El presidente del Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname), Mario Alberto Quesada, ha levantado la voz varias veces para que la comisión de alto nivel que analiza la fuga de especialistas a servicios privados, incluya en la discusión a los gremios profesionales.
Hasta ahora, no han sido convocados, aunque son estos grupos los que han aportado algunos de los datos para tener una idea de la magnitud de esta nueva crisis. Según el Siname, 208 médicos especialistas han dejado la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en los últimos dos años. La Unión Médica Nacional también ha difundido ese dato.
El siguiente es un resumen de la entrevista que Quesada dio a La Nación, el 28 de febrero, un día antes de la segunda reunión de la comisión de alto nivel, integrada por la CCSS, el Ministerio de Salud y el Colegio de Médicos.
− ¿Por qué la CCSS ha dejado de ser atractiva para los médicos especialistas?
− Primero, el asunto de especialidades y de especialistas no es nada nuevo. En 1970, México ofreció formar 170 médicos cuando empezó el Hospital México. Desde entonces teníamos necesidades importantes. En los años 2000, comenzaron los primeros problemas con incendios focalizados en Limón, donde los médicos no querían trabajar. En ese entonces, se planteó la Ley de servicio social obligatorio para médicos especialistas, que da una ayuda parcial.
“En la administración de Luis Guillermo Solís (2014-2018) aparece un nuevo faltante y hubo una declaración de inopia. Comienza de nuevo toda la telenovela de quién era el responsable de por qué no teníamos especialistas y que si traíamos médicos del extranjero. Lo que se propuso fue dar permisos provisionales de trabajo a médicos con títulos en el extranjero sin homologar. Así nace la primera comisión de alto nivel en el Colegio de Médicos.
“A principios del 2019, uno de los detonantes para que la burra botara a Tencha fue la Ley de fortalecimiento de las finanzas públicas, una ley que metió a todas las frutas en el mismo canasto. Esto lo advertimos. Terminó congelando los salarios por los siguientes diez años.
“El siguiente detonante es covid. Se frenó la formación de especialistas por año y medio. Aquellas brechas que se lograron bajar se dispararon nuevamente. Son situaciones que antes veníamos viendo pero que ahora comenzaron a agudizarse”.
− La nueva comisión de alto nivel, ¿es un nuevo capítulo de esa telenovela que mencionó?
− Sí, por el drama que estamos viviendo. En este segundo capítulo nuevamente está el Colegio de Médicos haciendo el llamado a esta comisión de alto nivel, que en el 2015 funcionó. Ahora lo que me preocupa es que la CCSS quiere coger la bola y la cancha. En esta ocasión, no llaman a los gremios. El segundo capítulo no me gusta.
− ¿Siname sabe qué está haciendo la CCSS con esta nueva crisis?
− No. Le hemos preguntado cuántos médicos se pensionan por año. ¿Cuál es la respuesta? ‘¡No lo sé!’ ¿Cuántos médicos han pedido permiso y luego se retiran? ‘¡No lo sé!’ ¡No lo saben! Los datos de la salida quien los trajo fue el Sindicato de Médicos Especialistas: agarramos a nuestros delegados, hospital por hospital, vimos quiénes se han ido, cuáles con permiso y sacamos el número: 208.
− ¿Ese número ha crecido?
− Claro que ha aumentado y va a seguir aumentando. Yo le decía a Marta (Esquivel, presidenta de la CCSS) cómo es posible que tengan un ejército de ingenieros industriales y no sepan nada. Por eso, consideramos importante estar en esa comisión.
− ¿Qué opinión le merece lo que planteó Rodrigo Cabezas en un artículo de opinión (sobre el control de la formación de especialistas por parte de asociaciones médicas)?
− Me pareció bastante atrevido. Sugirió que hay organizaciones que deciden quiénes ingresan a las especialidades. El Dr. Cabezas nunca fue médico en Costa Rica, se formó y trabajó toda su vida en el extranjero. Lo más cercano fue cuando fue asesor del Dr. Macaya (Román, expresidente de la CCSS). Lo que pasa es que es muy difícil conocer una realidad metido en el noveno piso del edificio de avenida segunda. Hizo unas acusaciones súper atrevidas. Pero para hablar y comer pescado hay que tener mucho cuidado.
“Como sindicato pusimos una denuncia ante la UCR (Universidad de Costa Rica) porque la vicerrectora de investigación pareciera que estaba incurriendo en una falta grave. Nosotros hicimos la denuncia, la presentamos con pruebas porque ponía en entredicho la primera etapa de la Universidad de Costa Rica. Y lo denunciamos. ¿Dónde está la denuncia del Dr. Cabezas? Denunciar a la tica es muy sencillo. Yo quiero ver los números. La realidad es que se llenan las plazas. ¿Y quién es la que abre las plazas? ¿Las asociaciones? ¡Ah, carajo, la Caja! ¿Por qué, cuando él estuvo de asesor, no abrieron más plazas?
− Si los convocan a la comisión de alto nivel, ¿qué es lo que van a proponer?
− Las tres patas del banco de especialidades médicas: primero, formación, en cantidad y calidad. Tenemos que saber qué cantidad y tipo de especialistas necesitamos. No son todos los que nos están haciendo falta. Son áreas específicas con cuellos de botella. También necesitamos saber cuántos médicos tenemos en formación, cuántos se nos han ido en los últimos años, cuáles son las brechas reales con un nuevo estudio.
“Segundo, distribución. Hemos denunciado con pruebas que a veces mandan especialistas a áreas donde no tienen condiciones para ejercer. Y tercero, la parte más importante, la retención. Es lo que podemos hacer en lo inmediato. Se debe valorar las flexibilidades horarias, buscar alguna manera de que las jefaturas tengan mayores posibilidades para la reducción de jornada. Además, mejores condiciones locales para nuestros trabajadores. Actualmente, ni siquiera son subóptimas, ni siquiera para el descanso después de grandes procedimientos. Y, ¿por qué no?, hablar de remuneraciones”.