Era una “muerte anunciada” la salida masiva de cirujanos reconstructivos del Hospital México o de psiquiatras en el Calderón Guardia y el Hospital Nacional de Salud Mental, así como el faltante de radiólogos o dermatólogos que ya no quieren trabajar en hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Lo afirma el presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos, Mauricio Guardia Gutiérrez. En su criterio, la fuga de médicos especialistas la detonó la falta de incentivos para mantenerse trabajando extensas jornadas laborales, con guardias y disponibilidades incluidas, más recargos administrativos y docentes.
Guardia afirma que no se ha hecho un estudio para cuantificar, pero “el correo de las brujas” trae noticias de constantes salidas por desmotivación laboral, agudizada por el agotamiento de los primeros años pandémicos y la suma de jubilaciones y muertes de colegas.
— “Después de haber sido los héroes ahora son villanos dentro de la institución. ¡Y eso es grave! ¿Están valorando que están agotados? ¿Están ayudándolos a mejorar su salud mental? ¿Qué pueden hacer para seguir con la institución?"
En Costa Rica, asegura Guardia, no hacen falta médicos. Hay casi 18.000 en los registros de este colegio profesional. La mayoría de especialistas se concentran en áreas como Pediatría (747 colegiados), Ginecología y Obstetricia (635), Anestesiología y Recuperación (452), Cirugía General (439) o Radiología (307).
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Sin embargo, hay otras especialidades con menos disponibilidad; entre ellas, Anatomía Patológica (165), Cirugía de Columna (22), Cirugía Plástica (13) y Neuropsiquiatría (10).
El siguiente, es un resumen de la entrevista con Guardia, quien está a pocos días de dejar la presidencia del Colegio de Médicos al terminar su periodo.
− ¿Ha detectado el Colegio la salida de médicos especialistas de la CCSS?
− Es una situación que hemos visto desde hace mucho tiempo. El año pasado, fui invitado junto con otros actores a la Sala Constitucional a exponer el manejo de las listas de espera. Una de las situaciones que las está fomentando es la fuga de profesionales.
“Entonces, no es algo nuevo. Tuvimos un impasse, que fue la pandemia. Por la covid-19, a finales del 2021 y principios del 2022, la CCSS decidió congelar las residencias (estudios de posgrado para que médicos cursen especialidades y subespecialidades). Llegamos a un acuerdo: que los residentes de último año continuarían su residencia para que se graduaran en 2022 y minimizar el problema.
“Pero eso fue un embudo porque ahora vamos a tener un sesgo de especialistas formados, pues se pararon las residencias de los que estaban en primero, segundo y tercer año. También mucha gente renunció a continuar en la CCSS porque los iban a contratar como médicos generales”.
− ¿Hay algún detonante, en estos últimos meses, que vuelva más intensa esta salida?
− Esto era una muerte anunciada hace tiempo. ¿Cuál ha sido el detonante? La inflexibilidad de la institución en horarios, en la eliminación de un montón incentivos, en la parte económica también. ¿Qué es lo que ve (el médico)? Que va a estar en un horario ajustado, con un montón de pacientes de recargo y con la parte emocional afectada. A nivel privado, puede tener mejores oportunidades, con mejor salario, con paz emocional y familiar.
“El mejor ejemplo que siempre doy: Ortopedia. La CCSS ha sido la formadora número uno porque tiene los hospitales para formar médicos especialistas. Pero, ¿quién ha sido el usurpador mayor de especialistas en este país? Otra institución autónoma: el Instituto Nacional de Seguros. ¿Por qué se van para ahí muchos de los médicos recién graduados (Cirugía Reconstructiva, Vascular, Ortopedia)? Porque les ofrecen un mejor salario, flexibilidad de horarios y una gama de instrumentos para trabajar, el doble de lo que ofrece la institución”.
− ¿A qué se puede atribuir esa inflexibilidad de la CCSS?
− Deben revisar sus reglamentos internos. Hay muchos muy viejos y obsoletos. La que tiene la papa en la mano es la Junta Directiva, que debe presentar propuestas para ayudar a que la gente no se vaya y para que se resuelvan las listas de espera.
— "A nivel privado, puede tener mejores oportunidades, con mejor salario, con paz emocional y familiar".
− ¿Ustedes conocen cuáles son las necesidades de especialistas para el país y la CCSS?
− El año pasado cité aquí a los dirigentes de la CCSS y el Colegio les presentó datos. Le dijimos a la CCSS cuántos especialistas están incorporados y cuántos se pueden pensionar de aquí a dos, cinco o diez años. Quien se interesó en esos datos y nos los pidió fue el Ministerio de Salud. De la CCSS no nos pidieron nada.
− ¿Y por qué esa falta de interés?
− Yo le haría esa pregunta a los directores de la institución porque el Colegio ha estado en la mejor disposición de cooperar. Nosotros no podemos imponernos a nadie.
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− ¿El Colegio ha podido medir esa fuga?
− La única manera de llevar ese pulso es si la CCSS hubiera cooperado con nosotros con el número de quienes laboran con ella, y decirnos cuántos son generales y cuántos especialistas. Y nosotros sacar cuántos laboran para la institución, cuántos en privado y cuántos en forma mixta.
