No, el uso de vapeadores no facilita dejar de fumar. Tampoco hay evidencia científica contundente que ligue la práctica del llamado vapeo con un mayor porcentaje de éxito para dejar el tabaco, tal y como lo promueven las grandes tabacaleras.
Son noticias falsas que promueven las compañías para sostener un negocio que ya ha causado muchas muertes y enfermedad alrededor del mundo.
La neumóloga Wing Ching Chan Cheng, coordinadora de las clínicas de cesación de tabaco, en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), reconoce que hay una lucha frontal contra esa práctica, que consiste en usar tubos o vaporizadores con sustancias para que el usuario inhale el humo que produce su calentamiento.
Las tabacaleras promueven el vapeo como un método relativamente exitoso para quienes desean dejar de fumar, pero la especialista de la CCSS afirma que, aunque tiene menos sustancias peligrosas que un cigarrillo común, en los vapeadores o cigarrillos electrónicos hay presencia de cancerígenos tan devastadores como los metales pesados cadmio, mercurio, plomo, cromo y níquel.
A propósito del Día Mundial sin Tabaco, Wing Ching Chan conversó con La Nación sobre este asunto. El siguiente, es un resumen de esa entrevista.
– ¿Cómo perciben la promoción del vapeo a nivel de CCSS?
– Cada vez que sacamos algo, vemos todos los comentarios (en redes). No pueden andar diciendo que una institución que brinda salud (CCSS) pretenda que la gente siga fumando para nosotros ganar plata. ¡Eso es lo que dicen!
– Las tabacaleras han cambiado la estrategia, y las redes están en sus estrategias junto a los llamados influencers.
– Lo que preocupa es que hay demasiadas páginas sobre vapeo. Si usted pone esa palabra, lo primero que sale es cómo empezar a dejar de fumar vapeando, no (publican) los problemas controversiales. La información está posicionada a favor.
– Y es todo lo contrario. Usted, como neumóloga, ¿qué tiene que decir?
– Estamos redactando una directriz sobre vapeo entre IAFA (Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia), CCSS y Ministerio de Salud porque no hay estudios que demuestren su seguridad, sobre todo a largo plazo. No sé de dónde sacan que (el vapeo) es 95% más seguro que el cigarro. Tenemos que reconocer que el cigarro tiene más tóxicos, unos 7.000, contra los probablemente 50 que puede tener el cigarro electrónico.
"Pero lo venden como una moda y algo seguro. Incluso, como un estilo de vida. Lo que dicen es que Reino Unido lo tiene legalizado. Lo que pasa es que el Reino Unido tiene un sistema de salud muy organizado. Ellos tenían una prevalencia de más del 30% en tabaquismo, más que la Unión Europea.
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“Ellos (quienes promueven el vapeo) pueden mencionar estudios pero uno, que tiene experiencia en el análisis, puede tomar uno de esos estudios y despedazarlo, para ver si tiene evidencia científica o, como nosotros llamamos, Medicina basada en la evidencia no en la ocurrencia. No puedo tomar 20 pacientes y decir que a ellos les funcionó.
"Además, la FDA (organismo federal de alimentos y medicamentos en Estados Unidos, por sus siglas en inglés) no lo tiene inscrito ni como medicamento, ni como dispositivo para dejar de fumar. Más bien, últimamente han salido advertencias porque hay algunas compañías que han sacado vaporizadores de cereal para llamar la atención de los niños. Ya la FDA les lanzó una advertencia”.
– Ante esa estrategia creativa y penetrante, ¿qué están haciendo ustedes?
– El año pasado lanzamos una campaña grande. Cada vez que sacamos algo, nos atacan. La población tiene que saber que la Caja ha creado 34 clínicas de cesación de tabaco con muy buenos resultados. Esto es significativo en un país tan pequeño. Aparte de que existen otras estrategias en el primer nivel.
"La dependencia es triple (física, psicológica y social) y no se deja con un vaporizador. Están mencionando un artículo de una revista prestigiosa, New England Journal of Medicine, que tiene un montón de errores: formaron dos grupos, uno usando parches, inhaladores o chicles de nicotina y el otro grupo con cigarro electrónico.
“En el primer grupo, 9% dejó de fumar y se mantuvo a lo largo de un año. En el otro, un 18%. Pero en la vida real la gente no deja de fumar así. Ahí tenían control, consejería y asesoramiento de cómo ir bajando. En la vida real, ¿cómo sabe un fumador cómo ir bajando (el consumo) para dejar de fumar? Por eso, basado en evidencia, podemos decir: uno, que no está probado que sea un método para dejar de fumar; tampoco es inocuo, y lo más alarmante es que no hay estudios a largo plazo.
