Los principales laboratorios farmacéuticos del mundo se preparan para elevar su capacidad de producción para responder a la demanda mundial que generará la inminente aparición de una vacuna contra la covid-19, en los próximos meses.
Ese es uno de los mayores retos: asegurar la capacidad para producir cientos de millones de dosis en cuanto esté confirmada la seguridad y eficacia de alguna de las vacunas que en este momento se encuentran en ensayos clínicos en el mundo.
“La industria farmacéutica de investigación y desarrollo está trabajando de manera anticipada, aumentando en gran medida sus capacidades de producción y realizando alianzas, para estar preparados, una vez que se haya comprobado la efectividad y seguridad de las vacunas en análisis”, manifestó la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma) en un comunicado de prensa.
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Esa información trascendió el miércoles 29 de julio, durante un webinar organizado por la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma), a la cual pertenece Fedefarma, en donde las compañías aseguran estar en conversaciones con organismos sanitarios globales, regionales y locales, y con los gobiernos para procurar acceso a nivel mundial.
Según informó Fedefarma, en el encuentro participaron los laboratorios AstraZeneca, Janssen, MSD, Pfizer y Sanofi, los cuales explicaron el trabajo que realizan para el desarrollo de vacunas contra la covid-19.
“Estamos conscientes de que bajo la coyuntura actual en la que nos ubica la pandemia, es vital proporcionar una vacuna segura, efectiva y, principalmente, de acceso equitativo para la población mundial.
“Con la visión de apoyar a los pacientes tanto como sea posible, en el sector trabajamos de manera conjunta, compartiendo herramientas y conocimientos para evaluar posibles terapias y vacunas, así como desarrollar y ampliar la capacidad de producción”, afirmó Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma.
“La pandemia de covid-19 es el desafío científico y sanitario mundial de nuestra generación que exige la colaboración de toda la comunidad científica, países y compañías. Es un desafío mundial y necesita soluciones mundiales”, agregó Francesca Carvajal, vicepresidenta de Operaciones de Investigación Clínica para Latinoamérica de MSD.
En contextos normales, la investigación y el desarrollo de una vacuna toma entre 5 y 10 años. La que se está investigando para covid-19 estará en menos de un año, lo cual es calificado por el sector farmacéutico como un “logro histórico”, dijo Graciela Morales, líder de Asuntos Científicos y Médicos para Mercados Emergentes de la división de Vacunas de Pfizer.
En poco más de un año desde que apareció el primer caso del nuevo coronavirus en Wuhan, China, los ensayos clínicos para sacar una nueva vacuna han caminado de manera acelerada.
Según informó Fedefarma, los laboratorios trabajan para ofrecer opciones en menos de un año. Entre otras fases por las que pasa la investigación de un medicamento, como una vacuna, figuran desde la prueba en pequeños grupos hasta llegar a miles de personas.
En mayo, representantes de los laboratorios transnacionales confirmaron el “esfuerzo masivo” de coordinación para garantizar una adecuada distribución de las vacunas, cuando estas aparezcan.
Uno de los ensayos más avanzados está en Brasil, país en el que han muerto casi 90.000 personas por covid-19.
Ahí, 5.000 voluntarios participan en las pruebas de fase 3 ―la última antes de la homologación― de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19, desarrollada por la Universidad de Oxford junto a la farmacéutica británica AstraZeneca.
En el caso costarricense, informó Fedefarma en mayo, se está procurando flexibilizar la parte regulatoria para facilitar el proceso de adquisición y distribución, respetando la normativa legal y ética.
David contra Goliat
La preocupación de países con ingresos medios y bajos es que las grandes economías acaparen la compra de las primeras vacunas, en cuanto estas salgan.
Desde que se desencadenó la pandemia, los países han sido testigos de un “canibalismo” comercial, según fue descrito en su momento por el presidente ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Román Macaya Hayes.
La CCSS, por ejemplo, ha enfrentado dificultades para tener acceso rápido a equipo de protección personal para los trabajadores de hospitales, como batas, mascarillas y guantes, y para la llegada de los respiradores que compró, la mayoría de los cuales todavía no han arribado al país aunque fueron adquiridos en marzo.
A la fecha, el mundo reporta más de 17 millones de infectados. Las muertes sobrepasan las 674.000. Tanto la cantidad de enfermos como de muertes son encabezadas por Estados Unidos.