El Ministerio de Salud emitió el 12 de mayo una orden de cierre para el programa de trasplantes hepáticos del Hospital México por considerar que el servicio “incumplía estándares internacionales de supervivencia de los pacientes sometidos a este procedimiento”.
Autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) dieron este miércoles los números comparativos de desempeño utilizados para justificar la orden sanitaria de cierre.
Tanto Randall Álvarez Juárez, gerente médico de la Caja, como José Pablo Garbanzo Corrales, coordinador institucional de donación y trasplantes de la entidad, insistieron en que la causas de esos resultados son multifactoriales y se relacionan con la condición de salud del paciente y factores de riesgo. A pesar de esa aclaración, admitieron las diferencias de resultados entre centros médicos.
Si se ve la mortalidad antes de cumplir los 30 días del procedimiento, en el Hospital Calderón Guardia es del 8% (supervivencia del 92%), mientras que en el México era del 30% (supervivencia del 70%).
Otro de las variables que se midió fue la sobrevida un año después del trasplante, es decir, cuántos pacientes continuaban vivos 12 meses después de su intervención. En el Calderón Guardia fue del 85%, mientras que en el México del 50%.
Y si se ve la sobrevida a tres años plazo, en el Calderón Guardia fue del 81% y en el México del 43%.
Estas cifras fueron insumo fundamental para que Salud, como ente rector, tomara la decisión. Los pacientes del México fueron asumidos por el Hospital Calderón Guardia.
Álvarez informó de que desde este 16 de mayo comenzaron a comunicarse con las 35 personas que estaban en la lista de espera del Hospital México para aclarar sus dudas y garantizarles la atención en el Calderón Guardia. De estos 35 pacientes, hay 21 que están “activos” y 14 que están temporalmente excluidos porque su condición de salud en este momento no les permite recibir un nuevo órgano.
“Ya se inició el proceso de coordinación. Se coordina todo lo pertinente en ambos centros de salud. Ya se llamó casi a la totalidad de pacientes, han quedado algunos casos, particularmente a quienes están en el grupo prioritario”, destacó Álvarez.
En total, detalló Garbanzo, hay 55 personas que esperan un órgano y que estaban repartidos en los hospitales México, Calderón Guardia y Nacional de Niños. Sin embargo, enfatizaron en que la lista de espera es única a nivel nacional y que el orden de la lista no ha sufrido modificaciones, se mantiene independientemente del centro médico donde se realiza.
“La única lista de candidatos a trasplantes a nivel nacional la lleva el Ministerio de Salud, mediante la Secretaría Ejecutiva Técnica de Donación y Trasplantes de Órganos y Tejidos a través del sistema nacional de trasplantes de órganos. No se van a generar cambios en esa lista, lo único que cambia es el centro médico donde se realizará el procedimiento”, especificó Álvarez.
“No queremos que haya angustia en los pacientes”, añadió.
Los funcionarios subrayaron que estas listas son dinámicas, porque pueden haber nuevos ingresos en cualquier momento o movimientos, según la gravedad de pacientes o nuevos órganos compatibles que hagan posible un trasplante.
600 días de espera
¿Cómo es la priorización de los candidatos a trasplante? Garbanzo explicó que no todos los pacientes con problemas en el hígado requieren trasplante, no todas las condiciones lo requieren y no todos se verían beneficiados con un nuevo órgano.
Aquellos pacientes que sí lo necesitan y tienen condiciones son incluidos en la lista única de candidatos a trasplante. En este listado, los tiempos de espera en este momento están en 600 días (1,64 años, es decir poco más de año y siete meses).
“Sí es un tiempo largo y esto va en relación con la cantidad de donantes que se tienen disponibles”, subrayó.
La tasa de donación, aseveró Garbanzo, es cercana a cinco donantes cadavérico por millón de donantes. Álvarez indicó que se trabaja a diario para mejorar las tasas de donación en la población y en mejorar el aprovechamiento de los órganos y tejidos.
Sin embargo, no siempre es este tiempo de espera de 600 días en promedio. No es un asunto de “quien primero ingresa a la lista, primero es trasplantado”. Los pacientes se priorizan según la gravedad de su condición y la urgencia con la que deben ser intervenidos para salvar su vida.
“La normativa busca brindar el trasplante de primero al que más lo necesita. La lista no depende del tiempo, sino de la condición (...) Nos comprometemos a que los tiempos de espera no se afectarán”, especificó.
¿Cómo se obtiene esa priorización? Garbanzo aseguró que, se hacen estudios de laboratorio en los que se asignan puntajes y según esto es la prioridad. Por ejemplo, un paciente con un fallo agudo, que estaba bien la semana pasada y tiene un fallo fulminante y su vida corre riesgo va a estar de primero, mientras que pacientes que podrían estar con un puntaje bajo y mantenerse en una condición estable podrían tener un nivel de vida aceptable dentro de la situación.
A esto se le debe añadir la compatibilidad del órgano, porque deben ser del mismo grupo sanguíneo y llenar algunas características.
¿Qué pasará con los ya trasplantados?
Tanto Álvarez como Garbanzo señalaron que los pacientes que ya fueron sometidos a un trasplante en el Hospital México y deben llevar un control por el resto de su vida, seguirán siendo atendidos en ese centro.
La esperanza de la CCSS es reabrir el programa del México, pero no hay fecha prevista; primero se debe realizar un análisis del servicio y ver cómo se encuentra. El Ministerio solicitó a la CCSS realizar ese estudio para estandarizar las condiciones en los diferentes sitios de salud y después el Ministerio de Salud deberá dar la luz verde y autorizar.
“La orden sanitaria indica realizar un diagnóstico operativo y menciona que se podrá reiniciar las actividades de acuerdo con dicho análisis. A eso estamos abocados ahora.
“Obviamente, la prioridad son los pacientes y ofrecer la atención que necesitan, y estamos visualizando el análisis que será muy serio, que involucrará profesionales en diferentes disciplinas y determinar qué podría beneficiar más a los pacientes”, concluyó Garbanzo.