El llamado en estos días es a protegerse, no solo de la covid-19, sino también de las mentiras que circulan en redes sociales con la intención de confundir, infundir miedo y frenar la fuerza con que el país impulsa la campaña de vacunación contra la enfermedad.
Para no caer en los engaños, preste mucha atención a estas diez falsedades que se difunden como una verdad absoluta en las redes sociales, la nueva trinchera de los grupos antivacunas:
1. Es FALSO que las vacunas anticovid ocasionen enfermedades autoinmunes; entre ellas, el síndrome Guillain-Barré.
En febrero, noticias falsas señalaron que la vacuna contra la covid-19, desarrollada por la farmacéutica Pfizer, causaba debilidad muscular y pérdida de sensibilidad en las piernas o brazos, síntomas característicos de una enfermedad autoinmune llamada síndrome de Guillain-Barré.
El riesgo de que alguna vacuna, incluida la anticovid, desencadenen enfermedades autoinmunes es casi inexistente.
En el caso de cuatro vacunas en particular (sarampión, paperas y rubéola: virus del papiloma humano; antimeningocócica conjugada; e influenza) podría darse menos de un registro de ese síndrome por cada millón de personas inmunizadas.
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Los beneficios de la vacunación son más que los riesgos.
2. Es FALSO que la vacuna producida con la tecnología de ARN mensajero altere los genes de las personas.
Hay quienes se han dejado decir en redes sociales que esa posibilidad –de todas maneras falsa–, “atenta contra la creación de Dios”, por ser una terapia génica que altera la esencia humana.
Roberto Arroba Tijerino, coordinador de la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología, explicó en diciembre para #NoComaCuento, de La Nación, que las vacunas producidas con esa tecnología le permiten a las personas producir anticuerpos específicos contra las proteínas de la espiga del coronavirus.
Esto, según aclaró Arroba en ese entonces, es lo que hace que se tenga protección contra la enfermedad.
3. Es FALSO que la vacuna de Pfizer tenga un vector de adenovirus de cerdo.
Un vector viral es un virus común que se utiliza como transporte para introducir en el organismo la información para generar anticuerpos contra una enfermedad. En el caso de la vacuna de Pfizer, el vector viral no es un adenovirus de cerdo, sino de chimpancé.
4. Es FALSO que las vacunas anticovid produzcan ‘magnetismo’ en el brazo donde se puso la inyección.
Los grupos antivacunas hacen lo imposible por manipular a la opinión pública. Hasta se han dejado decir –y mostrar, con fotos y videos manipulados– que las vacunas contra la covid-19 generan magnetismo en el cuerpo.
Un efecto como el falsamente descrito por esos grupos es imposible. Arturo Ramírez y Andrey Herrera, doctores en física e investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR), consultados en mayo por #NoComaCuento, de La Nación, descartaron radicalmente esa posibilidad.
Esas propiedades magnéticas, aclaró Ramírez, solo las tienen materiales ferromagnéticos, usualmente compuestos de metales como hierro, cobalto y níquel.
Según indicó el funcionario del Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima), las vacunas contra la covid-19 no contienen ninguno de esos metales, ni ningún otro material ferromagnético.
Herrera, doctor en física y catedrático de la UCR, agregó que hay otras razones por las que el cuerpo humano podría producir campos magnéticos; entre ellas, corrientes eléctricas que ocurren naturalmente, o por fricción.
Otros medios de comunicación internacionales, como BBC, Reuters, Forbes y Chequeado, también han desmentido las informaciones falsas sobre el supuesto magnetismo creado por la vacuna.
4, 5, 6 y 7. Es FALSO que las vacunas anticovid dejen estériles a las personas, provoquen autismo, modifiquen ADN o implanten microchips.
Apenas en los inicios de la vacunación, el ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, tuvo que tomar varios minutos de una conferencia de prensa sobre covid-19 para aclarar que las dosis contra el nuevo coronavirus no causan esterilidad.
Tampoco provocan autismo, modifican el ADN de las personas o implantan microchips.
