En abril del 2015, la cardióloga Sofía Bogantes Ledezma denunció la muerte de 141 pacientes mientras esperaban un cateterismo cardíaco en el Hospital México.
También reveló una lista de 830 enfermos en espera de cirugía cardíaca en ese mismo hospital.
Desde entonces, esta denuncia ha pasado por varios escenarios, incluyendo la Asamblea Legislativa, el Ministerio Público, la Defensoría de los Habitantes y la propia Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
A casi un año de la revelación que obligó a la Caja a tomar medidas de urgencia, Bogantes asegura que las muertes continúan. Ella, entre tanto, fue separada de su cargo como jefa del servicio de Cardiología en el Hospital México y trasladada al Hospital Nacional de las Mujeres.
En entrevista, realizada el 29 de febrero, la cardióloga aseveró que la CCSS ha silenciado a quien se atreva a denunciar o a revelar datos relacionados con las listas de espera, tal y como ella hizo.
La conversación se dio en la sede de la Unión Nacional de Empleados de la Caja (Undeca), sindicato que la ha apoyado en sus gestiones.
El 20 de enero, usted denunció que las muertes de pacientes en espera de cateterismo seguían. ¿Siguen las muertes en el Hospital México? ¿Mantiene usted esa afirmación y con base en qué usted la sustenta?
Absolutamente. Continúan los fallecimientos de las personas. Nosotros, como cardiólogos, tenemos una comunicación muy completa y le damos prioridad a los casos, que constantemente comentamos. Yo he sido trasladada al Hospital Nacional de las Mujeres, donde no tengo pacientes cardiópatas pero sí tengo mi celular y correo, y recibo información, incluso de los mismos pacientes, que me llaman y me comentan la situación hasta del fallecimiento de familiares. Posterior a la denuncia, estando yo de jefa de servicio, se pudo constatar 15 fallecimientos más que fueron debidamente comunicados al Ministerio Público. Hay tres fallecimientos más recientes que tengo que comunicar.
Que siga muriendo gente, ¿es síntoma de qué?
De que la solución al problema no se ha instaurado. La solución al problema de resolverle al paciente el procedimiento que amerita y por el cual está en una lista de espera, y no más bien buscar sacar o deshacerse de ese paciente sin hacerle el procedimiento. Esta es, lamentablemente, la conducta que se está presentando en este momento.
¿Qué es lo que impide que el paciente no reciba el tratamiento con la oportunidad y calidad que merece? ¿Hay falta de recursos, voluntad política?
Existen varios estudios de auditoría y varios análisis que hicieron, en su momento, varias personas especialistas en epidemiología del Cendeisss (Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social, de la Caja) desde el 2010, en los cuales se determina una necesidad urgentísima de formación de recurso humano especializado: médicos, tecnólogos, enfermeras… Y desde el 2010 se hizo un estudio puntual en materia cardiocerebrovascular, y se determinó, de parte de todos los especialistas y del Cendeisss, que se estaba en una situación de emergencia. Esto se presentó en el 2011 a la Gerencia Médica y a la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social, como un diagnóstico y, además, como una necesidad de formación de ese recurso humano, equiparado a la infraestructura y al equipamiento que se requería.
¿Se le presentó entonces un plan a las autoridades de la Caja?
Ajá. No lo presentó Sofía Bogantes, lo presentó María Isabel Mora Aguilar, en ese momento epidemióloga del Cendeisss que fue encargada a raíz de un informe de auditoría para que hiciera este análisis. Ella fue a todos los hospitales y estuvo conversando con todos los especialistas en materia cardiovascular, cerebrovascular y vascular periférico. Desgraciadamente, hay diagnósticos donde se dice que existe una necesidad de recurso humano, que hay listas de espera, que estamos en situación de emergencia, pero cuando esto se lleva a las autoridades que políticamente tienen que tomar las decisiones existe más bien una conducta como de tapar, de decir esto no está pasando, como de negar la realidad. Yo lo percibo como dándole un matiz político a un tema tan sensible, que es el tema de salud.
"Posiblemente, si se hubieran tomado las medidas que en el 2011 en materia cardiocerebrovascular se habían planteado actualmente tendríamos posibilidad de atender. El problema de esto es que la demanda de servicios supera por mucho la oferta. Mientras, por ejemplo, en una semana se pueden hacer 30 procedimientos de colocación de stents entran 60, que van quedando rezagados… ni siquiera estamos quedando tablas".
