Para la Fiscalía del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, los especialistas que dejaron de laborar horas extra como medida de protesta para lograr mejores condiciones salariales y laborales no transgreden el Código de Ética; tampoco, agrega, incumplen su juramento de atención al paciente.
En un boletín de prensa, el fiscal general de ese Colegio, Walter Rodríguez Araya, sostiene que los médicos especialistas están cumpliendo su jornada laboral ordinaria para la cual fueron contratados.Recordó que las jornadas extraordinarias son contrataciones atípicas que realiza la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para mantener personal especializado laborando durante las jornadas no ordinarias.
“Ningún médico está obligado a realizar la jornada extraordinaria por lo cual no incumple con su juramento y no se riñe con ningún artículo del Código de Ética. Por consiguiente, no se pueden denunciar ni levantar un procedimiento administrativo; no están incumpliendo ninguna ley o reglamento contractual, y no se puede declarar el movimiento ilegal”, afirma Rodríguez.
Alrededor de 2.500 médicos especialistas y residentes (estudiantes de especialidad) respondieron a la convocatoria del Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname), y dejaron de laborar horas extras desde el 1.° de abril. Los datos de apoyo al movimiento fueron suministrados por ese sindicato.
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La CCSS, por su parte, informó de que 135 especialistas laboraron durante el primer día de protesta. En la nómina de la CCSS hay registrados 3.906 especialistas, por lo que, a partir de los cálculos del Siname, se habría unido el 64% de los profesionales el lunes.
Aún no trasciende información del martes.
Cuestiona cambios
La Fiscalía del Colegio de Médicos cuestiona que para responder a la emergencia que genera la protesta las autoridades de la CCSS promuevan cambios en el horario de trabajo de residentes, sin tomar en cuenta que estos estudiantes de especialidad deben ser supervisados por docentes universitarios.
Además, afirma la Fiscalía, la mayoría de hospitales no tiene la cantidad de especialistas para coordinar turnos o ampliar el horario de retribución de los mismos, entre otras medidas a las que estaría recurriendo la CCSS. Lo anterior solo traerá mayor déficit de médicos en los centros de atención, advirtió Walter Rodríguez.
“Es importante anotar que, cumpliendo con el artículo artículo 3° de la Ley Orgánica del Colegio de Médicos, la Junta de Gobierno participó en las mesas de diálogo con autoridades de la CCSS y el Ministerio de Salud en busca de operativizar un plan para mitigar el impacto que está sufriendo la población costarricense en la atención de salud. Sin embargo, a hoy, no se ha logrado un avance significativo en las negociaciones”, agregó el fiscal general.
Según Rodríguez, el Colegio de Médicos está listo para inscribir a los médicos que se presenten, sean extranjeros o nacionales, siempre y cuando cumplan todos los requisitos de incorporación establecidos en la Ley Orgánica del Colegio de Médicos y Cirujanos.
¿Faltan médicos en Costa Rica?
La Fiscalía del Colegio de Médicos advierte además del detrimento en los servicios de la CCSS. Esta es una de las causas de que muchos médicos hayan perdido el interés de trabajar con la institución.
En su análisis de la situación, la Fiscalía concluye que en Costa Rica no hay carencia de médicos. Cita datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) según los cuales se recomienda 3 médicos por 1.000 habitantes. El promedio en Costa Rica es de 350 por cada 1.000. Aproximadamente, afirma, el 50% de quienes están inscritos son especialistas.
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Sin embargo, el problema es que el país carece de un estudio detallado sobre cuántos especialistas se necesitan por cada especialidad para cubrir las necesidades del país, dependiendo del perfil epidemiológico.
El Ministerio de Salud es el responsable de realizar estos estudios y hasta el momento no los ha hecho.
Para la Fiscalía, los problemas de la CCSS no se resuelven únicamente con contratar más médicos especialistas. Este recurso humano es solo uno en una lista muy grande de problemas, entre los cuales destaca los siguientes:
- Reducción del número de camas hospitalarias: Desde 1980, la CCSS ha venido disminuyendo el número de camas. La OMS/OPS recomienda de 2,5 a 4 camas hospital por cada 1.000 habitantes. En 1980, en la CCSS había 6.926 camas hospitalarias, para un promedio de 2,94 camas por cada 1.000 habitantes. En el 2023, ese promedio bajó a 1,05 camas por cada 1.000.
- Falta de equipamiento y de condiciones mínimas para trabajar: Por ejemplo, el Centro Nacional de Imágenes Médicas de la CCSS tiene solo dos equipos para realizar resonancias magnéticas. En Puntarenas, las salas de operaciones y consultorios médicos están sin aire acondicionado desde hace semanas. En el Hospital México, las salas de Hemodinamia salen frecuentemente de operación porque los equipos ya cumplieron su vida útil y se sobrecalientan.
- Salas de operaciones: la CCSS cuenta con 180 quirófanos acreditados pero no todos tienen las condiciones idóneas para su utilización y carecen del personal para hacerlos funcionar. Por ejemplo, el CAIS de Desamparados, que tiene 5 salas de cirugía y consultorios de Ginecología pero carece del recurso humano.
- Sobresaturación y colapso de los servicios de atención: a pesar de lo que sucede en los servicios de emergencias, la CCSS reporta una falta de ejecución de casi ¢2 billones.
Por las anteriores razones, es que la Fiscalía afirma que la protesta de los médicos especialistas no es solo por un asunto salarial: el movimiento también es en pro de insumos e infraestructura, para disminuir la sobrecarga laboral, exigir flexibilidad horaria, y medidas que faciliten y promuevan crecimiento profesional y reconocimiento.
“La Caja le ofrece al médico especialista ¢1.830.000 al mes, que, si lo dividimos en 30 días y luego en 8 horas laborales ordinarias, nos da ¢7.625 por hora. Con el mayor respeto, esto no lo gana ni un operario de construcción, sin tomar en cuenta el riesgo implícito que tiene un médico al atender a su paciente.
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“Ese monto no paga el riesgo clínico, relacionado con las decisiones médicas sobre las estrategias preventivas, diagnósticas y terapéuticas; al margen de los riesgos mecánicos, biológicos (exposiciones agentes contaminantes), físicos (calor, ruidos, maquinas), ergonómicos (posturas, movimientos), químicos (contaminantes), psicosociales (estrés, agotamiento físico y mental, burn off) y ambientales (ionizantes)”, afirma Rodríguez.