La espera por una silla de ruedas adaptada y personalizada para pacientes del Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) va de tres a cuatro años, no uno, aclaró el director médico de ese hospital de la Caja, Roberto Aguilar Tassara.
Así lo hizo la mañana de este viernes, luego de que La Nación publicara que la espera era de un año.
Aguilar se comunicó con el diario para explicar que él confía en bajar esa espera a un año en promedio, pero eso no ha ocurrido todavía. ¿Cómo se hará? El jerarca hospitalario informó de que, con el fin de reducir las listas, la Gerencia Médica de la CCSS triplicó el presupuesto anual destinado a esas compras, que se hacen por licitación pública.
Se pasó de ¢270 millones a más de ¢810 millones este 2023 con el propósito de eliminar esa fila de pacientes que aguardan por estos equipos en un plazo máximo de tres años. Este año está en proceso una compra por ¢600 millones.
El Cenare es uno de los 16 hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con servicio de Fisiatría que receta sillas y otras ayudas técnicas a quienes las necesitan.
La capacidad de entrega del Cenare es de 125 sillas por año, lo cual ha generado una demanda sin atender de alrededor de 900 personas en los últimos años.
Además de esos 16 hospitales, las clínicas de Coronado y la Clorito Picado también ofrecen la especialidad de Fisiatría.
Las ayudas técnicas, explicó Aguilar, se brindan al paciente luego de pasar por una valoración del médico especialista. Es este profesional el que receta ayudas como andaderas, bastones, corsés y collarines ortopédicos.
LEA MÁS: ¿Cuántos años hay que esperar una silla de ruedas en la CCSS?
Para otras ayudas se da un monto que el paciente puede utilizar para retirar o pagar una parte en alguna casa ortopédica proveedora de la CCSS.
Hay organizaciones, como el Club Rotario, que proveen a decenas de personas de todo el país sillas de ruedas donadas debido a que los plazos de espera en la CCSS son prolongados.
Solo los Rotarios regalan 480 sillas al año. Otras, como la Asociación Moviendo Esperanzas, distribuye entre personas necesitadas 600 sillas al año.
Un proyecto de ley busca eliminar las exoneraciones de esos apoyos técnicos y gravarlos con un 2% del impuesto al valor agregado (IVA).
LEA MÁS: CCSS dio la espalda a Francisco, Virginia y Yeimy; estas son sus historias
Diferentes organizaciones se oponen, pues aseguran que vulneran los derechos de personas con discapacidad y de adultos mayores muy pobres, que dependen de estos insumos para mejorar su calidad de vida.