La diabetes no es simplemente un descontrol en los niveles de glucosa del cuerpo, es una enfermedad que daña otros órganos, en particular el corazón y los riñones. Por eso es importante tomarlos en cuenta a la hora de atender a quienes presentan este mal crónico.
Si los pacientes son jóvenes y, además, no toman en control su enfermedad, la carga que le ponen a ambos órganos puede ser mucha; si esto continúa a largo plazo podrían tener no solo fallas graves, sino morir antes de tiempo.
Esta es una de las conclusiones de la endocrinóloga Rosario Arechavaleta, quien este 16 de febrero expuso en el congreso internacional Continuum Summit, un evento científico que busca sensibilizar a más de 200 cardiólogos, nefrólogos, endocrinólogos, internistas, diabetólogos, entre otros, sobre esta condición cardiorrenal.
“El problema cuando se da en edades jóvenes es como si se tuviera un envejecimiento temprano. Y eso afecta muchísimo”, subrayó en entrevista con La Nación.
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De acuerdo con su experiencia, las personas jóvenes, entre los 18 y 45 años, son las que menos seguimiento le dan a la enfermedad, porque dicen no tener tiempo para atenderse, y como no sienten malestares ni ven amenazas en el corto plazo, no le dan la importancia que merece.
“Si ves las gráficas internacionales, en todas las complicaciones, incluyendo las amputaciones, la gente joven ahora es la que más problemas tiene porque no se está cuidando. La gente joven debe cuidarse eficazmente y este control debe ser sostenido, desde su diagnóstico en adelante”, advirtió.
“A mí me llega gente de 40 años, 38, 28. No se han cuidado por ocho años, llegan a la consulta porque alguien los mandó. ¡Es una inconsciencia! Y son los que más pueden complicarse”, añadió.
En el contexto costarricense la situación también es preocupante. Las muertes (a toda edad) derivadas de complicaciones por diabetes aumentaron en un 32,6% entre 2019 y 2020, al pasar de 1.709 a 2.267, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De acuerdo con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), la diabetes se ha convertido en la tercera causa de mortalidad prematura en el país, con un incremento del 65,9% en la década de 2009 a 2019.
El escenario se complica si se considera que el 14,8% de los mayores de 19 años tienen esta enfermedad diagnosticada. En 2012, el porcentaje era cercano al 10%.
Por si fuera poco, datos de 2019 ya indicaban que tres de cada diez hipertensos ticos también son diabéticos.
“Cada día tenemos más pacientes con diabetes, el estilo de vida moderno aumenta los riesgos. La mala alimentación, el sedentarismo y el sobrepeso terminan por incrementar el riesgo”, dijo Arechavaleta.
Ella recalcó que, por estas razones, la diabetes no es materia solo del endocrinólogo, ni del cardiólogo, ni del nefrólogo, sino de todo un conjunto para dar un mejor abordaje.
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¿Cómo se afecta el corazón?
La endocrinóloga subrayó que el corazón de un diabético, además de los factores de riesgo tradicionales (en caso de que la persona tenga sobrepeso, colesterol alto o hipertensión) tiene cosas distintas que suman para dañar el órgano.
Expuso que hay quienes hablan de una cardiomiopatía diabética, un daño especial que existe en el corazón de paciente con diabetes en el que se ven otros fenómenos. Dentro de ellos hay algunos mediados por ácidos grasos, otros por oxidación o daño a las mitocondrias (parte de las células que produce la mayor parte de la energía).
“Lo que más mata a los pacientes con diabetes es la enfermedad cardiovascular; el corazón también se enferma. No solo debemos pensar en bajar la glucosa, también pensar en otros problemas. En forma global, entre el 6% y el 20% de los individuos con diabetes van a tener insuficiencia cardíaca“, destacó la profesional.
La mortalidad por insufiencia cardíaca podría ser similar a la del cáncer.
“Es un daño distinto, y su riesgo es superior al de la población general”, añadió.
Los daños son mayores en quienes no tienen la enfermedad controlada. El paciente que tiene buen control tiene mucho menos riesgo, pero igual es mayor a quienes no tienen diabetes.
