Don José Rodríguez es piloto y cotidianamente surcaba feliz los cielos de la India. Sin embargo, el covid-19 llegó a su vida para cambiarlo todo.
Desde el 17 de marzo, por la emergencia suscitada por el nuevo coronavirus y el cierre de fronteras (lockdown) decretado en ese país, este costarricense fue despedido de la aerolínea en la que trabajaba desde hace varios meses. Para colmo de males, se quedó en la India sin que se le pagara el salario del mes de marzo, la liquidación y el estipendio empresarial para pagar su apartamento.
En otras palabras, la aerolínea dejó a José abandonado a su suerte.
Se trata de una situación complicada, ciertamente, pero adquiere tintes dramáticos al saber que Rodriguez no está solo en Asia, pues vive en la India con su esposa Gabriela y sus dos hijas, de tan solo 11 y 12 años.
Varados en la ciudad de Kannur, pues no pueden salir del país por el toque de queda y su precaria situación económica, los Rodríguez sobreviven comprando alimentos con tarjeta de crédito y unos pocos ahorros. Calculan que, dentro de un mes, ya no tendrán recursos para mantenerse.
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“Nuestra preocupación por momentos incrementa, ya que el lockdown (toque de queda) se extiende continuamente y no tenemos información clara. Además, muestras posibilidades de regresar al país son prácticamente nulas... Estamos tristes, tenemos miedo y preocupación. Emocionalmente es muy difícil, veníamos a empezar una vida nueva y ahora estamos encerrados aquí”, expresó vía WhatsApp Gabriela Soto, esposa del piloto tico.
“En este momento Kannur es una zona roja, lo que significa que tiene una mayor cantidad de casos y las restricciones son más estrictas, solo se puede salir una persona por familia al supermercado o a la farmacia. Mis hijas no ponen un pie fuera del apartamento desde el 6 de marzo. Además, el pasaporte de una de nuestras hijas se vence este mes y las visas también. Nuestra estadía se complica cada día más”, agregó angustiada.
Pero los Rodríguez no son los únicos costarricenses que la están pasando mal en la India. Según reconoció Claudio Ansorena, embajador de Costa Rica en ese país, al menos 19 costarricenses están varados allí y en situaciones bastante vulnerables.
“Con todos tenemos un canal directo de comunicación y estamos haciendo lo posible para ayudar a cada uno. Sabemos que están todos en condiciones complicadas”, comentó el diplomático.
Entre el grupo de ticos en la India, se encuentra el caso de otro piloto de GoAir, Norman Brown, y el de Miguel Chacón, quien fue a la India para hallar el alivio para un problema renal. Todos se muestran esperanzados por volver a Costa Rica, pero a pesar de los esfuerzos de la embajada, no encuentran todavía una solución satisfactoria.
Un accidentado viaje.
El guanacasteco Miguel Chacón tiene “suerte”, aunque a decir verdad la palabra no parece ser la más adecuada para describir su situación. Al día de hoy, él es el único de los varados ticos que se encuentra en Nueva Delhi, capital de la India.
El resto de connacionales se ubican en ciudades como Kannur, Calcuta o Goa, todas a varios días por tierra del centro político del país.
Además, Chacón es privilegiado porque se encuentra alojado en la casa del embajador Ansorena. Al entrevistarlo su voz se proyecta serena, pero eso no implica que no haya vivido un calvario antes de llegar a su actual refugio, o que cuente con los recursos económicos suficientes para salir de la India.
“Imagínese que existe un posible vuelo humanitario que esta para salir el 13 de mayo. Se dice que el precio del boleto es de $2.700 y yo simplemente no lo puedo cancelar. De esa misma forma he dejado pasar varios vuelos humanitarios ya, pues financieramente no puedo”, explicó.
“Por otra parte, a mí varias aerolíneas me deben como $3.500 en vuelos que pagué y que posteriormente se cancelaron. Ellos no devuelven el dinero, sino que los reprograman, pero eso es incierto”, agregó.