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¿Cuál fue el equipo técnico-médico que dijo que esto era una emergencia nacional?
Ese estudio cardiocerebrovascular lo llevó a cabo el Cendeisss. La Auditoría Interna de la Caja, a raíz de una directriz de Junta Directiva, hizo un estudio que involucró al Hospital Calderón Guardia, al San Juan de Dios y al México. Lo puedo decir con propiedad porque yo formé parte del grupo de especialistas que fueron convocados para varias sesiones, fuimos entrevistados. Se hizo todo un diagnóstico de la necesidad en capacitación y formación de recurso humano. Fue un trabajo de un año completo donde se hizo todo este análisis y se determina dentro de las conclusiones de todo el grupo, en consenso, que estamos en una situación de emergencia nacional respeto a las listas de espera. Lo que pasa que la declaración de la emergencia nacional nunca llega a consolidarse.
¿La cabeza de la Caja (Junta Directiva) nunca declara emergencia nacional?
(Asiente). Pese a que los especialistas ya lo habíamos expresado así, y que además fue parte de un estudio validado,que el Cendeisss presenta a raíz de una directriz de la Auditoría Interna (de la Caja). Se hace este diagnóstico y se dice que estamos en una situación grave. Por ejemplo, en la formación de tecnólogos: se da un número de tecnólogos que era necesario formar, y ahorita no se está formando ninguno. Desde el 2011 no se están formando tecnólogos.
¿Para qué se necesita un tecnólogo?
En cardiología intervencionista, por ejemplo, se requieren tecnólogos en hemodinamia. Ellos tienen funciones específicas que son muy especializadas. Ellos se conocen todos los dispositivos y tienen que participar en todos los procedimientos. Tenemos tecnólogos en electrocardiografía, en hemodinamia, en electrofisiología. Han habido algunas limitantes no resueltas en cuatro o cinco años que uno no se explica.
Una recomendación de los cardiólogos no sube a la Junta Directiva…
Sí sube, sí sube y se presenta…
¿… pero la Junta Directiva no toma ninguna decisión?
Lo que se ha dicho al respecto es que la competencia de declarar emergencia nacional no corresponde a la Junta Directiva, aunque se esté en una situación de emergencia. Que se debe solicitar al Ministerio de Salud. Yo, como costarricense y como médico, sí reclamo la ausencia del Ministerio de Salud en cuanto a la participación como ente rector en lo que tiene que ver con listas de espera y con la vigilancia epidemiológica de los padecimientos cardiovasculares, hasta el momento con una marcada ausencia, que la resentimos todos los costarricenses y todos los médicos.
¿Este es el único estudio que se ha hecho en cuanto a necesidades cardiocerebrovasculares… ?
Sí. Hay otros más recientes, uno en materia de electrofisiología, que es una subespecialidad de la cardiología, donde estos pacientes que sumaban 312 pacientes en la lista de espera que yo entregué a la Asamblea Legislativa y fueron retirados en una forma unilateral por la Dirección Médica del Hospital México y sacados de la lista de espera por no considerarlos cateterismos cardíacos a criterio personal del señor director (Douglas Montero Chacón).
¿No eran cateterismos o sí?
Son cateterismos cardíacos, nada más que estos se desarrollan en la parte derecha del corazón. Lo que pasa es que con un criterio personal avalado por la Gerencia Médica sin que tenga en consideración el criterio del especialista en cardiología, se considera que no son cateterismos cardíacos, se mantiene en esa población y saca a esos pacientes.
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Según los números más actualizados que usted maneja, a hoy 29 de febrero del 2016 (día de la entrevista), ¿cuántas personas podrían estar esperando un cateterismo y una cirugía? Usted hablaba de cientos en abril del año pasado.
En febrero del 2015 había 600 pacientes esperando un procedimiento de cirugía cardiotorácica. Para abril, había 830. Douglas Montero (director del hospital) saca a 328 apenas hecha la denuncia. Siempre se arrastran esos 328 a la actualidad, porque lo que hizo fue una lista paralela y determinó que ‘no eran cateterismos cardiacos’, pero sí lo eran. Están pendientes en su mayoría estudios electrofisiológicos e implante de cardiodesfibriladores y resincronizadores cardíacos. En total, la lista real superaría los 600 pacientes en espera de cateterismO.
