimer (cerca de un 60% de todos los casos) y demencia vascular (20%).
Los datos facilitados por la Gerencia Médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) son apenas una estimación que ubica entre un 5,5% y un 8% la población de adultos mayores que podrían estar afectados.
Estos enfermos desarrollan una enorme dependencia del cuido por parte otras personas, porque la evolución de su trastorno neurocognitivo les deteriora la memoria, la capacidad de aprendizaje y comunicación, y de hacer actividades cotidianas tan comunes como lavarse los dientes, bañarse o ponerse la ropa.
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El número real se desconoce. Podría ser mucho mayor pues algunos tamizajes hechos en poblaciones específicas, disparan esos porcentajes a un 25%; incluso, hasta un 35% en adultos de 80 años o más, según especialistas consultados por La Nación.
Ya no son los mismos
FUENTE: OMS. || w. s. / LA NACIÓN.
Actualmente, cerca de un 12% de la población total del país son adultas mayores (unas 600.000 personas), informó Teresita Aguilar, presidenta del Consejo Nacional de la Población Adulta Mayor (Conapam).
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Para el 2030, esa proporción casi se duplicará en momentos en que se pronostica que la pirámide de población se invertirá totalmente: con más adultos mayores dominando y una reducida cantidad de personas jóvenes.
En Costa Rica, tampoco hay datos sobre el costo que esto tiene, por ejemplo, para la Caja. Así lo admitió el gerente médico, Mario Ruiz Cubillo, quien ha enfatizado en la importancia que dará la institución a tratar el impacto del envejecimiento en los servicios de salud.
"Esto va a ir creciendo porque también estamos haciendo más diagnóstico. En el 2012, había 20 casos de demencia registrados al año porque vivíamos en el país del no diagnóstico.
“Cuando hacemos tamizajes, nos asustamos terriblemente porque encontramos en la comunidad hasta un 25% de personas con deterioro cognitivo de importancia”, comentó Norbel Román Garita, geriatra y neurólogo de la Asociación Costarricense de Alzheimer y otras Demencias Asociadas (Ascada).
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Román explicó que las demencias son consideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una pandemia. Por la relevancia que están cobrando estos padecimientos, este 21 de setiembre se celebró el Día Mundial del Alzheimer y otras demencias.
Factores de riesgo y prevención
Las demencias tienen una alta probabilidad de aparecer entre quienes padecen diabetes, hipertensión y dislipidemias (colesterol y triglicéridos altos por una alimentación deficiente), problemas vinculados a estilos de vida poco saludables, explicó el geriatra Erick Miranda Valverde, de la Clínica de la Memoria, en el Hospital Nacional de Geriatría.
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En los 12 años de funcionamiento de esa clínica –la primera en su tipo en la CCSS; ahora hay nueve–, se han atendido 6.500 personas con alguno de esos trastornos neurocognitivos: 55% de ellos por Alzheimer, 25% por demencias vinculadas a problemas vasculares cerebrales (derrames), un 10% con formas mixtas, y los demás por otras causas.
“Es una avalancha. De la totalidad de personas referidas al hospital, casi un 60% presenta algún deterioro cognitivo. Lo bueno es que están consultando más tempranamente, lo cual da cierto margen para intervenir con tratamientos que ayuden a retrasar la aparición de la demencia”, dijo Miranda, quien aclaró, eso sí, que esa es una enfermedad para la cual no hay cura por ahora.
Uno de los hospitales que ve a estos pacientes es el San Rafael de Alajuela, donde las consultas en el 2018 fueron 572 en todo el año, mientras en lo que va del 2019 se alcanzan las 616. El aumento en la demanda obligó a este centro a abrir capacitaciones para cuidadores. La próxima será este 24 de setiembre.
El cuidado de estos enfermos tiene costos no medidos también para las familias, que deben reorganizarse en función del cuido. El país apenas está empezando a prepararse.
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Según un estudio de la Asociación Internacional de Alzheimer, citado por Norbel Román, la demencia es la causa en el 52% de todos los casos en donde una persona requiere asistencia de un cuidador para vivir su día a día.
FUENTE: CCSS, NORBEL ROMÁN, GERIATRA Y NEURÓLOGO. || J. M. / LA NACIÓN.
Francisco Gólcher, de la Secretaría Técnica de Salud Mental, en el Ministerio de Salud, aseguró que el tema es prioritario y por eso está incluido en la Política Nacional de Salud Mental, con acciones en prevención, investigación y apoyo a cuidadores.
En este momento se coordinan investigaciones con universidades estatales y organizaciones no gubernamentales, como Ascada, para conocer, entre otras cosas, las condiciones en las que están los cuidadores no remunerados de estos enfermos; generalmente, familiares; la mayoría, mujeres.
También se contratando consultorías para fortalecer el Plan Nacional de Demencias (2014-2024) y la Estrategia Nacional para abordar el Alzheimer y otras demencias, pues, para Gólcher, el país todavía está a tiempo de tomar medidas.
Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la Caja, reconoce que para el sistema de salud las demencias tienen un gran impacto.
Desde la Gerencia, dijo, se elabora un proyecto integral con las municipalidades para promover la rehabilitación y crear clínicas de memoria en las comunidades, de la mano de otro plan mayor: el proyecto para promocionar el envejecimiento saludable.
Alzheimer y las demencias asociadas son considerados una pandemia
Para el 2050, en el mundo habrá 150 millones de personas con estos trastornos neurocognitivos.
Son silenciosas en sus inicios, pero conforme avanzan robándole cada una de las capacidades básicas para vivir a quienes las padecen, también golpean duramente la estabilidad emocional y económica de la familia.
En países como España, con redes de cuido extendidas para su población adulta mayor, es uno de los mayores desafíos sanitarios.
Para Costa Rica también, con la gran diferencia de que aquí son casi inexistentes los programas de apoyo para estos enfermos y sus cuidadores.
Las autoridades de Salud y de la CCSS apenas comienzan a pensar en esto, y a planear programas para un sunami que ya golpeó con fuerza en todos sus servicios.