Chacón, que tiene 59 años, llegó a la India porque sus riñones no estaban tolerando un tratamiento médico que estaba recibiendo en Costa Rica. Cierto día se enteró de que en la India existían tratamientos holísticos que podrían ayudarle con su problema y fue entonces cuando decidió viajar.
Llegó el 23 de octubre y al cabo de 4 meses sus riñones mejoraron. Por eso, el 23 de marzo se desplazó de Bombay (Mumbai) con rumbo a la localidad de Nagpur, para comenzar su retorno a Costa Rica. Fue allí donde comenzó su pesadilla.
“Cuando llegué al aeropuerto de Nagpur, el 24 de marzo, ni el vuelo ni el personal de Qatar Airways estaban en el aeropuerto. No había nada. Dijeron que el cierre era total y tuve que pernoctar en el aeropuerto y buscar una solución para poder estar seguro", narró.
“Decidí entonces tratar de regresar al lugar donde estuve anteriormente. Primero decidí tratar de llegar Mysore, pero para eso debía primero hacer escala en Bengalore. Cuando llegué allí no había vuelos a ningún lado, por lo que decidí llegar en taxi, viajando por cinco horas al destino. Pero cuando íbamos de camino el ejercito paró el taxista y lo reprendió duramente. No podía pasar, por lo que tuve que devolverme a Bengalore”, agregó.
De vuelta, en el aeropuerto de Bengalore, Chacón se encontró con el caos, pues centenares de turistas y viajeros estaban varados en ese lugar. Allí tuvo que esperar durante unos tres días en condiciones sanitarias y alimenticias complicadas.
“Durante los siguientes tres días prácticamente no dormí, ni comí nada, solo me alimenté con unas galletas que andaba y agua. Lo hice por miedo al contagio (del covid-19), pues no me sentía seguro de alimentarme allí y dormir en tales condiciones tampoco era seguro”, explicó.
“Tampoco comí porque no quería ir al baño luego. Por las mismas condiciones sanitarias, no quería entrar a los baños”, agregó el tico.
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Finalmente, por consejo de la embajada tica, Chacón pudo concretar un vuelo a Nueva Delhi. Pagó $850 por un trayecto aéreo que, normalmente, cuesta solo $250.
“Fue un abuso que cobraran eso, argumentando que era un vuelo especial. Ahí se me fue toda la plata que tenía para viajar a Costa Rica", finalizó dolido.
Eso sí, su pesada travesía la alivianó una cosa: el gesto solidario del embajador Ansorena. El diplomático, personalmente, lo fue a recoger el aeropuerto, lo llevó a un hotel y finalmente le ofreció hospedaje en su casa. Allí está desde entonces, soñando con regresar a su amado Guanacaste.
Otro piloto en problemas.
Otro piloto tico abandonado por la aerolínea GoAir fue Norman Brown, de 60 años. Su situación es muy similar a la que vive su colega y coterráneo José Rodríguez, con la salvedad de que su familia está en Costa Rica.
A Brown lo despidieron de la empresa el 18 de marzo, sin ningún tipo de apoyo por parte de la aerolínea.
“Cuando me despidieron les dije: ‘no hay ningún problema. Denme el boleto y yo me devuelvo para Costa Rica’. Pero no lo hicieron, aunque el cierre (lockdown) era el 22 de marzo y ese día era 18, no me dieron nada”, contó Brown.
“Desde ese momento me ha sido muy difícil comunicarme con la compañía. Les escribo para que me digan cuando me van a pagar mi salario y el housing allowance (estipendio) para vivir aquí y nada. Entonces tengo prácticamente dos meses de estar sin salario”, precisó.
Brown tampoco tiene boleto para salir. Asegura que tenía planeado viajar a Costa Rica el 14 de abril, por motivo de vacaciones, pero que el boleto que le compró a la empresa KLM se lo han cancelado “a cada rato”.
“A pesar de todo yo he estado muy tranquilo. Soy piloto y debemos tener mucha serenidad en situaciones difíciles. Claro, por dicha mi familia está en Costa Rica, porque sino esto sí sería un martirio”, expresó.