"Sucede que la Gerencia Médica aprueba una guía, que es la Guía para la Inclusión y la Depuración de Pacientes. Esta guía no es de conocimiento de ningún paciente, fue publicada por la web master y es de acatamiento obligatorio para todos los especialistas. Esta guía le prohíbe a los especialista manifestar externamente a la institución o internamente a la institución cualquier información que tenga que ver con las listas de espera. Es como una ley mordaza. Si usted da la información usted está sujeto a responsabilidad administrativa".
¿Como usted?
Hoy día lo que yo hice es un delito para cualquiera en la institución.
La guía, ¿salió después del 15 de abril después de su denuncia pública?
Salió en setiembre del 2015, sí. Además de eso, en esa guía, se nombra un grupo gestor de listas de espera y ese grupo se encarga, entre otras cosas, a un médico general llamar a los pacientes, vía telefónica. Ahí sí puedo decir que fui testigo de que a pacientes con patologías cardíacas muy complejas se les llama tres veces y se les saca de las listas de espera porque no contestaron, independientemente del diagnóstico que tenga el paciente. Uno, como médico tratante, desde luego que ve que es algo que se está haciendo totalmente al revés porque el médico general no tiene la competencia ni el conocimiento para definir si el paciente es o no urgente, o para sacarlo de la lista de espera.
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Los números que dio la comisión de la Caja, de 56 fallecidos, ¿qué piensa de esos números?
Me parece que el doctor Carlos Mas Romero (coordinador de la comisión de la CCSS responsable de revisar las listas) adelantó criterio con respecto a la investigación que aún se está desarrollando en el Ministerio Público. Es importante decir que el doctor Mas Romero no es patólogo. Él es pediatra. No tiene competencia para dar ningún criterio con respecto a los fallecidos.
"¿Qué fue lo que hizo esta comisión? Revisó los certificados de defunción. Entonces, venir a decir que de esos 141 fallecidos, apenas eran 56… ¡No! Todos los pacientes que estaban en esa lista de espera tenían un diagnóstico de un problema cardíaco, había que hacerles un cateterismo y la muerte les llegó primero que el cateterismo. Desde luego que la causa de muerte depende de quién certifica el fallecimiento. Generalmente, los certificados de defunción de muchas de estar personas se hicieron en la casa porque muchos murieron en la casa. El certificado de defunción no refleja 100% la causa de defunción porque no va con una autopsia. Ninguno de estos pacientes va con autopsia.
"Qué es lo que sí es importante y es sobre lo cual está trabajando el Ministerio Público: existe una razonabilidad en el tiempo de espera. Es absolutamente irracional que a una persona se le diera una orden de internamiento, se le pusiera el diagnóstico de enfermedad arterial coronaria o que requería un cateterismo para cambiarle una válvula y que cinco años después no se le haya realizado el procedimiento y la persona haya fallecido. Sobre eso es que está trabajando el Ministerio Público. Yo fui prevenida por el Ministerio Público en cuanto a que no podía dar declaraciones que vinieran a entorpecer. Cuando la comisión liderada por el doctor Mas hace una manifestación de estas, pues prácticamente le dice al Ministerio Público 'no hagan más investigación porque yo ya dije qué era lo que pasó y listo'. Me parece muy inadecuado. El Ministerio Público no está trabajando en la causa de muerte porque ya sabemos que todas estas personas estaban diagnosticadas con un problema cardíaco. La muerte le llegó primero que el cateterismo".
La CCSS ha insistido en que fue muy arriesgado que usted saliera diciendo que las personas murieron por la falta de un cateterismo.
Primero que todo, a mí se me ha querido penalizar dentro de la institución como si haber hecho la denuncia hubiera sido un delito. Yo tengo la competencia profesional y, además, como médico tratante de muchos de estos pacientes y como coordinadora de la revisión, uno a uno, de los casos, sí tengo el criterio de una especialidad en cardiología para definir que estas personas tenían una enfermedad grave en su corazón. En Junta Médica, y no solamente Sofía Bogantes, en junta médica con todos los cardiólogos, se determinó la necesidad y urgencia de realizar un cateterismo cardíaco, y se constató tanto con el Registro como con las llamadas telefónicas y con el expediente clínico el fallecimiento de estas personas sin haberle realizado el procedimiento.
