Ajustar la sanción económica por romper el contrato que firman para ser formados en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), es una de las propuestas que plantea el Ministerio de Salud para retener a médicos especialistas en los hospitales públicos.
La sanción, dijo la entidad, debe ser adecuada a lo que cuesta realmente su formación en la especialidad.
El informe de la Auditoría General de Servicios de Salud, presentado el 20 de enero anterior, concluye que la garantía correspondiente al Fondo de Retribución que firman estos profesionales con la CCSS no se ajusta a la inversión social real que hace Costa Rica para instruirlos y desarrollarlos.
Según un análisis de costos elaborado por esa auditoría, el gasto anual de formación de residentes supera los ¢18.981 millones. Son datos actualizados al 2022 para un promedio anual de 800 residentes activos; solo incluyen cargas sociales, servicios personales y guardias.
El informe pone como ejemplo la formación de un residente en la especialidad de Cardiología, que se prolonga 5 años. El residente (médico que estudia una especialidad) aporta al Fondo de Retribución social solo los primeros cuatro años de formación. Al finalizar, tiene acumulado en ese fondo alrededor de ¢6,5 millones.
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Si ese residente se niega a cumplir la retribución, que implica trabajar donde la CCSS lo necesite hasta por tres años, se liquida ese fondo a favor de la Caja.
En el caso de un residente en Cardiología, el monto oscila entre ¢2 millones y ¢3,5 millones, mientras la inversión pública mensual es de aproximadamente ¢1,4 millones, es decir, unos ¢84 millones al final de la formación.
Entre las siete recomendaciones giradas por la Auditoría del Ministerio de Salud, se le dan a la Caja seis meses de plazo (que finalizarían en julio) para que revise los contratos de retribución social, asegure el cumplimiento del tiempo de retribución de los especialistas y los ajuste “a la realidad actual y a la inversión pública realizada para su formación”.
El propósito, agrega el informe, es garantizar la retención del recurso humano especializado en los centros de salud en beneficio de las personas usuarias de los servicios de salud.
Desperdicio de plazas
La auditoría de carácter especial sobre la formación de médicos especialistas es uno de los documentos que han sido analizados en la comisión de alto nivel que, desde el 22 de febrero, se reúne una vez al mes para buscar salidas a la crisis por la fuga de médicos especialistas de la CCSS. En los últimos dos años, al menos, 208 han renunciado a esa institución.
Además de autoridades y personal técnico de la CCSS, el Ministerio de Salud y el Colegio de Médicos, esa comisión incorporó a la Defensoría de los Habitantes y al Instituto Nacional de Seguros (INS).
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La Auditoría del Ministerio de Salud también detectó procesos diferentes de admisión para los programas de especialidades médicas en las universidades que, hasta ahora, tienen convenio con la CCSS. Esto podría atentar contra la transparencia del proceso.
Entre las recomendaciones, propone desarrollar un único examen de admisión para las especialidades médicas que cumpla con los principios de igualdad, mérito y capacidad, y garantice el máximo aprovechamiento de las plazas para las residencias médicas dispuestas por la CCSS.
“Pese a que el proceso de admisión tiene la misma finalidad en todos los programas, existen diferencias en la cantidad de preguntas por área médica, situación que marca desigualdades para un mismo proceso.
“Tomando en cuenta que las distintas universidades tienen plazas asignadas para la formación de una especialidad en particular, los aspirantes deben realizar dos o varios procesos diferentes para ingresar a una universidad en específico”, reveló la auditoría de Salud.
El desperdicio de plazas disponibles para la formación y que se declaran desiertas fue otra de las advertencias realizadas por el ente rector.
Entre el 2017 y 2023, alrededor de 219 plazas para formar residentes fueron declaradas desiertas en especialidades como Anestesiología Pediátrica, Medicina Crítica y Terapia Intensiva.
Esto tiene relación con la ruta de ingreso a los programas de posgrado en especialidades médicas, que tiene múltiples cuellos de botella.
La Auditoría General de Salud también instruyó a la Caja unificar la normativa y coordinar con las universidades para que los residentes sean supervisados durante su jornada y se asegure la calidad, eficiencia y eficacia del aprendizaje de los futuros especialistas.
Lo anterior, por cuanto detectaron que muchos están desarrollando más su rol de trabajadores de la CCSS que de estudiantes de especialidad médica, lo cual atentaría contra la calidad en su formación.
Entre las medidas para retener a los médicos en la CCSS se propone estudiar la creación de programas para formar subespecialidades que faciliten el ingreso a los médicos generales, pues actualmente es requisito tener tener una especialidad previa.
Otras recomendaciones del informe son las siguientes:
- Definir la posibilidad de abrir plazas para la rotación de residentes en otras instituciones públicas prestadoras de servicios de salud.
- Instruir a la Caja realizar un estudio de capacidad instalada máxima, incluyendo los centros de salud en las regiones fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), que permita el máximo aprovechamiento de espacios para la formación de especialistas.
- Instruir a la Unidad de Recursos Humanos en Salud de la Dirección de Servicios de Salud, en el Ministerio de Salud, incluir las especialidades médicas en los ejes de la Política Nacional de Recursos Humanos en Salud, con el propósito de normar, unificar, y estandarizar los procesos nacionales de formación de especialista