“El doctor me contó el miércoles 4 de marzo que la tía tiene problemas cardíacos y que él la fue a recoger a Panamá unos días antes, al aeropuerto de Tocumen, pero me dijo que apenas llegaron ella se sintió muy mal y se la llevó para el hospital de Alajuela.
“Y él sí me dijo que venía resfriado desde hace días. Cuando lo vi estaba con mucha tos, se veía mal y le dije que cómo venía a trabajar así”. Él creía que era una neumonía.
Quien habla es una enfermera del Hospital de Alajuela, quien está en cuarentena por haber tenido contacto con el médico de 54 años que se convirtió en un “superdiseminador” del coronavirus pues ya 17 de los 23 casos confirmados en Costa Rica se originaron a partir de él.
“No es porque el doctor es mi amigo, pero él es una gran persona que siempre ha estado para uno, muy anuente a ayudar en todo”.
Incluso, agregó, ese compromiso con su labor pudo haber sido lo que terminó convirtiéndolo en el principal diseminador del virus en el país.
“Eso nos pasa mucho al personal de salud. Muchas veces uno se levanta enfermo y dice ‘esto no es nada’. Como tenemos acceso nos tomamos un medicamento y seguimos trabajando, entonces pienso que eso le pasó a él”, afirmó la profesional que pidió mantener su nombre en reserva.
Al menos 150 personas funcionarios del hospital están incapacitados. Unos por ser sospechosos de tener el virus, otros porque lo llevan.
La enfermera recibió ya el resultado de la prueba que le hicieron: no porta el covid-19, pero debe seguir en aislamiento por 14 días en caso de que resulte ser lo que llaman un falso negativo.
Sus días han sido de angustia, como los de muchos en el hospital. Explicó que la zozobra para el viernes 6 de marzo, a las 9:30 p. m., cuando el Ministerio de Salud confirmó que el médico era sospechoso de portar el virus (lo cual se confirmó el sábado) ya los rumores eran muchos.
La preocupación radicaba en que el médico había estado en contacto durante todos los días previos con un centenar de personas entre personal médico y pacientes.
Ella recuerda cómo el miércoles 4 se lo topó en el servicio de Emergencias. Conversaron unos 10 minutos. Él le contó sobre su viaje a Panamá entre el 21 y 22 de febrero donde fue toparse con una tía que venía de Cuba. También le dijo que tenía días de sentirse resfriado.
Incluso, le señaló a lo lejos a su tía que para entonces ya estaba internada en el hospital y le preguntó si la veía muy mal. Esa pariente, se supo luego, también es portadora del virus.
Por su contacto con el médico la enfermera fue incluida entre los casos sospechosos y le realizaron pruebas junto al menos otros 80 funcionarios.
Además, durante los días posteriores presentó fiebre, dolor de cuerpo y diarrea.
“La experiencia desde el inicio fue bastante inesperada porque fue algo para lo que no estábamos preparados, porque el hospital nos venía preparando en el uso de todo el equipo de protección, nos daban charlas, pero jamás íbamos a esperar que el foco lo íbamos a tener adentro con un compañero con el convivimos siempre”, relató.
Según ella, el doctor estuvo trabajando hasta ese miércoles 4 de marzo e incluso ella estuvo en servicio con él durante los días anteriores.
El equipo que trabaja directamente con él está integrado por al menos 34 funcionarios más.
“Me contó que lo estaban viendo en emergencias, pero por una neumonía y que le habían dado tratamiento pero no le estaba haciendo efecto. Entonces dijo que iba a ir a recoger una placa para que lo valorara un médico internista”,continuó.
El jueves 5 de marzo se enteraron que el médico había ingresado la noche anterior a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital México.
Según dijo, los días posteriores hasta la confirmación por parte del Ministerio de Salud fueron de mucha incertidumbre y preocupación para todo el personal.
Actualmente muchos de esos contactos se mantienen en cuarentena, algunos de ellos ya recibieron la confirmación de que tienen el virus y otros que el resultado es negativo.
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Cuarentena: ‘Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde’
Aunque la prueba que le realizaron salió negativa, la orden que sigue la enfermera, al igual que el resto de funcionarios, es permanecer en casa 14 días pues podrían haber casos de falsos negativos.
En su caso, dijo, una de las principales angustias fue esperar cuatro días para obtener el resultado de la prueba.
“Se supone que los resultados son en 24 horas, en mi caso yo vivo sola, pero antes estuve en contacto con mi hermana y mi novio, ellos tuvieron que incapacitarse también.
“El dolor más grande es saber que había gente que dependía de mí, a mi novio el jefe le preguntaba sobre el resultado, mientras tanto no podía ir a trabajar”, agregó.
Aunque ya no está en cuarentena estricta, sus salidas ahora son limitadas: puede salir con cubrebocas y solo para lo necesario.
“Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, el simple hecho de hablar con otras personas (...). Estar metido en la casa no es bonito, lo más feo es la incertidumbre con la que uno está esperando el resultado”, detalló.
Consultada sobre la lenta respuesta de los resultados a quienes son catalogados como sospechosos, la coordinadora de Salud de la Caja Costarricense de Seguro Social, Guiselle Guzmán, dijo que enfrentan una saturación en el Inciensa.
Solo en el caso del hospital de Alajuela, dijo, hubo que tamizar a dos servicios enteros más todos sus contactos porque hubo 165 sospechosos.