Las palabras de Marco Vinicio Víquez, funcionario de la Municipalidad de Heredia, están cargadas de angustia. Su tono de voz evidencia una gran incertidumbre.
El miércoles anterior, él y sus compañeros recibieron esa noticia que nadie quiere escuchar: ‘Hay un caso confirmado de covid-19’.
La comunicación vino del personal del Ministerio de Salud que llegó sorpresivamente al ayuntamiento. Con el anuncio también cayó una dosis de realidad que, afirma, muchos insisten en ignorar.
“El sentir que tengo es que nos conectamos con una realidad que no queríamos entender, y es que la pandemia existe, que nos puede afectar a todos, que por más que nos cuidemos, nos podemos infectar, que es inevitable no contagiarse”, dijo el hombre de 54 años y padre de tres hijas.
Los profesionales en salud, vestidos con batas, lentes, mascarillas y guantes, iban de oficina en oficina para comunicar lo que ocurría. Entrevistaban a cada trabajador para determinar quién tuvo contacto cercano con el paciente positivo y así decidir a quién le realizaban el test y a quién enviaban a la casa con orden sanitaria.
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"Ese día (miércoles), entramos normal a trabajar y al principio de la mañana se corrió el rumor de que había una gente del Ministerio de Salud en la oficina de la vicealcaldesa. Ahí empezó todo. Luego un compañero se levantó y se fue a asomar, pero volvió y nos dijo: ‘Ahí está todo cerrado, no se ve nada’.
"Ya cuando nos dimos cuenta, estaban cerradas las puertas principales de la Municipalidad; la secretaria de la vicealcaldesa pasó por las oficinas preguntando si estábamos atendiendo público y después ya se presentaron los funcionarios de Salud a hacer las preguntas respectivas.
“Nos preguntaron a qué distancia estuvimos del compañero contagiado, si él había estado en nuestra oficina y cosas de ese tipo. Para mí, ese momento fue demasiado difícil. Todos nos volvimos a ver, como echándonos la culpa, como diciéndonos: ‘¿qué hicimos?’”, relató el hombre.
De inmediato, envió un mensaje a su esposa para decirle lo que pasaba; esa fue su primera reacción.
La confirmación del caso provocó el cierre de la Municipalidad de Heredia, al menos hasta el 15 de junio.
“Los que tuvieron contacto directo con la persona infectada sí los enviaron a su casa con orden sanitaria. En el caso de la oficina en la que yo estoy (Servicios Tributarios) ninguno tuvo contacto directo; entonces nos dijeron que nos fuéramos para las casas y que regresáramos el próximo lunes a trabajar, nos pidieron que no saliéramos.
“Tengo un susto y un miedo que no se me quita. Yo no sé si estoy infectado o no estoy infectado, la verdad es esa. Vea, por ejemplo, la jefatura de Recursos Humanos nos pasó un correo en el que nos dicen que el lunes vayamos a trabajar sin uniforme porque a algunos compañeros que pararon un taxi para regresar a la casa, el taxista no los montó".
Aunque suene irónico, el amor es el origen del miedo que vive Marco Vinicio; lo aterra la posibilidad de contagiar a sus padres, a su esposa, a sus hijas, a sus nietos.
“Mi miedo es (respira profundo) infectarlos a ellos”, reconoce.
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El jueves, la Municipalidad de Heredia informó a sus funcionarios sobre un segundo caso. En esa entidad laboran más de 300 personas.
De acuerdo con datos del Ministerio de Salud, para ese día se contabilizaron 5 casos nuevos en el cantón herediano. En el país, hubo 77 nuevos contagios y se alcanzaron 1.538, contabilizados desde marzo .
“Mi familia está un poco más tranquila pues tengo una hija que estudia Microbiología en la Universidad de Costa Rica y ella está tranquila.
"Yo he tratado de hablar con ellos, socializar la situación. Mi hija, de todas maneras, nos ha dicho que el 90% del país se va a contagiar en algún momento, pero yo sigo con ese recelo, he tratado de no estar mucho con ellos”.
Víquez narró que desde que se detectaron los primeros casos de covid-19 en el país, la Municipalidad de Heredia lo trasladó de puesto para evitar riesgos, pues es hipertenso. Por esa razón, pasó de la sección de Parquímetros a Servicios Tributarios.
Además, les dieron caretas y se tomaron todas las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias.
No obstante, reconoce que ahora los funcionarios enfrentan los estigmas de la sociedad con respecto a esta enfermedad, producida por el nuevo coronavirus.
"Todos los seres humanos somos diferentes, hay algunos que en lugar de buscar empatía, buscan culpables, creo que eso no se debe hacer porque todos estamos expuestos.
"Durante el día he recibido mensajes de compañeros que dicen: ‘Mis vecinas no me hablan’, ‘me han maltratado’, ‘a mi esposo no lo dejaron entrar a la pulpería donde compramos siempre’.
“Ha sido como un ir y venir de sensaciones, de motivos para asustarse”, expresó.
En este momento, el cantón de Heredia ocupa el cuarto lugar en número de casos activos, con 55.