Sin buscarlo porque prefiere ser de bajo perfil, Daniel Salas Peraza se convirtió en una de las figuras públicas más reconocidas de la presente administración. Su liderazgo en el manejo de los efectos de la covid-19 en Costa Rica le permite afirmar, a un mes de finalizar su gestión, que las decisiones tomadas con apoyo de equipos técnicos evitaron miles de muertes más por esa causa.
El estudio para precisar la cantidad de vidas que se salvaron con medidas como el confinamiento inicial, la restricción vehicular sanitaria, el cierre de fronteras, la reducción de aforos, el distanciamiento físico y el uso de mascarillas quedará para después, cuando él deje su posición de jerarca y otro ocupe su lugar a partir del 8 de mayo. Hasta este 5 de abril, 8.327 personas habían muerto por causas relacionadas con la covid.
La labor más visible y pública del ministro fue la relacionada con el manejo de la pandemia. Pero Salas destaca una lista larga de acciones en otras áreas de la Salud Pública durante su gestión. De las más importantes, quizá, la aprobación de la norma técnica para la interrupción del embarazo cuando peligra la vida o la salud de la madre, y la aprobación de la pastilla del día después. Ambas consideradas por él como avances en salud sexual y reproductiva de las costarricenses.
El viernes 8 de abril, el ministro recibió a un equipo de La Nación con quien hizo un balance de casi cuatro años al frente de la cartera de Salud. El siguiente, es un resumen de la entrevista.
– Los costarricenses desean saber si, antes de salir, ve posible declarar el fin de la emergencia por la covid.
– Estamos a la expectativa de ver qué es lo que ocurre: ver tendencias, que se sostengan las cifras y que no haya un riesgo de nuevas variantes. Esto es parte de lo que hay que considerar para levantar la emergencia a nivel nacional. Esto, en el entendido de que hay un ente autorizado, que es la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es la que declara el final de la pandemia.
– ¿El criterio de Salud es esperar la decisión internacional antes de tomar cualquier decisión interna?
– No se debe seguir necesariamente esa secuencia. Es claro que mientras la OMS no diga que tenemos el fin de la pandemia puede haber un riesgo de resurgimiento de olas pandémicas. Esto no es un paseo tranquilo, puede haber presión a nivel hospitalario, pero a niveles que pueden ser más tolerados. Nuestro país todavía tiene 800 casos por día y las UCIS (Unidades de Cuidados Intensivos) tienen algunas decenas de pacientes. Estamos en un momento de prudencia; sí con más libertad con ampliación de aforos y eliminación de medidas restrictivas, como la restricción vehicular, pero no significa que tocamos completamente el punto de seguridad, donde ya podamos decir ‘¡se acabó!’
– A su salida, el 8 de mayo, ¿la mascarilla va a quedarse con nosotros?
– Yo diría que todavía. Estamos muy cerca de eventualmente suspenderla en algunos lugares y condiciones. Pero decir exactamente en qué momento sería irresponsable. Es un análisis que todavía tenemos que hacer. Espero que se le dé continuidad con las siguientes autoridades, y sabemos que así va a ser porque es una medida que sabemos que muchos desean que se levante, y estoy seguro que muchos seguirán usándola porque les da seguridad.
LEA MÁS: Restricciones sanitarias que cambian a partir de marzo
– La posibilidad de cuarta dosis, ¿está en análisis por parte de la Comisión Nacional de Vacunación, o quedará para la próxima administración?
– La cuarta dosis se ha estado analizando en la Comisión, que es el ente que establece ese tipo de medidas. Hemos hecho la consideración de cuarta dosis para ciertos grupos que podrían tener alguna condición en su sistema inmunológico que hace que no respondan tan satisfactoriamente a tres vacunas previas. Puede ser que, en algún momento y ante la evidencia que vaya surgiendo, se pueda tomar la decisión de ampliarla a otros grupos.
– ¿Tiene el Ministerio de Salud idea de cuántas muertes se ahorraron con las medidas que se tomaron, fundamentalmente con la vacunación?
– Lo que estamos claros es que son varios miles de muertes las que se lograron evitar. Sí se requiere iniciar un trabajo para hacer esa proyección.
LEA MÁS: Covid-19 vuelve a empujar hacia arriba mortalidad en Costa Rica
– ¿Se hizo todo lo que se pudo? ¿Quedó algo pendiente?
– Cuando uno ve la historia de la pandemia, lo que uno hubiera querido eran cosas previas, no durante la pandemia. Por ejemplo, haber tenido una capacidad interna o haber coordinado a nivel subregional para tener capacidad de contar con producción aumentada de insumos necesarios, como equipos de protección personal o kits diagnósticos, que en algún momento escasearon tanto. Para las siguientes pandemias, es importante prever cómo podemos organizarnos mejor. Los países desarrollados han entendido que, al final, si los países manejan bien la pandemia y tienen buenos niveles de vacunación, se minimiza la extensión del riesgo.