“Pero el control es muy importante, cuanto más descontrol, mayores problemas”, puntualizó.
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¿Cómo se afectan los riñones?
Los riñones de un diabético también se enferman diferente a los de un no diabético. La experta indicó que los no diabéticos enferman muchas veces como consecuencia de la hipertensión o de abuso de analgésicos o por problemas inmunitarios.
Todo lo anterior también le puede pasar a una persona con diabetes, pero se le suman otros. Arechavaleta afirmó que cuando los riñones sienten un exceso de azúcar comienzan a trabajar más; esto pone una carga mayor sobre estructuras llamadas glomérulos. El daño que sufren los glomérulos los comienza a matar y otros glomérulos deben trabajar con todavía más fuerza.
Mientras tanto, la parte sana del riñón funciona con sobrecarga, ya que debe compensar a las partes enfermas.
“Pero como el riñón todavía trabaja, el paciente no se percata en muchas ocasiones y a veces llegan en etapas terminales sin darse cuenta de que su riñón ya no funciona nada porque se mantuvo tratando de resistir las alteraciones que estaban ocurriendo y en un momento ya no pudo más”, enfatizó la médica.
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¿Qué hacer?
Si usted todavía no tiene diabetes, el primer paso es saber que nadie está exento de tener la enfermedad, el riesgo cero no existe. Sin embargo, sí hay formas de minimizar el riesgo.
- Mantenga un peso adecuado.
- Tenga actividad física durante al menos media hora al día.
- Ojalá que nunca fume ni ingiera licor.
- No coma “comida chatarra”.
- Por lo menos una vez al año revise su presión arterial y su nivel de glucosa.
- Duerma satisfactoriamente al menos siete horas diarias.
Si usted ya es diabético, además de las recomendaciones anteriores, deberá incluir las siguientes.
- Monitorear sus niveles de glucosa en ayunas.
- Seguir al pie de la letra las indicaciones de los medicamentos recetados.
- Ir a sus consultas de seguimiento.
- Consultar a su médico en caso de sentir malestar o “descompensaciones”.
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¿Y la prediabetes?
Quienes presentan prediabetes tienen un nivel de azúcar más alto del normal, pero no lo suficiente como para ser considerados diabéticos. Es decir, por encima de los 100 mg/dl, según estándares internacionales.
No todas las personas con prediabetes desarrollarán diabetes, pero Arechavaleta señaló que estas personas ya comienzan a ver un daño en su corazón.
Estas personas, precisó la endocrinóloga, ya tienen una condición llamada disglucemia, que es un término para decir que la glucemia ya no está en un rango normal y ya esto pone presiones sobre el corazón.
“Cuando un médico te dice que tienes prediabetes, lo que uno quiere saber como paciente es el riesgo de tener diabetes. Si te dicen que es del 5%, en 20 años no te vas a cuidar nada, pero si te dicen que tu riesgo real es progresar de 1% a 5% por año cuando la glucosa en ayunas está alterada, sí suena diferente, pero este puede ser hasta el doble”, expresó.
En este momento es necesario volver a los estilos de vida: perder peso, caminata de 30 minutos al menos cinco veces por semana.
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Desde la niñez
Son cada vez más los endocrinólogos pediatras que ven el aumento de casos de diabetes tipo 2 en adolescentes y niños. En el caso de los más pequeños, es usual que haya una resistencia a la insulina muy grande, son obesos y además podrían tener una carga genética que los predispone.
La endocrinóloga manifestó que con ellos puede ser más difícil adaptarse a planes de alimentación.
“Algunos lo ven como una falta de afecto de los padres hacia ellos, porque sienten que les quieren quitar algo tan importante como es la comida”, expresó.
En estos casos, el seguimiento es importante, porque el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y renales puede aparecer más temprano en la vida.
“Y si no se cuidan, tendrán problemas en los ojos. Esto los puede hacer perder muchos años de vida productiva y eventualmente la presencia de complicaciones”, aseveró.
Por esto llama a las familias a estar más pendientes del estilo de vida de los niños para evitar el sobrepeso.
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