“La muerte de dos pacientes con neumonía y la hospitalización de otros cuatro por esa causa, tienen en alerta al Hospital San Carlos, en Alajuela”, informó este diario el 20 de diciembre.
El vocero de la alerta fue el director médico, Édgar Carrillo Rojas, a quien 11 días después el Ministerio de Salud responsabilizó de provocar la alarma.
Más de dos semanas después, ese hospital suma siete víctimas mortales de las 11 debidas a un pico tardío de infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) en el país. Este es un resumen de la entrevista con el Dr. Carrillo:
En el Ministerio de Salud aseguran que usted alarmó a la población sin consultar antes con su equipo de epidemiólogos. ¿Es cierto esto?
Primero, me llama la atención las declaraciones del ministro (Fernando Llorca) que estuvo acá el jueves anterior (31 de diciembre) y felicitó a todos en el hospital por el manejo dado. En segundo lugar, yo nunca he alarmado a nadie, lo que se dio fue una alerta por lo que estaba sucediendo. Si ese es el criterio de ellos, yo lo respeto, pero me extraña que en tan pocos días se cambie la versión de los hechos.
La viceministra de Salud (María Esther Anchía) manifestó que usted, antes de salir a la prensa, tenía que llamar al equipo y determinar qué era lo inusual de la situación que estaban viviendo.
En ningún momento dije que era un brote de AH1N1. Lo que se dijo era que había dos pacientes fallecidos y esto no es para nada normal en este centro de salud, además de las muertes que se han venido presentando. En todo momento se le han indicado a la población las medidas preventivas que deben realizar y esto es educar. Hay personas que con esto se alarman, pero no es alarmar es alertar. Son cosas totalmente diferentes.
¿Coincide con la versión que han dado autoridades de CCSS y Salud de que esto no es ni un brote ni una epidemia?
Coincido con ellos. No es brote ni es epidemia, porque epidemiológicamente no podemos hablar de eso cuando los números y cifras no superan las de años pasados. Nosotros usamos un canal endémico y, de momento, las cifras del número de casos son exactamente las mismas.
¿Se trata de un pico tardío de infecciones respiratorias agudas graves? ¿Está usted de acuerdo con esto?
Exactamente, es un pico que se dio de manera tardía por los fenómenos que todos conocemos del cambio climático.
¿Cómo podría explicar tantas muertes en tan poco tiempo? Se habla de que no hay un nexo epidemiológico.
Para la explicación de las muertes, la remito a los señores del Ministerio de Salud. Yo no voy a hablar de muertes. Lo que hemos estado analizando con nuestro equipo clínico es el cuadro clínico que se ha venido presentando acá.
¿Cuál es el cuadro clínico que han visto en sus pacientes?
La mayoría de pacientes viene con cuadros de insuficiencia respiratoria. En el 80% o 90% viene con factores de riesgo asociados y evolucionan de manera muy rápida. Eso es lo que hemos venido viendo. Lo que le puedo decir es lo que me indican las jefaturas de Cirugía y Medicina Interna en este hospital: dicen que ellos realmente nunca han visto un cuadro parecido a este.
”Algo importante: esto no se ha presentado por culpa del doctor Carrillo. Era un evento que tenía que suceder y se dio. Echarme la culpa a mí es absurdo. Yo no voy a andar tirando AH1N1 por ningún lado. Esto no es una guerra biológica. Más allá de lo que estén diciendo de mí, la Caja y Salud somos un equipo; debemos darnos la mano y sacar esto adelante. No entiendo cuál es la razón de seguir dividiendo.
¿Cree que, en cuanto al manejo de la situación, el hilo se está cortando por lo más delgado cuando lo culpan a usted de alarmar a la población?
Pues sí. Normalmente, el hilo se revienta por lo más delgado. Considero que lo actuado se hizo bajo la consciencia de alertar, no de alarmar. Y, bueno, desdichadamente, en lugar de estar en estas discusiones, por lo menos acá en San Carlos hemos cerrado filas Ministerio y Caja para sacar esto, que es lo que interesa. El resto de manifestaciones, pues ahí vendrán y seguirán por mucho tiempo más. Lo importante es controlar este cuadro y evitar más muertes.
¿Los tomó de sorpresa este pico tardío? ¿Hubo síntomas antes de las dos primeras muertes de diciembre?
No, no, para nada; nadie lo previó. A pesar de que se habla de los fenómenos meteorológicos, en ningún momento, en las reuniones que se realizan con Vigilancia Epidemiológica, se previó. Nos basamos en un histórico y no hubo un signo que nos dijera que estaba aumentando el número de pacientes. Simplemente se dieron dos muertes con características especiales, que nos obligaron a actuar de inmediato.
Si no se pudo prever a nivel nacional, menos pensar que esto se desencadenaría en San Carlos.
Jamás podríamos prever este asunto de la forma en que se presentó. Partimos de que el AH1N1 es estacional, simplemente que la manifestación clínica ha sido diferente.
“Los ticos fallamos de nuevo en tomar las medidas de prevención porque, pese a que la institución nos da la vacuna, la mayoría de personas la rechaza. En el Hospital San Carlos, muchos de los trabajadores no se vacunaron. Todas estas situaciones se nos olvidó practicarlas desde el 2009, cuando se presentó la última pandemia. Entonces, ahora sí vemos restaurantes de la zona con alcohol en gel y gente tomando las medidas preventivas. Ojalá que no se les olvide para que no se vuelva a presentar”.
¿Están las autoridades minimizando lo que pasa o, técnicamente, están en lo correcto?
Yo no soy quién para decir si minimizan o no el asunto. Lo que le puedo decir es que mi institución, que es la Caja, no ha minimizado el asunto y, aparte de fortalecer el hospital con todo el recurso, también lo ha hecho con otros hospitales. La institución ha actuado de manera adecuada. En un principio, lo que uno hace es pegar el grito al cielo porque, ¡Dios!, nos estábamos ahogando con la gente que teníamos.
¿Lo mandaron a callar?
Se dividió (la información). Lo que eran las declaraciones sobre las muertes es potestad del Ministerio. Las condiciones clínicas de los pacientes, es del nivel central de la Caja. Y lo que me corresponde a mí es hablar del trabajo del hospital y las medidas preventivas.
¿Le ordenaron: ‘cállese’?
Digamos que se dictaron otras medidas.