“El virus es real. El desempleo, deudas y desesperación, también”.
Ese era uno de los tantos rótulos con que dueños y trabajadores de gimnasios, centros de acondicionamiento físico y salones de belleza se manifestaron este lunes en las afueras de Casa Presidencial, en Zapote, para pedir que se les permita operar en medio de las restricciones por la alerta naranja en que se encuentra la Gran Área Metropolitana (GAM).
Al grupo también se unieron algunos estudiantes universitarios en reclamo por el recorte en el presupuesto para el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).
Los empresarios y trabajadores de estos comercios piden al Gobierno que se reconsidere el cierre de sus negocios, pues aseguran que hay otros locales de mayor riesgo de contagio que sí están abiertos.
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Las medidas anunciadas por el Gobierno el jueves anterior se extenderán hasta el 31 de julio. A ese día, los gimnasios, barberías y salones de belleza cumplirán tres semanas de cierre en esta segunda ola de la pandemia. Anteriormente, operan al 50% de su aforo con protocolos de higiene para sus clientes.
La orden del Gobierno indica que solo pueden operar en estos días los sitios de atención al público considerados como esenciales, tales como supermercados, ferreterías, farmacias y bancos; entre otros.
Jason Cerdas, propietario de un gimnasio, aseguró durante una transmsión en vivo que compartió en Facebook, que la manifestación respetó protocolos de distanciamiento, con caretas, mascarillas y alcohol en gel.
“Todos tienen que pagar alquileres muy altos, agua, luz, cosas que cómo le hacemos si estamos cerrados”, añadió.
La manifestación pacífica la promovió la Asociación de Gimnasios de Costa Rica (Asogym), que, según Cerdas, agrupa a 300 gimnasios.
Los manifestantes pidieron que se les den protocolos a seguir, pero que se les permita seguir trabajando. Así lo plantearon en un documento que entregaron a personeros de la Casa Presidencial.
George Angulo, uno de los propietarios, dijo en el video que “lo único que pedimos es salud, que permitan abrir nuestros gimnasios para que nuestros clientes puedan volver a entrenar. Es salud”.
El fisioterapeuta y entrenador personal Bismarck Méndez también participó, con mascarillas, en la marcha. “Soy dueño de un gimnasio de entrenamiento personal. Todos estamos siendo afectados de una manera injusta porque hemos seguido todos los protocolos y hemos gastado plata que no tenemos para cumplir los protocolos de higiene. Qué nos digan qué tenemos que hacer para trabajar, y lo hacemos”, dijo.
Otro propietario, Manolo Campos, quien tiene un centro en Lindora, Santa Ana, declaró: “Nosotros somos parte de la solución, no del problema. Somos un centro para la salud de las personas”. Cuestionó el cierre de gimnasios sin que se les dé “herramientas para poder defendernos”.
Un reportaje de El Financiero reveló que en Costa Rica operan al menos 500 gimnasios y centros de acondicionamiento físico, de los cuales, entre marzo y julio, unos 100 se vieron a cerrar sus puertas en forma definitiva.
‘Sé que hay mucha necesidad'
Durante la conferencia de prensa de este lunes, el ministro de Salud, Daniel Salas, dijo entender la necesidad de las personas que requieren trabajar y afirmó compartir la desesperación de quienes se han visto más afectados por la crisis.
No obstante, insistió en que abrir por completo los negocios en este momento significaría un riesgo aún mayor en momentos en hay transmisión comunitaria del virus.
“La atención al público en forma presencial representa un riesgo incrementado por la cantidad de casos, más del 50% de casos se han generado en las últimas dos semanas.
“Lo que estamos buscando es que cuando haya un infarto, un accidente que ocupe una Unidad de Cuidados Intensivos, la persona la pueda usar, y no que se queden sin lugar. Es una de las partes más sensibles en medio de estas crisis.
“Sé que hay mucha necesidad, pero habilitar en este momento significa exponer a mucha gente a que se infecte. Es muy doloroso ver lo que está pasando, no solo aquí, en todo el mundo. Esto es parte de las características feas y desagradables de esta pandemia”, sostuvo.