Los desperfectos de la gammacámara, a los cuales se suman las continuas salidas de operación del tomógrafo y el daño en un módulo de enfriado del nuevo angiógrafo, han servido para agudizar la crisis que el Hospital México vive desde que falló el sistema eléctrico de sus 17 quirófanos, en julio del 2014.
Son averías constantes y por diversas causas. En dos de esos equipos, los problemas tienen que ver con la cercanía del fin de su vida útil sin que estén a la vista sus reemplazos.
Aunque las autoridades del hospital no lo reconocen directamente, esa situación eleva sus listas de espera: 2.000 estudios de tac están pendientes de análisis y, al menos, 50 enfermas con cáncer de mama aguardan cirugía desde noviembre, pues no pueden realizarles una biopsia para la cual es necesario uno de estos equipos.
En agosto pasado, los médicos paralizaron el cento de salud. En ese momento, denunciaron el aumento de la lista de espera quirúrgica de 7.000 a 9.000 pacientes a raíz de la crisis provocada por los quirófanos.
Lo anterior se suma a la denuncia, en abril, de la exjefa de Cardiología, Sofía Bogantes Ledezma, que destapó una lista de pacientes muertos mientras esperaban cateterismo cardíaco.
Hasta ahora, las medidas ejecutadas son de carácter paliativo. Entre ellas, está un convenio con el Hospital del Trauma, centro a cargo del Instituto Nacional de Seguros (INS).
Ese acuerdo le permite al México usar dos quirófanos y 12 camas al día para cirugías de baja complejidad, como hernias.
También se ha recurrido a los hospitales San Juan de Dios y Calderón Guardia, en San José, y San Vicente de Paúl, en Heredia, para que le cedan algunas horas de tac y gammacámara solo para los casos urgentes.
El Hospital México es el centro con el área de referencia más grande del país: más de 2 millones de habitantes, de zonas entre las cuales están Guanacaste, Liberia y Puntarenas.
Crítico. La situación de la gammacámara y el tac (tomógrafo axial computadorizado) es de las más urgentes, entre el medio centenar de equipos de alta complejidad del México.
Estos aparatos comenzaron a funcionar el 5 de febrero tras varios días fuera de servicio, informaron el México y la Caja.
Las dificultades que se afrontan con la actual gammacámara destapan el gran espacio de tiempo que transcurre entre la “muerte” de un equipo y la entrada en operación de su reemplazo.
Aunque la gerenta de Infraestructura y Tecnología de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Gabriela Murillo Jenkins, asegura que están tratando de acortar el ciclo de compra de los equipos, “existen procedimientos de contratación que la CCSS no se puede brincar”.
Esto explica porque la adquisición de la nueva gammacámara –cuyo costo se calcula en $2 millones– apenas está en estudio de preinversión. Con el tac sucede lo mismo. Carlos Quirós, jefe de Radiología, reconoce que el equipo no da para más y es mucho el riesgo de diagnósticos equivocados.
El último desperfecto, que mantuvo paralizado el servicio dos semanas, se debió a una falla del colimador, una parte del tac relacionada con la calidad de las imágenes que se toman.
Con la actual gammacámara se vive el mismo drama de hace 14 años, cuando falló la anterior. Igual, hubo síntomas previo a la salida de operación del equipo. Los pacientes de ese entonces corrieron con peor suerte que los de hoy pues esperaron tres años con el equipo paralizado.
El director del hospital, Douglas Montero Chacón, reconoció que estos equipos no dan abasto para la demanda.
Según informó Montero, se le solicitó a la Gerencia Médica valorar la pertinencia de otro de estos aparatos para el hospital.
“Cuando se cambie el tac (probablemente, a principios del otro año), va a existir un periodo de semanas y quizá de pocos meses sin servicio, asunto que afectaría mucho el recargo en otros hospitales y la oportunidad diagnóstica de los pacientes, por lo que idealmente sería conveniente valorar si se determina la necesidad de otro tac”, dijo Montero.
El director médico vaticina otro problema cuando el jefe del servicio de Medicina Nuclear, a cargo de la gammacámara, se pensione.
La jubilación de Carlos Mora ocurrirá este año y solo quedará un especialista en esa área a cargo de todo el servicio.
“Quedaríamos con un solo especialista, que tiene derecho a vacaciones profilácticas, por lo que consideramos importante valorar con la Gerencia Médica la capacitación del personal a la brevedad posible y, mientras tanto, trasladar a algún especialista de otro hospital al nuestro”, dijo Montero.
El México pidió a esa Gerencia analizar la oferta y demanda de equipos de gammagrafía, ya que, según Montero, la gammacámara actual no puede efectuar estudios que hoy necesitan médicos y pacientes.
Hospitales como el San Juan y el Calderón Guardia disponen de más equipos de gammagrafía en comparación con el México.
Solo en el San Juan hay cuatro gammacámaras; en el Calderón Guardia, dos. Ambos hospitales tienen un tac cada uno.