“Yo mismo, en algún momento, he pensado en irme. El desgaste es muy grande”, admitió el director médico del Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare), Roberto Aguilar Tassara, al atribuir al agotamiento causado por la pandemia el origen de los problemas de clima organizacional entre los 500 funcionarios a su cargo, el cual desembocó en la reciente renuncia de cinco jefes.
Aguilar Tassara solicitó una reunión urgente para este martes 30 de agosto con especialistas de Bienestar Laboral, del nivel central de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Es un llamado de auxilio para que realicen un diagnóstico de clima organizacional en este centro y, al mismo tiempo, los ayuden en momentos en que están retornando a las instalaciones que prestaron durante 20 meses al Centro de Atención Especializada para Pacientes de Covid-19 (Ceaco).
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Las declaraciones de Roberto Aguilar se dan luego de que tres exdirectores del Cenare denunciaran en un comunicado de prensa problemas de clima de trabajo que habrían causado la renuncia de cinco jefaturas de ese hospital especializado: dirección y subdirección de Enfermería, Nutrición, Consulta Externa y Clínica (Fisiatría).
Aguilar aclaró que cuatro de los titulares de esas jefaturas solicitaron regresar a sus puestos originales en el Cenare. Otra pidió su traslado al Hospital Psiquiátrico Chacón Paut, en La Unión, Cartago, pues vive en esa provincia.
“Quiero aclarar que ellos laboran en el centro, y ocuparon esas jefaturas en un ascenso interino porque no hay titular. Ellos pidieron que no se prorrogara el nombramiento por asuntos personales. Esa es la situación.
“Sí tengo que reconocer que en el momento en que se crea el Ceaco fue un golpe muy duro para todo el personal. Esto afectó la interacción entre los mismos funcionarios y entre estos con los del Ceaco. Se fue el Ceaco y quedamos con lo que teníamos, más las secuelas”, explicó Aguilar.
“Los que se fueron dieron el mil por mil. Estamos realizando los procedimientos de selección para buscar personas que vengan con toda la energía. Ha sido muy desgastante. Es como una carrera de relevos”, agregó.
Según argumentó el director médico, de ser un hospital sin listas de espera, ahora tienen la más extensa en Ortopedia, algo que, según dice, incrementa el estrés del personal.
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“Estamos aprovechando algunas mejoras de equipamiento y corriendo para tener la Unidad de Cuidados Intermedios lista pronto, y para construir un proyecto para la rehabilitación cardíaca. Se está trabajando a más intensidad que antes de la pandemia para aprovechar las oportunidades tras el cierre del Ceaco”, dijo Aguilar.
Alerta de exdirectores
Los tres exdirectores del Cenare que alertaron sobre esta situación son Federico Montero Mejía, Virginia Sell Salazar y Vinicio Mesén Madrigal.
Estos médicos solicitan a la Caja aclarar los motivos que condujeron a las renuncias, y realizar una auditoría independiente o nombrar una comisión para investigar estas dimisiones las cuales, según ellos, afectan la calidad de los servicios a los asegurados.
“Aunque no conocemos detalles de los motivos que han obligado a estos funcionarios a renunciar a sus puestos de liderazgo, sabemos que desde que los pacientes que allí recibían atención fueron sorpresivamente enviados a sus casas o a otros hospitales, y las instalaciones del Cenare utilizadas con el fin de atender a las personas con Covid, diferencias y divergencias entre las autoridades y muchos de los trabajadores y trabajadoras comenzaron a suscitarse.
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“Tales diferencias y roces se han exacerbado, derivados al parecer del descontento de estas jefaturas ante una aparentemente incapacidad de las autoridades de esa institución para retomar enteramente su misión, además de una aparente inadecuada conducción de esta”, citan en la misiva.
Aguilar Tassara asegura respetar la preocupación de los exdirectores, pero confirma que ninguno de ellos se ha acercado a ofrecer ayuda.
“Están en su derecho de pedir. A mí lo que me toca es trabajar y mejorar las condiciones. Somos 500 funcionarios, siempre hay complejidad, sobre todo después de dos eventos grandes como quitarnos y devolvernos el Cenare, y más con los cambios que hay, para los cuales también hay resistencia”, dijo.
El Cenare fue transformado en el Centro de Atención Especializada para Pacientes de Covid-19 (Ceaco), en marzo del 2020, para atender casos agudos de pacientes respiratorios, víctimas de la pandemia. Funcionó como tal durante veinte meses. Su cierre técnico se inició el 22 de noviembre del 2021.
Durante 20 meses de operación, dicho centro atendió a 2.840 pacientes en estado severo y crítico; entre los 44 y 88 años, con un promedio de edad de 68 años. De ellos, 645 fallecieron.
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El Cenare retomó paulatinamente la provisión de servicios en sus instalaciones en abril del 2021, con Odontología, Hospital de Día y Consulta Externa. Desde el 23 de febrero del 2022, atiende a los pacientes con secuelas severas después de tener covid-19.
Estos se suman a su atención habitual en especialidades relacionadas con la rehabilitación de las personas tras accidentes vasculares cerebrales (derrames), enfermedades neurológicas y accidentes de tránsito, entre muchas otras fuentes de consulta.