"Retrospectivamente, no vamos a ir a resucitar a los muertos ni hacerle la autopsia a un cuerpo que ya está deteriorado. Lo que sí es que el exponer esta situación tan grave, no resuelta al día de hoy, es un deber de todo funcionario público. Máxime que en ese momento yo estaba coordinando toda la red noroeste que tiene el 52% de la población nacional y es donde se concentra hoy en día la mayor cantidad de personas enfermas del corazón".
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¿Se mantiene usted entonces con la lista original de muertos?
(Asiente) Sumado, además, los otros pacientes que informé al Ministerio Público, y los otros 3 que me ha venido a enterar más recientemente. El sol no se puede tapar con un dedo y tratar de venir a distorsionar o decir que no son tres sino 4… detrás de cada número hay personas y detrás de cada fallecido hay una familia doliente, una situación que causó muchísimo dolor de pérdida. Entonces, querer distorsionar esto, atacarme a mí como persona y funcionaria de la institución por haber hecho la denuncia, y penalizar a cualquier otro que haga lo que yo hice (y advertir que) va a ser sometido a un procedimiento administrativo disciplinario y va a ser condenado o juzgado por pérdida de lealtad o falta de confidencialidad, me parece inaceptable. Por lo menos, Sofía Bogantes, yo no voy a aceptar esto ni hoy, ni mañana, ni nunca.
Si desde el 2010 se sabía que esto venía pasando, ¿por qué esperó a que su lista sobrepasara los 100 fallecidos? ¿Qué le impidió en ese momento abrir la boca y denunciar esto antes?
Nosotros empezamos con un proceso de diagnóstico, primero. Sabíamos que había muchos muertos pero no sabíamos cuántos. En ese 2013, la misma gerente médica, María Eugenia Villalta, reúne a todos los cardiólogos no solo de la red noroeste, de todo el país. Todos los representantes estuvimos en esa reunión. El doctor Roberto Guzmán Ovares le hizo una carta en la que le imploraba que atendiera ese problema. Se hace la comisión y la doctora Villalta, por unanimidad de los compañeros, decidió que la coordinadora fuera yo. Cuando empezamos a darle los fallecidos y la situación, entonces ella nos dijo: 'Vamos a empezar a trabajar. ¡Dios libre la prensa sepa esto'. Ella nos previno a todos: 'Dios libre la prensa sepa esto'.
¿Y bajo qué condición lo hizo?
Como una cuestión de que el escándalo iba a ser tan perjudicial para la institución, y de que se iban a ocupar 100% de esta situación.
¿Hubo un compromiso de la Gerencia en solucionar el problema?
Hubo un compromiso.
¿Esto fue lo que la frenó a usted en un principio?
De hecho yo hice toda la justificación. Acompañé a la Unidad Técnica de Listas de Espera, a Manuel Emilio Navarro Correa (coordinador UTLE) y a María Eugenia Villalta Bonilla a la Junta Directiva. De eso hay, actas donde se presentó la situación. En ese momento, tres directivos que hoy están presentes porque repitieron el período: Adolfo Gutiérrez Jiménez, Oscar Ricardo Fallas Camacho, José Luis Loría Chaves, ellos estuvieron presentes en esa reunión. Presentamos la problemática. De 2.000 pacientes, la Junta Directiva en ese momento aprobó 300 pacientes para resolver bajo una modalidad de pago por caso con los especialistas. Posteriormente a esto viene el cierre de los quirófanos (del Hospital México), en agosto del 2014 y la toma de las salas de hemodinamia para hacer procedimientos. El problema de los quirófanos es un problema no resuelto en el Hospital México, y entonces la lista de espera empieza a dispararse. Otra vez, más muertos. Yo le comunico al director. Le digo 'doctor, está pasando esto'. Llamo por teléfono a María Eugenia Villalta y cero respuesta. ¡Y la gente muriéndose!
¿Cuál fue el detonante final de su denuncia?