Para Brown -quien dice haber hecho muchos sacrificios para poder alimentarse y mantenerse positivo-, su única esperanza es la embajada tica en la India.
El inconveniente es que Brown está actualmente en la ciudad de Calcuta, a dos horas y media vía aérea de Nueva Delhi, donde está la embajada. Pero como no hay vuelos locales, la única manera de llegar a la capital india es viajar por tierra durante 19 horas.
Brown no tiene muchas opciones. Es en Nueva Delhi, únicamente, donde la embajada tica estaría tratando de reunir a los ticos para ayudarlos a salir.
Estrategia de salida.
Además de monitorear las necesidades de los 19 ticos varados en la India, la embajada de Costa Rica en ese país trabaja desde hace meses para conseguir vuelos humanitarios para los coterráneos.
Un caso de éxito habría sido el del músico y ex ministro de Cultura Manuel Obregón. Gracias a que el artista cuenta con pasaporte español, él y su esposa habrían sido incluidos en un vuelo humanitario que sale el 5 de mayo, rumbo a Madrid.
En estos momentos, el integrante de Malpaís estaría cumpliendo su tercer día de viaje en automóvil, pues se tuvo que trasladar desde la ciudad de Chennai a Nueva Delhi, distanciadas por 2.200 kilómetros.
El embajador tico, Claudio Ansorena, aspira que todos los ticos puedan hacer lo mismo. Es en Nueva Delhi donde se están gestionando todos los vuelos humanitarios.
En este momento, por ejemplo, la embajada está explorando la posibilidad de incluir a un grupo de ticos en un vuelo de la empresa colombiana Avianca, que saldría el 13 de mayo de Nueva Delhi a Bogotá. Sin embargo, el diplomático es consciente de que no todos tienen las condiciones para pagarlo.
“El vuelo tiene un precio de $2.700 y la verdad es que todos los ticos están pasando por situaciones complicadas. Hay que ver si van a poder pagar, pues habría que comprar el tiquete por adelantado”, expresó.
El guanacasteco Miguel Chacón, por ejemplo, ya anunció que no puede cancelarlo. La familia del piloto José Rodríguez, lamentablemente, tampoco podría tomarlo, pues ni siquiera cuenta con los recursos para trasladarse a Nueva Delhi.
“Realmente no lo estamos considerando, definitivamente no tenemos presupuesto para pagar transporte a Nueva Delhi, ni hospedaje, ni alimentación para mantenernos mientras sale un vuelo. Finalmente, un vuelo humanitario tampoco lo podríamos pagar”,aseguró Gabriela Soto, esposa del capitán Rodríguez.
El embajador Ansorena conoce el caso de la familia Rodríguez y dice que “le preocupa”. También mencionó la situación de una mujer que estaría sola en Goa, en situaciones económicas igualmente lamentables.
“Para esta muchacha que esta sola y que es muy joven, hemos conseguido la aprobación de la Cancillería para apoyar su traslado a Nueva Delhi. La idea es buscar unos recursos extraordinarios para que pueda viajar, alojarse en un hotel y luego viajar", dijo Ansorena.
“El caso de la familia es preocupante. Ellos están en Kannur y sabemos que han tenido que pedir prestado para poder comer. Esperamos poder trasladarlos en unos viajes que estamos planeando, unos que saldrán desde Calcuta y otros por el sector de Kannur. Esperemos que estén aquí pronto, para ver como podemos ayudarlos mejor”, finalizó.
Pero la situación para los Rodríguez es muy complicada; ya que si finalmente la familia acepta viajar por tierra a Nueva Delhi, tendría que hacer un gran sacrificio. Por caminos desconocidos, y no todos en buen estado, tendrían que prepararse para una travesía de 2.340 kilómetros.
Según Google Maps, esa cantidad de kilómetros representa 43 horas de viaje, unos tres días de camino con las obligatorias paradas para dormir.