– ¿Qué no se manejó tan bien?
– Algunos mencionaron el retraso en el uso de mascarilla. Lo que sí le puedo decir es que se han tomado las decisiones más responsables tratando de conseguir la mejor evidencia y basados en el criterio de los profesionales más capacitados.
Salud salió fortalecido
– ¿Qué sumó la pandemia a la rectoría?
– Responder oportunamente con medidas ajustadas a la realidad y trabajar en ese andamiaje de lineamientos, protocolos y de trabajo intersectorial e interinstitucional en el que se sumó la academia, eso permitió al Ministerio de Salud darse cuenta de que somos fuertes como ente rector en la medida en que podamos articular con otros actores que influyen en la producción de la salud. Lamentablemente, la visión ha sido que el Ministerio de Salud tiene que hacerlo todo y ser autosuficiente, y más bien hay que buscar esa complementariedad.
“El fortalecimiento del trabajo interinstitucional e intersectorial, donde se vio que las municipalidades entraron en acción, que las comunidades se organizaron, que los comités locales de emergencia con las áreas rectoras de salud y con la Caja estaban haciendo un trabajo enorme, fue algo que fortaleció el liderazgo del Ministerio de Salud. El haber tenido claridad y comunicación constante con la población, y que esta sintiera que tenía un ente rector que se preocupaba por su salud, que estaba diciendo ‘aquí estoy presente y para ustedes, y aquí están las medidas para cuidarlos’”.
– Vacuna contra el papiloma humano, la píldora para el día después, la norma técnica para la interrupción del embarazo... ¿cuáles otras medidas agregaría a la lista de acciones emprendidas durante su gestión?
– Esta administración dejó importantes hitos en el área de Derechos Humanos con énfasis en los derechos reproductivos de las mujeres. La vacuna del papiloma humano es un hito importante porque se aprueba y empieza a aplicar en esta gestión. La norma para la interrupción del embarazo en situaciones de riesgo para la vida y la salud de las madres era una deuda que teníamos; estaba en el Código Penal que lo facultó hace décadas. Es importante reconocer que una mujer es una persona con igualdad de derechos y puede valorar su riesgo.
LEA MÁS: Seis mujeres solicitaron en 2021 interrupción terapéutica del embarazo, solo dos casos prosperaron
“La pastilla del día después no es un logro directamente del Ministerio de Salud, pero claro que al final hicimos que en la reglamentación y el decreto se pusiera de venta libre en las farmacias porque la idea es que sirva como una anticoncepción de emergencia. En todas estas cosas, como en el uso del condón femenino, se reconoce ese derecho de las mujeres de tomar más control sobre su vida y sus derechos sexuales y reproductivos.
“Se trabajó mucho en simplificación de trámites. El registro de alimentos y cosméticos se llevó a un día, también los permisos sanitarios de funcionamiento. También trabajamos en la atención de las intoxicaciones por bebidas adulteradas con metanol. Otro tema fue el de la ameba de aguas termales y la prohibición del estereofón con una importante repercusión en la salud de la gente. Además, se fortaleció la gestión de riesgo en el Ministerio de Salud. Nunca se había trascendido tanto en tener un plan de atención multiamenaza de gestión de riesgo en cada región”.
– Estas decisiones en el área de derechos sexuales y reproductivos no dejan de ser controversiales. ¿Cómo fue lidiar con eso?
– Siempre es difícil. Hay gente que quiere llevarlo a una discusión fuera de contexto. Decían que era abrir la puerta al aborto y que no hacía falta. ¡Mentira! Se logró proteger la salud y la vida de varias mujeres que, bajo el análisis de gente capacitada, se determinó que estaba en riesgo su salud y vida. Esto no se veía antes.
– ¿Qué quedó pendiente en cuanto a rectoría y cuál sería la tarea para su sucesor?
– Una aspiración que yo tenía era trabajar en una sistematización de una filosofía de mejora contínua. No es que no se hace, pero yo quería que todos los funcionarios pensáramos en qué podemos mejorar cada día que ponemos un pie en el trabajo. Esto me hubiera encantado.
“Es importante seguir trabajando en promoción de la salud. Se tiene que pasar del paradigma de la atención de la enfermedad a la promoción de la salud. La estamos haciendo pero no articuladamente. La promoción de la salud es incidir sobre los determinantes de la salud y que la gente se empodere de las decisiones que debe tomar para mejorar su salud.
“Como país tenemos que trabajar en la sostenibilidad de la CCSS, porque sabemos que el modelo actual no alcanza para el mediano y largo plazo. Todavía no se le ha metido con ganas a este tema y hay que hacerlo. Y remozar la atención primaria, que se ha dejado en los Ebáis, y no son sinónimo. El Ebáis claro que es un actor importante pero no es suficiente para hablar de que tenemos una atención primaria en salud fuerte y bien conducida, con participación a nivel comunitario y de las municipalidades en pos de mejorar las condiciones de salud”.