Cuando ya un paciente llega, le agarra la mano a usted y se hinca implorándole ayuda, llorando, con dolor en el pecho, y no hay cama, no hay posibilidad de internarlo, no le dan cama para internarlo… la desesperación de los pacientes, del enfermo cardiópata, esa desesperación sentida como ser humano es lo que me hace buscar en otra instancia, ahora en la Asamblea Legislativa. Yo lo que les pedí fue misericordia, ¡misericordia por el enfermo cardíaco!
¿Por qué la Asamblea?
La Asamblea Legislativa no fue ahí solo un diputado. Todos los jefes de fracción recibieron el mismo documento. Todo el directorio recibió el mismo documento.
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¿Cuándo se los envió?
El 14 de abril. El 15 de abril fue cuando esto se hizo público.
¿Qué esperaba usted en ese momento que presentó a los muertos y a quienes esperaban cirugía? ¿Usted lo hizo con la esperanza de que sucediera qué?
Esto es como cuando uno necesita ayuda y va y toca una y otra puerta. Muchas se le cierran. Sí creo que de todas las instancias la Asamblea Legislativa fue la que tuvo la sensibilidad y le dio la importancia al tema de las listas de espera en la Caja.
Aunque quisieron matar al mensajero... Empezaron a cuestionarla a usted y su relación con don Douglas Montero. Si había algún motivo personal por el cual usted quisiera sacarse el clavo.
Creo que es normal que ante una situación como esta se indague. Por eso, he llevado todos los papeles a la comisión investigadora (del Congreso), con el orden cronológico de todas las denuncias que había realizado. Como funcionario público, en ningún momento yo resiento que se me cuestione algo. Más bien que me cuestionen y yo respondo. En la Asamblea Legislativa sentí un deseo de llegar a la verdad. ¡Perfecto, cuestiónenme!
¿Usted se esperaba todo lo que ha pasado después de su denuncia?
Cuando yo hice la denuncia, el Ministerio Público actúa de oficio, y la fiscal y el grupo de psicólogos que me atendió en la Oficina de Víctimas y Testigos del Organismo de Investigación Judicial me prepararon para todo lo que se venía. 'A usted le van a hacer esto, le van a tender camas, a acosar, le van a tratar de quitar el puesto … ¿usted está consciente de esto?'
¿Estaba consciente?
Sí, claro.
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¿Sabía que lo iba a vivir?
Lo más grave que uno puede tener en la vida es la consciencia de no haber hecho lo correcto. Ese es el castigo más grande del cual ningún ser humano se puede escapar. Y yo tengo la consciencia de haber hecho lo correcto. Esa tranquilidad de haber dicho la verdad, de haber hecho lo que tenía que hacer como costarricense, como cardióloga y jefe de un servicio tan importante, eso a mí me da total tranquilidad.
"Yo no me he sentido en ningún momento víctima. Diay, desde luego que todas estas gentes: el jefe del departamento, el director médico, la doctora Villalta y para arriba los que estuvieron involucrados, ellos se enojaron conmigo y agarraron personal este asunto. ¡Es que este asunto no es personal! Este asunto tiene que ver, no con Sofía Bogantes porque Sofía Bogantes no tiene problemas cardíacos. Tiene que ver con todo ese montón de personas, en su mayoría adultos mayores, en su mayoría gente que no tiene ni siquiera los pases para venir a una cita, que están esperanzados en que les resuelvan su problema; que les duele el corazón, porque el corazón duele, y que usted les entrega una orden de internamiento como si les fuera a hacer el procedimiento y usted misma sabe que puede pasar un año y puede ser que se mueran primero. Ya cuando un paciente lo agarra a usted, lo socollonea y le dice '¡me estoy muriendo, me estoy muriendo!', tendría que ser uno muy insensible, muy muy indiferente. Muy poco humano".
Cuando usted escogió esta especialidad, ¿cómo se imaginaba usted y cuál ha sido la vuelta que la vida la ha obligado a dar con esto?
Cuando yo hago la especialidad de Medicina Interna y luego la especialidad en Cardiología, me voy dando cuenta de que todo diabético e hipertenso termina con problemas cardíacos. Yo me enamoro profundamente del corazón humano. Empiezo a estudiar toda la parte demográfica y epidemiológica, que me dice que la población costarricense va hacia el envejecimiento y el aumento de la prevalencia de los males cardíacos. Ese estudio del corazón y del comportamiento de las enfermedades cardiovasculares es lo que me hace participar activamente en proyectos como el de la sala híbrida cardiovascular. Me involucro también en proyectos con la dirección actuarial de la Caja, con el Cendeisss.
