Gerald Torres tiene 24 años y es estudiante de la carrera de Enseñanza de los Estudios Sociales en la sede central de la Universidad de Costa Rica (UCR), en San Pedro de Montes de Oca, San José. Le gusta leer, hacer ejercicio y dibujar en su tiempo libre, pero ahora también combatir la covid-19.
Es común encontrarlo en el vacunatorio ubicado en el comedor estudiantil de la casa de enseñanza, donde a diario recibe desde muy temprano a los ciudadanos que acuden por su tercera y cuarta dosis a este lugar. De hecho, Torres colabora en esta tarea lunes, martes, miércoles y viernes, desde las 7 a. m. hasta las 4 p. m. A su trabajo final de graduación para licenciatura dedica las noches de esos días, los jueves y los fines de semana.
“Por lo general acá los voluntarios nos encargamos de ordenar filas y gestionar que haya un debido distanciamiento, además de hacer el proceso de registro de los usuarios. Estas son las dos principales labores. Últimamente se enfoca en el registro de las personas”, contó el universitario a La Nación.
Aunque hay otros estudiantes que también participan en este Programa de Voluntariado, ninguno es como Gerald, que lleva un total de 1.524 horas, lo que lo convierte en el alumno que ha participado la mayor cantidad de veces en esta labor. El segundo lugar lo tiene José Hernández con 935 y el tercero Silvia Salas con 923.
La UCR indicó a este diario que este centro de vacunación se habilitó desde el 4 de mayo del 2021, bajo un convenio con la Caja Costarricense del Seguro Social, “como un esfuerzo conjunto entre ambas instituciones, con el propósito de agilizar el proceso de inmunización, ante el aumento exponencial de casos por covid-19″.
“Este centro está ubicado en el Comedor Estudiantil de la UCR (Sede Rodrigo Facio); en un principio se atendió prioritariamente a los usuario del Área de Salud del Carmen-Montes de Oca, pero posteriormente se abrió a la comunidad institucional y nacional”, detalló la institución.
La Universidad contó que durante el 2021 participaron 93 estudiantes durante un total de 12.438 horas voluntariado, en tareas como apoyo en centro de llamadas para agendar citas, gestión de filas, registro de pacientes y apoyo logístico.
Este año ya han participado 50 estudiantes y han realizado un aporte de 4.054 horas voluntariado.
“La participación de cada estudiante se ha dado con compromiso, mística y entrega a este proyecto institucional. Sin el apoyo de cada uno y cada una, no hubiera sido posible realizarlo e impregnar el sello UCR a esta campaña de vacunación. Este grupo de estudiantes se ha caracterizado por brindar su aporte con desinterés al realizar sus labores”, comentó Lupita Abarca, coordinadora del programa.
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Foráneo
Torres es oriundo de San Vito de Coto Brus (Puntarenas) y como la UCR le quedaba tan lejos, tuvo que alquilar un apartamento en San Pedro para poder estudiar. Actualmente está por sacar su licenciatura, pero cuando llegó la pandemia pasaba mucho tiempo confinado para cuidarse del virus y decidió buscar algo para liberarse.
Así fue como llegó al Programa de Voluntariado, a pesar de que nunca lo había hecho y no conocía la dinámica. Cuando acudió al centro de vacunación se dio cuenta que se la pasaba muy bien ayudando a las personas, principalmente porque sabe que la vacuna es la mejor arma contra la covid-19, porque la ciencia lo comprueba.
“Me empezó a gustar mucho la experiencia, el tema de trata con personas, de colaborar; al fin y al cabo bajo un objetivo positivo, que es el tema de la salud. Y fue así como todo el tema de conocer personas nuevas, de relacionarme con los demás y de las experiencias y las habilidades que uno va a adquiriendo acá, me fueron encantando, y es por eso que tengo tantas horas”, relató el joven.
El estudiante señaló que su participación en el vacunatorio le ha permitido adquirir muchas habilidades en comunicación asertiva, trabajo en equipo y el desarrollo de la empatía con los demás. De hecho, desde ya espera transmitirle eso a sus alumnos cuando empiece a laborar como profesor de Estudios Sociales.
Sin embargo, lo que más motiva a Torres a levantarse cada mañana para colaborar en el vacunatorio, es proteger a la mayor cantidad de personas contra el virus. La universidad le suministra ¢3.000 para alimentación y su participación en el Programa de Voluntariado le da posibilidad de concursar para becas, pero él no espera nada a cambio, solo busca ayudar.
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