Los fallos cada vez más frecuentes y prolongados de los equipos de tomografía del Hospital Calderón Guardia tienen a alrededor de 1.400 enfermos en espera de esos estudios radiológicos, necesarios para diagnosticar padecimientos o tomar decisiones para tratamientos médicos.
Todos son pacientes programados de consulta externa, informó la oficina de prensa del hospital, pues los casos de emergencia se ven inmediatamente y se trata de dar prioridad a los pacientes oncológicos.
Además, el Calderón pidió apoyo a otros hospitales de la red de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); principalmente México y Max Peralta.
El Hospital Calderón Guardia tiene dos equipos de tomografía que actualmente están en funcionamiento. Desde febrero anterior, han pasado varias semanas detenidos por fallos atribuidos a su uso excesivo por la alta demanda de estudios.
Ese centro de salud informó de que está en proceso de montar las estrategias internas para reprogramar los procedimientos pendientes, y una vez que esté listo se informará a los pacientes en lista de espera. El Calderón no informó cuánto tiempo le tomará hacer esa reprogramación.
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Los procedimientos que realizan los tomógrafos −o TAC, como también se les conoce− permiten el diagnóstico por imágenes de diferentes órganos internos, y son fundamentales para definir la ruta a seguir en tratamientos para enfermedades como el cáncer.
Según la Clínica Mayo, un médico puede ordenar una tomografía para:
- Diagnosticar trastornos musculares y óseos, como tumores óseos y fracturas.
- Precisar la ubicación de un tumor, una infección o un coágulo sanguíneo.
- Guiar procedimientos, como cirugías, biopsias y radioterapia.
- Detectar y controlar enfermedades y afecciones, como cáncer, enfermedades cardíacas, nódulos pulmonares y tumores de hígado.
- Controlar la efectividad de determinados tratamientos, como el tratamiento para el cáncer.
- Detectar lesiones internas y sangrado interno.
Crisis acumulada
En promedio, el Hospital Calderón Guardia hace 1.250 tomografías semanales, que incluyen los casos de emergencias y programados. Esta cantidad ha venido creciendo en número y en complejidad.
No fue posible conversar con algún vocero del Calderón para ampliar la información. Sin embargo, en marzo anterior, el director interino del Calderón, Marco Vinicio Umaña Ramírez, confirmó que el uso excesivo de los tomógrafos es una de las principales causas de que salgan continuamente de operación.
A los fallos frecuentes en estos aparatos se suma la crisis de médicos especialistas en Radiología en ese y otros hospitales de la CCSS como parte de la fuga de personal que afecta a los hospitales públicos desde hace, al menos, dos años.
Estos médicos son los responsables de realizar tomografías y otros estudios radiológicos (placas de rayos X, mamografías o ultrasonidos, por ejemplo), y de emitir los reportes para que otros colegas decidan el tratamiento para los enfermos.
Un asegurado, trabajador independiente, que solicitó la confidencialidad, comentó a La Nación que él acudió esta semana al Calderón por un reporte de unas radiografías de columna realizadas en enero anterior, pero se devolvió con las manos vacías.
“La muchacha de Recepción me dijo que tenía que esperar a que contrataran radiólogos porque no hay quien firme los reportes de estudios ya hechos. Lo mío, creo, no es tan urgente, pero es probable que otras personas no puedan esperar”, comentó este vecino de Curridabat, de 54 años.
¿Cuánto tiempo tendrá que esperar para ese reporte? No le informaron. Pueden ser semanas o meses, le dijeron. En su caso, explicó, debe llevar el reporte escrito a uno de los Ebáis de Curridabat para que, desde ahí, se tomen decisiones sobre el abordaje de su caso.
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En marzo, el director interino del Calderón también reconoció ese faltante de especialistas. Según dijo Umaña, el hospital podría tener diez TAC, pero si no hay personal que haga los procedimientos y realice los reportes, tampoco tendría ningún sentido.
En marzo, el Calderón tenía 16 radiólogos y esperaba que tres recién graduados en esa especialidad ingresaran en el transcurso de este año.
En setiembre, está programado tener tres tomógrafos instalados y en funcionamiento, uno de los cuales hará tomografías de corazón, cerebro y sistema vascular para evitar a algunos pacientes procedimientos invasivos como los cateterismos.
La inversión para un tomógrafo ronda los $2 millones. Incluye no solo el aparato; también la readecuación de la infraestructura del hospital pues se requiere una sala especial para garantizar la protección radiológica del personal que lo manipula y del paciente.
En enero del 2022, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) inició la sustitución de los tomógrafos viejos en los hospitales México, San Juan de Dios y Calderón Guardia. Solo en cinco equipos la inversión fue de $14,8 millones, informó hace más de un año.