La primeras vacunas contra la covid-19 en Costa Rica se aplicaron el 24 de diciembre, tres meses después, los datos dicen que 106.227 costarricenses tienen su protección completa y otros 99.971 esperan su segunda dosis para completarlo.
Esta velocidad preocupa a algunos especialistas, que consideran que el ritmo aleja al país de poder contener una posible tercera ola, como la que ya se observa en otros países.
“El virus amenaza con una tercera ola. Es algo real en otros países y se nos viene. El promedio esta semana (en Costa Rica) ya anda por los 400 casos diarios, es mucho más de los 304 que vimos hace unas semanas. Los niveles de inmunización no van tan rápido, el virus posiblemente nos alcance antes, no nos va a dar tiempo”, advirtió el médico epidemiólogo Ronald Evans.
Según ha explicada la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el ritmo de vacunación lo dicta la cantidad de dosis que se reciben. Además, al requerirse dos inyecciones, se guarda la segunda dosis de cada persona que recibirá la primera, es decir, la mitad de las vacunas está “bloqueada” para colocar la segunda inyección.
Hasta el momento, el país ha recibido 557.060 dosis y para la noche de este martes se espera la mayor entrega hasta el momento: 119.340, lo que llevaría a un total de 676.400 vacunas.
Para Evans, quien también es investigador de la Universidad Hispanoamericana, ese es justamente el problema: el país en este momento no tiene control de cuánta cantidad de producto recibe.
“El problema no es de capacidad ni de logística de la Caja, ahí no está el problema. El problema es que las entregas de dosis no nos permiten ir al ritmo que quisiéramos”, recalcó.
Logística complicada en la aplicación
Las características del producto de Pfizer y BioNTech también afectan que estas vacunas se apliquen con la rapidez requerida.
Esta sustancia requiere almacenarse a temperaturas de -70° C, solo resiste la temperatura de refrigeración típica de otras vacunas (entre 2 ° C y 8 ° C) los cinco días anteriores a su aplicación.
A esto se le debe añade un proceso previo que debe cumplirse el día de la vacunación y que hace que el proceso sea más lento que con cualquier otra vacuna.
Cada producto viene en un frasco (vial) con otras cinco dosis y debe pasar un proceso de descongelamiento, luego se diluye en un suero y debe preparase individualmente cada vacuna. Todo esto toma tiempo.
“Pfizer puede ser la mejor vacuna, pero es la más problemática en su logística, dura más en llegar al país y la forma de aplicación es más compleja por su congelación y eso le resta rapidez al proceso”, recalcó Evans.
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Lejos de la inmunidad rebaño
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El ritmo de vacunación nacional nos aleja de obtener la llamada inmunidad rebaño, la que se da cuando hay una mayoría considerable de la población vacunada de manera que estos protegen a los no vacunados y la incidencia de la enfermedad baja.
No hay un número claro para obtener la inmunidad rebaño de la covid-19, pero se considera un mínimo de 70% de la población. La aplicación Time to Herd (Tiempo para el rebaño) señala que, según la población de Costa Rica y si se mantuviera el ritmo que llevamos hoy, nuestro país alcanzaría la inmunidad rebaño en 727 días, o 1,99 años.
Aún más: si se le apuntara al 75% de la población se demorarían 782 días (2,14 años) y si se persiguiera un 80% nos faltarían 836 días (2,29 años).
Para Evans, es necesario negociar con otros laboratorios farmacéuticos que tengan la posibilidad de entregar su producto con mayor celeridad.
“Hay un abanico de opciones con otras vacunas que tal vez puedan suministrarnos lo necesario en menor tiempo, y que puedan aplicarse con mayor rapidez”, aseveró.
“¿Por qué no se negocian opciones con China, Rusia, por ejemplo? Tal vez hubo un mal cálculo, hubo demasiada precaución, decidimos guiarnos por lo dicho por la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.) y no nos animamos a buscar otras opciones que nos darían más dosis en menos tiempo. Las autoridades fueron muy timoratas”, agregó.
El especialista asegura que esta velocidad podría aumentarse con la llegada de la vacuna de AstraZeneca.
“AstraZeneca llega en mayo, pero no con tantas dosis (llegarán 204.000 del acuerdo directo de con compañía y 218.000 con la iniciativa COVAX). Esta vacuna nos permite dar la segunda dosis 90 días después de la primera, como se hace en Inglaterra, y esto nos daría el chance de ir protegiendo a más gente”, comentó.
“Todavía estamos a tiempo de negociar más dosis con ellos o con otras compañías que puedan darnos más celeridad”, agregó.
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En perspectiva
¿Cuán lejos está Costa Rica de esa inmunidad rebaño en relación con otros países? Time to herd, que es desarrollada por la compañía de inteligencia artificial DeepAI, tomó en cuenta los datos de más de cien países y calculó, con base en la población del país y de su ritmo actual de vacunación cuánto tomaría llegar al 70% si la velocidad se mantuviera.
Hay una salvedad: en el listado hay países que utilizan diferentes vacunas, algunas de estas con un nivel de celeridad en producción y aplicación más rápido que la de Pfizer. Además, ya entró en el mapa la vacuna de Janssen (línea de vacunas de Johnson & Johnson), que es de una única dosis.
Dicho esto, hay tiempos tan cortos como 48 días en Israel (1,5 meses) y otros tan largos como 32.922 días en Kenia (90,2 años).
En Estados Unidos esta se alcanzaría en 133 días (4,4 meses), en Canadá en 353 (11,77 meses) y en México 868 días (2,38 años).
Por su parte, en Colombia serían 1.318 días (3,61 años), en Noruega 764 días (2,09 años), en Uruguay 244 días (8,13 meses) y en Argentina 564 (1,54 años).
En América Latina destaca Chile, que en 73 días (2,43 meses) tendría esta protección.
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El caso de Chile
Para Evans, Chile es el ejemplo perfecto de que la vacunación no es la única herramienta contra la pandemia.
“En vacunación, Chile es un ejemplo en todo el mundo, van a 1,06 dosis por cada 100 habitantes al día. Esto es monstruoso, en 90 días tendrían vacunada a toda la población con una dosis”, expresó Evans.
Sin embargo, en estos momentos también registra un aumento grande de casos.
“Es preocupante, son niveles como los vistos a mediados del año pasado”, señaló el especialista.
Según señaló el medio internacional DW, el sábado pasado, el país suramericano marcó el récord de contagios diarios: 7.084 nuevos casos y cada día mueren en promedio unas 100 personas: un fallecido cada 15 minutos.
El reportaje destaca que la vacunación masiva comenzó cuando había un nivel de contagio muy alto, y la protección ofrecida con la vacuna no es inmediata.
“Las vacunas no son la única herramienta de control de la epidemia. Son una herramienta más, que evita la enfermedad grave, pero no la transmisión. Los virus siguen circulando”, dijo la epidemióloga Muriel Ramírez.
Para Evans, esto es señal clara de que aun con la vacuna no podemos dejar de lado las otras medidas como las mascarillas, la higiene y la distancia física.
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