Este lunes 30 de agosto, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) iniciará una campaña nacional para adelantar la segunda dosis de vacunas contra la covid-19, en un intento por mitigar contagios y prevenir la saturación de pacientes en hospitales, así como las muertes.
La estrategia apunta a la aparición de la muy contagiosa variante delta y en momentos cuando abundan mentiras y desinformación en redes sociales y otro foros con la intención de confundir, atemorizar y quitarle impulso a la campaña contra la enfermedad.
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Literatura científica, autoridades de salud internacionales, fabricantes de fármacos y nuevos estudios reiteran que estas medicinas inyectables funcionan, son seguras y salvan vidas. He aquí algunas de las principales razones:
1. Escudo contra delta: El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, recordó esa semana que nuevos datos sugieren que la variante delta podría causar una enfermedad más grave respecto a mutaciones anteriores en personas no vacunadas. En dos estudios diferentes en Canadá y Escocia, pacientes infectados con la variante delta tenían más probabilidades hospitalización frente a infectados con Alfa o el coronavirus original. Aun así, la gran mayoría de internamientos y muertes ocurren en personas no vacunadas.
2. Menor transmisión: Según el CDC, personas completamente vacunadas contagiadas con delta sí pueden infectar a otros porque ninguna vacuna es 100% efectiva. Sin embargo, personas del todo vacunadas parecen propagar el virus por un tiempo más corto.
3. Freno a pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS), el CDC, el Ministerio de Salud de Costa Rica y la vasta mayoría de autoridades de salud nacionales en el mundo insisten en que las vacunas desempeñan un papel clave para limitar contagios y minimizar el agravamiento de la enfermedad. Aunque el riesgo de infecciones progresivas es bajo, revelan estudios, habrá miles de personas por completo vacunadas que se infectarán y podrán contagiar a otras.
4. Antídoto contra más mutaciones. Estas mismas autoridades temen que, si aumentan los casos, aparezcan nuevas mutaciones más amenazantes que delta. No obstante, una alta cobertura de vacunación reducirá la propagación del virus y prevendrá la aparición de variantes.
5. Beneficios superan riesgos conocidos. La Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA) informó esta semana de que se han administrado más de 5 billones de dosis de vacunas en el mundo y que sus beneficios conocidos y potenciales superan por amplísimo margen riesgos conocidos y potenciales.
6. Proceso riguroso. Todas las vacunas usadas en Costa Rica se sometieron por sus fabricantes a pruebas estrictas y a evaluación científica tal y como desde hace décadas ocurre con vacunas para otras enfermedades. Luego de ensayos clínicos con miles de voluntarios, y supervisión de un grupo independiente de expertos, se obtuvo la aprobación de autoridades sanitarias independientes y estrictas (FDA en EE. UU., EMA en Europa y PMDA en Japón).
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7. Siempre vigiladas. Como son de uso en todo el planeta, ahora estas vacunas se vigilan más de cerca que cualquier otro inyectable en la historia; incluido el cumplimiento de estrictos estándares de seguridad y eficacia en su fabricación.
8. Bajo lupa. La generación de estas medicinas vino precedida de al menos 200 ensayos clínicos y participación de casi 300 asociaciones incluidos esfuerzos en equipo de empresas biofarmacéuticas y centros de investigación. Como parte de ese intercambio, ahora todos los laboratorios dan a las autoridades sanitarias nacionales e internacionales acceso a los resultados de sus ensayos clínicos para todo el proceso de desarrollo y seguimiento.
9. Viejo y conocido enemigo. Tiene usted razón si piensa que crear una vacuna tan rápido no es normal. No obstante, esta hazaña extraordinaria de la ciencia se debió a que los investigadores no empezaron de cero. Hay cientos de coronavirus, incluidos cuatro que pueden causar el resfriado común, y los coronavirus que provocaron la epidemia de SARS, o Síndrome Respiratorio Agudo Severo (año 2002) y la aparición de MERS, o Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (2012). Los científicos llevan unos 50 años estudiando los coronavirus. Esto significa que existían datos y literatura científica de la estructura, el genoma y el ciclo de vida de este tipo de virus cuando se inició la carrera por las actuales vacunas.
10. Riesgo bajo. IFPMA insiste en que es común tener efectos secundarios leves como dolor en el brazo cuando se recibe una vacuna. Esto se debe a que su sistema inmunológico está aprendiendo a protegerse. Sin embargo, esto ha sido así con todas las vacunas, en general desde hace 200 años durante los cuales han erradicado diversidad de enfermedades. “Hay una mayor probabilidad de ser alcanzado por un rayo que tener un problema médico grave inesperado después de la vacunación”, lanzó IFPMA, en un comunicado emitido esta semana.