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¿Siempre se imaginaba en la Caja?
En realidad, yo me imaginaba haciendo lo que estoy haciendo ahora: luchando a corazón abierto porque esta atención de los pacientes sea eficaz, oportuna y como tiene que ser. Lo más satisfactorio es cuando uno trata a tiempo a un paciente afectado del corazón y después lo ve como si no le hubiera pasado nada. Sacarlo de la insuficiencia cardíaca, sacarlo del dolor… ¡Ese es el regalo más grande!
Pero eso no está pasando, según lo que usted dice. La situación está igual o peor a lo que usted denunció en abril…
(Asiente) Existe un enquistamiento político en la Caja. Ese enquistamiento político hace que las autoridades sean ciegas, sordas, mudas, locas y testarudas. Ese enquistamiento hace que se formen comisiones, pero comisiones de los mismos, para definir dentro de los mismos las soluciones a los problemas internos de la Caja. Ese enquistamiento en la institución da por bueno todo lo que internamente y políticamente se haga sin que exista ningún auditor externo. Ahí no se puede meter ni la Defensoría de los Habitantes, ni el mismo Ministerio de Salud, aduciendo que la CCSS es una institución autónoma. Y en esa autonomía se cocinan todos los problemas, se disculpan entre los mismos hacia adentro, se nombran entre los mismos hacia adentro. El problema es que la institución no es de ese poco de gente que maneja políticamente a la Caja. La institución es de todos.
¿Por qué la CCSS podría tener interés en que se muera la gente?
Yo no le llamaría interés, yo diría desinterés. Yo diría total y absoluta indiferencia. Tratan de poner una realidad con matices políticos. Yo estoy segura de que si fuera un familiar de cualquier directivo o gerente o alguien importante de la Caja, no va a una lista de espera.
Usted ha denunciado conflictos de interés en esa vía.
Esto lo han denunciado varias personas. Más que denunciarlo yo soy testigo de que eso es cierto.
¿En el servicio de Cardiología que usted dirigió?
Ajá.
¿Y puede decir quiénes?
Sí, claro. Estos dos directivos: (contra) Adolfo Gutiérrez Jiménez consta en el Ministerio Público una denuncia. Es cierto que nunca estuvo en una lista de espera y que se le han practicado cateterismos. Y el doctor Óscar Ricardo Fallas Camacho, (a quien) también se le realizaron cateterismos. Hay una causa penal por esto porque además él tampoco estuvo nunca en una lista de espera.
Estamos hablando de dos directores del máximo órgano de la Caja. Pero esto, aparentemente, se da en todos los niveles de la institución.
Es posible que exista, pero no podría especificarle casos en otros niveles, pero definitivamente cuando hay listas de espera todo el mundo trata de brincárselas. ¿En detrimento de quién? En detrimento de los que no tienen voz, de los pobres, de quienes viven más largo. Son las personas que se quedan esperando por internamiento para resolver su problema. Esto, ¿perjudica a quién? A la gente más vulnerable, a la más pobre, a la más anciana.
¿Esas son las que siguen muriendo en las listas de espera?
Exactamente.
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¿Ha sido maquillado, como usted mencionó en algún momento, todo lo que la Caja anunció luego de que usted hizo la denuncia?
A ver: se retomaron acciones que no se habían podido mover por ningún poder humano. Esto viene a solucionar o por lo menos a retomar algunas acciones. Por ejemplo, volver a hacer pacientes que se hacían pagándole a los hemodinamistas con pago por producción. Este programa se retomó a raíz de las denuncias.
En el 2014 se hizo algo parecido y no se sacaron las listas de espera, y se pagó una millonada. Y usted en abril sacó a los muertos. ¿Qué pasó?
En el Hospital México, cuando en el 2010 hicimos el diagnóstico, había 5 hemodinamistas. Para cuando yo hice la denuncia había 3 hemodinamistas, para resolver toda la problemática de la región. Se había determinado que se necesitaban 18 enfermeras. Pero se da una sola plaza cuando se necesitan 18. El Hospital México en lugar de aumentar la cantidad de hemodinamistas tiene apenas dos y medio.