“Es importante dejar claro que las vacunas no causan esterilidad ni mucho menos autismo; no modifican nuestro ADN y no contienen coronavirus o microchips. Las vacunas permiten que nuestro cuerpo pueda neutralizar el virus”, explicó Salas el 11 de diciembre del 2020.
Salas recordó los efectos positivos de la vacunación para el control y hasta desaparición de enfermedades; entre ellas, la viruela y la polio.
“Las vacunas son uno de los descubrimientos más importantes. Aplaudo a la Ciencia que logró tener en corto tiempo una vacuna de este calibre. En Costa Rica, tenemos una cultura muy fuerte de vacunación y uno de los mejores esquemas”, dijo Salas en aquella ocasión.
Desde abril del 2019, en un reportaje, La Nación se encargó de aclarar mitos que todavía en el siglo XXI circulan sobre la vacunación en general.
El origen de la falsa creencia de que las vacunas causan autismo se encuentra en un artículo publicado en 1998 por The Lancet, y luego desmentido por esa misma publicación científica en el 2010.
El artículo de 1998 fue escrito por Andrew Wakefield, un médico británico, que relacionó el autismo con las vacunas contra sarampión, rubéola y paperas. Tras descubrirse sus mentiras, Wakefield perdió la licencia como médico.
Su artículo, desfasado, sigue siendo reproducido por grupos antivacunas como si todavía estuviera vigente.
8. Es FALSO que el organismo humano produzca todas las defensas necesarias para protegerse contra todas las enfermedades, actuales y futuras.
Especialistas consultadas por La Nación, para un artículo publicado en el 2019, confirman que aunque es verdad que nuestro sistema innato de defensas es muy eficiente, no es tan fuerte como creemos tratándose de muchas de las enfermedades hoy prevenibles mediante vacunas.
“La vacuna es un medio de protección que genera anticuerpos o defensas. Es agarrar al virus, quitarle la parte más virulenta, aplicarlo, que el sistema inmunitario lo identifique y genere anticuerpos para evitar la enfermedad”, manifestó la farmacéutica Ana Zhen en ese artículo.
9. Es FALSO que las vacunas tengan, entre sus efectos secundarios, enfermedades como cáncer.
La mayoría de los efectos secundarios relacionados con vacunas son leves. Incluyen dolor y comezón en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y, en algunos casos, un poco de fiebre.
Los efectos graves son muy poco frecuentes, y deben ser reportados a las autoridades sanitarias de cada país.
Los vacunados contra la covid-19 en Costa Rica reportan efectos leves, principalmente, dolor de cabeza y en el sitio de inyección, fatiga y malestar muscular.
Un informe del Ministerio de Salud, publicado el 30 de julio, confirma que el porcentaje de notificación de efectos se mantiene en un 0,3% de las personas que han recibido las dosis.
10. Es FALSO que vacunas anticovid aumenten riesgo de abortos.
La frecuencia de los abortos no ha aumentado significativamente conforme avanza la vacunación mundial, según publicó #NoComaCuento, de La Nación, el 29 de junio pasado.
Para esto, se basó en una verificación de datos del medio británico FullFact, publicada luego de una deliberada malinterpretación de datos del sitio web conspiracionista Daily Expose.
De acuerdo con FullFact, los abortos espontáneos no han sido identificados por la Agencia Regulatoria de Medicinas y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés), como un efecto adverso de las vacunas contra la covid-19.
Las autoridades sanitarias monitorean eventos aislados de este tipo, sin embargo, no han encontrado un patrón que cause preocupación.
En términos estadísticos, lo anterior quiere decir que la cantidad de mujeres vacunadas que perdieron a sus bebés coincide con el nivel de abortos espontáneos que se espera normalmente.
Por el contrario, según la cadena de noticias BBC, estudios científicos sugieren que las embarazadas que se vacunan contra la covid-19 podrían transmitirles los anticuerpos a sus hijos.
El 29 de junio, la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) de Costa Rica avaló que las embarazadas que así lo deseen puedan ser inmunizadas contra el nuevo coronavirus.