"Para saber que el cigarro causaba cáncer y un montón de enfermedades, pasaron 20 o 30 años. Entonces, como institución, ¿vamos a esperar 20 o 30 años sin advertirle a la gente (sobre los efectos del vapeo)? Ellos dicen que solo tienen propinelglicol, glicerol y nicotina, pero con el calentamiento salen otras sustancias. Libera metales pesados. Tiene cadmio, mercurio, plomo, cromo, níquel. Esos últimos tres son cancerígenos. También produce nitrosamina, que es un cancerígeno identificado en el cigarro electrónico, ¿vamos a esperar 20 o 30 años (para advertir)? ¡Sería una irresponsabilidad!”
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– Sería una irresponsabilidad.
– Pero si yo tengo sustancias cancerígenas... Además, es un puente para que niños y adolescentes comiencen a probarlo, y aún así ellos dicen que no. La publicidad de ellos se ha quintuplicado. Vemos vapeo en (series de televisión como) House of Cards, El Turista, Los Simpson...
– ¿Esto es un David contra un Goliat?
– Sí, por supuesto, porque ellos tienen todo... pero David siempre gana. Costa Rica es un país con baja prevalencia de tabaco: un 9,1%, es decir, unos 300.000 fumadores entre población de 10 a 65 años, según datos del 2015 porque no tenemos datos más recientes. (Nuestra terapia), tiene una efectividad de 73% de abstinencia a un año contra este supuesto mejor estudio con un 18%.
Cientos quieren dejar de fumar
– ¿Cuánta gente pasa por esas clínicas de cesación de tabaco?
– Unas 1.200 por año.
– ¿Cómo llegan esas personas?
– De forma directa o por referencia. Detectamos que había bajado la inscripción porque la gente oye una noticia... Nuestra terapia es interdisciplinaria.
– Incluye Psicología...
– Sí, por la dependencia psicológica; Trabajo Social, por la dependencia social; el médico, nutricionista, terapeuta respiratorio y enfermera. Es un trabajo mixto.
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– ¿Cuánto tiempo está la persona en esa terapia?
– Ocho semanas. Previo a eso se hace una entrevista, y si la persona también tiene dependencia al alcohol y drogas, se refiere al IAFA. En la CCSS, tiene que estar asegurado, pero para quienes no están asegurados están las clínicas del IAFA.
– 73%...
– Un 73% de la gente que deja de fumar con la terapia se mantiene al año. El éxito mayor es cuando uno da un seguimiento de un año. Un 90% de la gente que termina la terapia deja de fumar, pero hay un pequeño porcentaje que recae y vuelve a fumar.
– ¿Medicamentos coadyuvantes a la terapia?
– Nosotros usamos la vareniclina, que es el medicamento que usado solo, sin otro acompañante, tiene un éxito de alrededor de un 30% para dejar de fumar.
– ¿Qué es? ¿Un ansiolítico?
– No. Es un agonista de receptor de la nicotina. La nicotina entra en los receptores en el cerebro y libera las sustancias que hacen sentir bien. La vareniclina no deja que la nicotina entre, pero libera un poquito de lo que la nicotina libera, para hacer que los síntomas de la abstinencia (ira, irritabilidad, insomnio, sudoración, falta de concentración) sean menores. Lo que se busca es que la persona no sufra tanto (con el síndrome de abstinencia por dejar de fumar).
“No todo mundo tiene una dependencia alta, y esto lo medimos por medio de un test. Los medicamentos están diseñados para unas doce semanas. El que usamos es el más efectivo. Vea que, según los estudios, un 30% de las personas deja de fumar solo tomando este medicamento. Estos datos (contrastan) con el 18% del cigarro electrónico (según el mejor estudio que ellos muestran). Y de ese 18%, el 80% se mantuvo vapeando durante el año. Es decir, no lo dejaron”.
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– ¿Hasta cuántos intentos puede hacer una persona para dejar de fumar?
– Múltiples.
– ¿Incontables?
– Con la ley (de control de tabaco), estamos viendo pacientes cada vez más difíciles.
– ¿Por qué?
– Porque al haber más restricción, ambientes libres de humo, hay menos publicidad y ya usted no tiene permiso de salir a fumar cada hora... esta protección del ambiente libre de humo de tabaco y la posibilidad de ofrecer tratamiento, hace que unos dejen por una razón otros por otra. Hemos tenido ferias que con los pulmones que llevamos hace que la gente lo deje. Muchos quedan vapeando por años porque están pegados a la nicotina. ¿Y cuánto es el costo?
– ¿Por qué son más complejos los pacientes que les llega?
– Porque están llegando a quienes les ha costado mucho. Se ha detectado que alrededor del 40% de la gente que llega tiene depresión, ansiedad, bipolaridad (enfermedad dual) y esquizofrenia, que cuesta más. ¿Usted cree que un esquizofrénico va a dejar de fumar vapeando? Entonces hay que trabajar en dar medicación y terapia para la depresión, para que dejen de fumar.
– ¿La ley les está dando recursos para todo esto?
– Medicamento, tenemos el equipamiento, materiales y personal que ha sido inducido (en el tema). Hay directores que apoyan mucho y otros a quienes tenemos que estar enviando notas.