El Hospital de Guápiles, en Pococí de Limón, está saturado de enfermos de dengue. Los pacientes ahí esperan en sillas para ser atendidos luego de que se confirmara, desde la semana anterior, un brote de esta enfermedad en varias cuadras de la cabecera de ese cantón, uno de los focos activos en el país.
Según el Ministerio de Salud, comunidades de Siquirres, Talamanca, Guácimo y Pococí, en Limón, y Sarapiquí (Heredia), concentran los brotes actualmente activos, pero en lo que va del año acumulan 1.570 enfermos, un 51,4% de todos los enfermos de dengue en el país hasta finales de julio.
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Las otras dos regiones del país con más casos son la Central Este, con 677, todos en Turrialba; y la Huetar Norte, con 197 casos. Según los datos registrados hasta la semana epidemiológica número 30 del año, que finalizó el 30 de julio, Costa Rica acumula 3.049 casos. Esa cifra es un 58,5% de los casos registrados en todo el 2021.
“El 2022, tuvimos 5.207 en todo el año, que fue un buen año de dengue si lo comparamos con los 49.994 casos del 2013. Es real que este año hemos tenido un leve aumento de casos en esta época, sobre todo en la Huetar Caribe, que es en donde tenemos la mayoría en este momento.
“Hace tiempo estamos pensando en un mal año de dengue. Pero no creo que sea este porque estamos a mitad de agosto. Tampoco se han alborotado otras regiones. Casi todos los casos están en la vertiente del Caribe, incluyendo Sarapiquí y Turrialba y, por ahora, están concentrados ahí”, explicó el director de Vigilancia de la Salud, del Ministerio de Salud, Rodrigo Marín.
El también especialista en control vectorial aseguró que el Ministerio de Salud tiene los insumos en personal, equipo y larvicidas para atacar los brotes. Nuevos carros fueron destinados recientemente a estos trabajos, tres de los cuales se asignaron a las comunidades del Caribe.
Cerco epidemiológico
El dengue es transmitido por la picadura del zancudo Aedes aegypti. Se caracteriza por producir fiebre y dolor corporal. Si la persona enferma por segunda o tercera vez corre el riesgo de desarrollar el llamado dengue grave, con el cual puede sufrir hemorragias, dificultad respiratoria, inflamación de órganos y vómito; incluso la muerte.
Cerca del 2,5% de los infectados con dengue muere. Las personas con salud vulnerable y los adultos mayores están más propensos a fallecer. De hecho, las dos personas que perecieron en hospitales en los últimos dos años han sido adultos mayores: una mujer en el 2020 y un hombre, en 2021.
La región Huetar Caribe, históricamente, ha formado parte de la triada con más enfermos de dengue, junto a la Pacífico Central (Puntarenas) y Chorotega (Guanacaste).
En lo que va del año, Siquirres acumula 641 casos. Le sigue Pococí con 572 y Talamanca, con 301. Este último cantón, ha registrado un alza sustancial al pasar de 119 casos acumulados hasta finales de julio, a 301 en la primera semana de agosto.
“En el Caribe sur se está trabajando mucho en Puerto Viejo, Cahuita y Hone Creek, que son las localidades que más casos tienen. Talamanca tiene un equipo con experiencia. Aquí se trabaja con cámaras de turismo, municipalidades, Caja y Ministerio de Salud”, explicó Marín.
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Hasta ahora, Costa Rica solo registra tres casos de dengue grave en lo que va del año. Uno en la región Pacífico Central, otro en la Huetar Caribe y uno más en la Chorotega. No se han confirmado muertes.
Los serotipos circulantes son el 1 y 2, según datos del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa).
Gonzalo Mena Selles, médico epidemiólogo de la Dirección Red Integrada de Prestación de Servicios de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en la región Huetar Atlántica, confirmó que la institución ahí contabiliza 2.149 casos positivos por dengue en lo que va del 2022. Esto significa que la enfermedad afecta a 46 de cada 10.000 habitantes en esa zona.
Actualmente, según Mena, el mayor impacto de la enfermedad se concentra en cuatro cantones: Siquirres, Talamanca, Pococí y Matina, con tasas de ataque de dengue de 88, 65, 62 y 33 respectivamente.
“El comportamiento en ascenso en la cantidad de casos semanales en la Región Huetar Atlántica se experimenta desde la semana epidemiológica 12 (del 20 al 26 de marzo) y se mantiene el ascenso a partir de la búsqueda de casos y personas afectadas que asisten a los centros médicos para su valoración respectiva”, explicó Mena Selles.
El 4 de agosto, se confirmó un brote en varias localidades de Pavas, en San José. El Área de Salud de Pavas mantiene la alerta en Finca San Juan y Lomas del Río, con 21 casos confirmados hasta la fecha por laboratorio. Hay otros 15 casos sospechosos más a la espera de resultados.
“Estamos atentos y vigilando para ver si Bribrí y Laureles se sumarían a la alerta de brote. Mantenemos todos los esfuerzos en la comunidad, trabajando con líderes y vecinos y con recorridos y fumigaciones”, informó Monserrat Navarro, jefe de Enfermería y Epidemióloga del Área de Salud Pavas, administrada por Coopesalud.
En temporada lluviosa se disparan muchas enfermedades, incluidas las llamadas vectoriales, porque son transmitidas por insectos como Aedes aegypti, el cual también causa zika y chikunguña.
Para reducir el riesgo de contraer dengue, zika y chikunguña, la población debe retomar prácticas como la eliminación de criaderos de zancudos. Estos insectos tienen predilección por cualquier objeto que acumule agua porque ahí es donde ponen sus huevecillos.
Rodrigo Marín exhortó a todas las personas, no importa el lugar donde vivan, a que incorporen la práctica de eliminar criaderos. Según dijo, con solo destinar unos minutos a la semana a revisar cómo están patios, jardines y alrededores de la casa, la gente puede volcar latas, bebederos de animales o guardar llantas.
La Caja, en campañas de educación, recomienda lavar superficies para arrancar los huevecillos que pueden quedar pegados y que, a los meses, con solo un pequeño contacto con el agua, pueden reventar y lanzar al ambiente zancudos transmisores de enfermedades.
Esta institución lanzó, en el 2008, los llamados mandamientos contra el dengue: enterrar, agujerear, rellenar, limpiar, volcar, tapar, reciclar, eliminar y poner bajo techo cualquier objeto que acumule agua estancada. Al interior de las casas, se recomienda evitar el uso de floreros o de objetos que acumulen agua.