“Sabemos de los que se van por el correo de las brujas. Porque una jefe de servicio que es miembro de Junta nos habló de la fuga de dermatólogos de los hospitales. Estos números en la CCSS los manejan los jefes de servicios. Es una forma indirecta de saberlo, pero los números reales solo los sabe la institución”.
En espera de encuentro
− ¿La nueva jerarca ha mostrado interés en analizar este tema?
− Yo le ofrecí reunirnos cuando quisiera pero no hemos podido, como sí lo hicimos con el presidente anterior. Ella ha estado en su curva de aprendizaje. Una vez me la topé en el Congreso Médico Nacional y le dije que nos reuniéramos, no de forma oficial. Aún estamos con las puertas abiertas.
− ¿Perdió la CCSS su atractivo como empleador en el grupo de médicos?
− No lo ha perdido totalmente. Estamos en casi una alerta roja. Debe de mejorar no solo los incentivos económicos sino esos incentivos laborales para atraer más. No solo son médicos, es todo el personal afín. Un día estuve en una reunión y me sorprendió que uno de los faltantes más grandes que tiene la CCSS es de enfermeras instrumentistas para sala de operaciones. Entonces, ese cuello de botella no es solo de la parte médica. Hay muchas situaciones semejantes en el área de salud que a mí, como profesional, me dejaron con la boca abierta.
− ¿Qué le ha faltado a la CCSS en el tema de incentivos no salariales?
− Flexibilidad de horarios, que no sean solo de ocho horas. Equipar con lo suficiente para realizar adecuadamente el acto médico. Que le permitan al médico estarse formando porque muchas veces no dan permisos para ir a un congreso internacional. Antes, la CCSS daba permisos con goce de salario, con el requisito de presentar un informe para sus compañeros de trabajo con lo que aprendió y las posibilidades de implementarlo en el país.
— "Un día estuve en una reunión y me sorprendió que uno de los faltantes más grandes que tiene la CCSS es de enfermeras instrumentistas para sala de operaciones".
− ¿Hay personal quemado y problemas de clima organizacional?
− Muchos de los cirujanos reconstructivos que salieron del Hospital México se sentían no escuchados y veían mejores oportunidades laborales, con flexibilidad de horarios y sin hacer tantas disponibilidades y guardias en lo privado. ¡Somos seres humanos y tenemos derecho a disfrutar a la familia!
“Tenemos grandes problemas de salud mental en los médicos porque todavía están viviendo las secuelas de la covid. Todo esto ha sido parte de esta ola que se llenó y se llenó y está explotando.
“Después de haber sido los héroes ahora son villanos dentro de la institución. ¡Y eso es grave! ¿Están valorando que están agotados? ¿Están ayudándolos a mejorar su salud mental? ¿Qué pueden hacer para seguir con la institución? Darles lugares cómodos donde puedan tomar 15 minutos y su taza de café antes de seguir con la otra cirugía. A veces es corra, saque, corra… Después de ocho horas trabajando y sigue con jornada vespertina o nocturna con eso, ¡no hay cuerpo que aguante!”
− ¿Eso se extiende a otros profesionales de salud?
− No estoy hablando solo de la parte médica. Definitivamente, tenemos que hablar de todo el personal de salud: enfermeras, auxiliares, microbiólogos, los misceláneos…
− El Colegio ha hablado antes de desempleo y subempleo en médicos generales, que no pueden aspirar a formarse como especialistas porque no hay oportunidades. ¿Se mantiene?
− El Colegio y las universidades (pública y privadas) hemos impulsado aumentar la formación de especialistas. Pero no nos toca a nosotros, es a la institución. ¿Quién es la que tiene la capacidad de decir si recibe 20 o 30 residentes o no puede? ¡Es la institución!
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“Este es un nuevo cuello de botella: si tenemos fuga de especialistas, ¿cómo vamos a tener la capacidad de formación si se nos están yendo los especialistas de la institución? Por cada residente, se necesitan de 3 a 4 médicos que le transmitan su formación”.
− ¿En esa fuga también se están yendo los mentores y formadores?
− ¡Claro! En este momento, el Hospital México, al que se le fue el 90% de los especialistas (en Cirugía Reconstructiva) está quedando con solo uno o dos mentores para la formación.
− Usted dijo que esto era una muerte anunciada. ¿Es así?
− Totalmente. No me retracto de mis palabras. Esto es viejo hasta que llegó el momento en que estamos entrando en esa crisis. Considero que todavía hay oportunidad de salir adelante. Podemos resucitar a esta persona. No está muerta. Y se hace con mejora de la atención, de los incentivos a los profesionales de salud. No solo económicos.
“No es que Costa Rica tenga falta de médicos especialistas. Según números de las Naciones Unidas y de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) nosotros estamos por encima del mínimo. Tenemos suficientes médicos generales y especialistas, y de muy alta calidad. Lo más triste es que podemos tener fuga de profesionales ya no solo en lo local, sino que se vayan a otros países donde tengan mejores condiciones económicas”.