Al 2013 le tomó ocho meses y tres semanas convertirse en el año con más casos de dengue en dos décadas de historia de la enfermedad en el país.
La tercera semana de setiembre cerró con 38.497 casos reportados, 699 más que los 37.798 reportados en todo 2005, año que hasta ayer ostentaba el récord. Una situación que expertos en salud sabían desde hace meses.
Desde febrero, especialistas del Ministerio de Salud y de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) lo advirtieron: el comportamiento del dengue era anormal. El año apenas se iniciaba y los casos ya superaban los vistos en el segundo trimestre, cuando las lluvias facilitan el contagio.
El Ministerio de Salud admitió a La Nación, a principios de setiembre, la falta de previsión en periodos en los que la enfermedad fue baja. Además, este año hubo una reacción tardía y pocos recursos.
Para Luis Bernardo Villalobos, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR) y experto en salud pública, esa tardanza es una de las principales responsables de la epidemia.
“No podemos tener políticas de salud que esperen que la situación se dé para actuar. La vigilancia del Ministerio de Salud se hizo de forma reactiva; no tuvo recursos para actuar anticipadamente”, señaló.
“No acepto que el dengue tenga ciclos altos por años; las epidemias no se repiten cíclicamente, eso pasa solo si se baja la guardia”, añadió.
Responsabilidad de todos. El Ministerio de Salud no es el único responsable de esta crisis. Para Villalobos, la sociedad también falló.
“Todos somos responsables de esta crisis como engranaje social, falló muchísimo la sociedad; nos hemos vuelto descuidados con el manejo de los desechos”, enfatizó.
“Es una lucha que deben tomar las personas en sus casas, y los gobiernos locales deben tener campañas como bandera”, agregó.
Lo bueno. La noticia alentadora es que cada semana son menos los enfermos que se reportan , y las autoridades estiman que seguirán bajando.
Además, solo se contabilizan 111 pacientes con dengue grave (un 0,3%) y Costa Rica tiene menos letalidad que toda América Central: no hay muertes oficiales y solo se indagan seis decesos sospechosos.
No obstante, aún no es tiempo de saber cómo cerrará el año.
“Todavía no tenemos la proyección de con cuántos casos cerraremos el año. Estos datos son a la semana 38 y el año tiene 52 semanas”, explicó María Ethel Trejos, directora de Vigilancia de la Salud.
Trejos aseguró que la preparación para que la epidemia no se repita en el 2014 ya empezó.
El Ministerio destinó ¢232 millones a campañas de comunicación, y en noviembre vendrán científicos a capacitar al personal.
Cada región de salud hará un análisis de sus acciones y de cuáles previsiones tomar durante la estación seca para evitar la proliferación de casos con las lluvias.
Sin embargo, los expertos coinciden en que la única forma de ganar la batalla es que se unan autoridades estatales, gobiernos locales y cada ciudadano.