¿Cuál es la salida a esto? ¿Que el Ministerio de Salud declara emergencia y que esta presa se saque con apoyo de hospitales privados?
Desde el 2010, le estamos diciendo a la institución: '¡Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo, ahí viene el lobo! El lobo ya llegó y se ha comido un montón. La solución no es poner a un médico general a sacar a la gente de las listas de espera. O en quitarle las potestades al especialista. Esa no es la solución. La solución hace rato se lo planteamos a la Gerencia Médica y a la Junta Directiva. Está en tres ejes: recurso humano especializado; infraestructura y equipamiento. Está definido por hospitales la necesidad de infraestructura y equipamiento. La solución de esto se ha planteado más de una vez. La gravedad de esto también se ha planteado más de una vez. Y no de una forma personal, como Sofía Bogantes. No. Auditoría interna, Cendeisss… lo que pasa es esto: el enquistamiento político es volverse ciego, sordo, mudo.
¿Dónde están sus colegas, los que participaron con usted y también se han dado cuenta de esto?
Existe una actitud absolutamente represiva, absolutamente punitiva. Incluso, ahora se propone por parte de la misma Caja una resolución alterna de conflictos donde lo primero que tiene que hacer usted es declararse culpable para poder ser sometido a un procedimiento de investigación. Cómo es que se firma un documento por la gerente médica donde a usted se le penaliza si dice cuántos pacientes tiene en lista de espera. Ahora, trasladarme a mí, llevarme a sentarme ahí delante de todo el mundo, eso es un mensaje que se le manda a todos los trabajadores de la Caja. El mensaje es muy claro: si usted denuncia, lo destruyo. Y si usted es mujer le va peor. Porque entonces usted se convierte en la vieja histérica, porque así me llamó el señor director a mí.
¿Loca, le han dicho?
¡Claro! Incluso, si usted revisa la declaración del señor director Douglas Montero Chacón, en la Asamblea Legislativa, él dice que soy una trastornada mental. ¿Una trastornada mental porque digo la verdad? ¿Una trastornada mental porque no me dejo amenazar? ¿Una trastornada mental porque me duele que un paciente se muera sin ser atendido? ¿Porque no soy indiferente al que me agarra la mano y me sacude y me dice 'me estoy muriendo'? No. No. Yo me siento fortalecida con todo este proceso. ¿Por qué? Porque la amenaza solo refleja incapacidad por parte de quien amenaza. Porque el amedrentamiento solo refleja culpabilidad en la persona que trata de amedrentar.
¿Qué se hizo el Colegio de Médicos?
Lamentablemente, cuando yo fui, se me dijo que como había varios médicos involucrados y como había un médico con un problema con otro médico, ellos no se meten. Me pareció una bofetada, pero eso me dijeron.
En este caso, ¿cuál ha sido el papel de la Gerencia Médica?
Es un papel político.
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¿Y el papel de la Presidencia Ejecutiva?
Político también.
¿El papel de la Junta Directiva?
Bogantes ha recibido apoyo de Undeca. En la foto, con Martha Rodríguez, secretaria general adjunta de ese sindicato. (Foto: Gabriela Tellez)Hay gente rescatable. ¿Cuál es el problema de Junta Directiva? Tres directivos. Empezando por Adolfo Gutiérrez Jiménez, que yo le pediría la renuncia. Empezando por José Luis Loría Chaves, que yo le pediría la renuncia. Y por Oscar Ricardo Fallas Camacho, que yo le pediría la renuncia. Porque son personas que conocían de primera mano (la situación). Que me conocen a mí como cardióloga. Como costarricense yo les exigiría la renuncia. Adolfo tiene tres periodos de estar ahí, conoce la situación y se ha hecho el indiferente.
¿Hay intocables?
Esos tres son intocables.
¿Y las autoridades del Hospital México?
Están puestas y mantenidas por esta gente.
¿Los pacientes?
Aquí lo que ha habido es que se ha manejado la situación a lo interno. La mayoría de personas que han sido sacadas de lista de espera no lo saben. Todavía están esperando la llamada.