Un grupo de siete enfermedades crónicas o de evolución prolongada y lenta, representa la causa del 80% de todas las defunciones en Costa Rica. Tan solo el año pasado, estas afecciones cobraron la vida de 16.862 personas, marcando la cifra más elevada de mortalidad por esta causa desde el año 2000, con una tasa de mortalidad de 323,3 por cada 100.000 habitantes, según un estudio realizado por epidemiólogos de la Universidad Hispanoamericana.
Las siete enfermedades son cáncer, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad renal crónica, alcoholismo y cirrosis. Este grupo provocó la muerte de 280.599 costarricenses en el periodo comprendido entre 2000 y 2022.
Según el informe de la Universidad Hispanoamericana, las provincias con altas tasas de mortalidad por ese grupo de enfermedades son San José (294,9 muertes por 100.000 habitantes), Guanacaste (290,2) y Cartago (273,9).
Los principales grupos de edad que concentran esas muertes son los conformados por personas entre 80 y 89 años (29,4%), los de 70 a 79 años (24,4%) y quienes tienen entre 60 y 69 años (18,7%).
En el mundo, un 33% de la mortalidad se debe a las enfermedades del corazón, un 18% al cáncer y un 7% a las enfermedades respiratorias; es decir, un 57% de todas las muertes a nivel global, explicó Ronald Evans, coordinador del informe de la Universidad Hispanoamericana (UH).
El equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la UH presentó los resultados de la primera etapa de la revisión de datos sobre la carga de la enfermedad y la mortalidad en cáncer, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonar obstructiva crónica, enfermedad renal crónica, alcoholismo y cirrosis.
La carga de la enfermedad, explicaron, es el conjunto de estimaciones de mortalidad, morbilidad y discapacidad, por edad, sexo y localizaciones geográficas.
El análisis de esos datos, revela un crecimiento continuo de la mortalidad, de menos de 500 muertes por año. Sin embargo, entre 2020 y 2021 el incremento fue mayor al registrar 980 decesos por este conjunto de patologías.
Los indicadores más elevados, explicó Ronald Evans, se observaron en el 2021, con 315,9 muertes por 100.000 habitantes, y el 2022, con 323,3 muertes por 100.000. La tasa de mortalidad más baja se registró en el 2002, con 228,6 por 100.000 habitantes.
“El análisis por quinquenios, o cada 5 años, evidencia el impacto de las enfermedades crónicas en el país. Entre el 2003 al 2007, hubo un crecimiento de 14,12%. En el siguiente periodo el aumento fue menor (11,35%).
“Sin embargo, entre 2018 y 2022 creció un 18,73%. Si comparamos los quinquenios extremos, las defunciones por enfermedades crónicas no transmisibles se incrementaron en un 52,84%”, concluyen los especialistas.
Más revelaciones
La distribución por sexo muestra que este grupo de siete padecimientos mató a 152.660 hombres (54,41% del total de muertes entre 2000 y 2022) hombres y 127.939 mujeres (45,60%).
En los últimos cinco años, agrega el informe, las muertes de varones crecieron en un 14,98% con tasas de mortalidad en el rango de 311,4 hasta 323,5 defunciones por cada 100.000 habitantes.
En las mujeres, el aumento de los fallecimientos por estas causas fue del 20,08%, aunque con tasas menores, entre 264,9 hasta 303 muertes por 100.000 habitantes.
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