El Gobierno ordenó el cierre de comercio no esencial del lunes 3 al domingo 9 de mayo, en el Valle Central, en un intento para contener el crecimiento exponencial en el número de casos nuevos de covid-19, enfermos hospitalizados y muertes, que tienen saturados a los hospitales públicos.
Durante esa semana, no abrirán tiendas en general, tiendas por departamentos, salones de belleza, barberías y estéticas, iglesias y gimnasios, entre otros establecimientos.
También se amplió la restricción vehicular sanitaria, que ahora será hasta el 31 de mayo. Originalmente, terminaba el 16. La restricción por placas entre semana aplicará para cantones del Valle Central.
El horario se mantiene de 9 p. m. a 5 a .m., con las limitaciones de circulación por placa ya establecidas para los fines de semana.
Los cantones fuera del Valle Central se mantendrán sin cambios, aclararon las autoridades.
El curso lectivo se mantiene sin cambios.
LEA MÁS: La covid-19 en Costa Rica
Las excepciones a esos cierres, son las siguientes:
- Servicios a domicilio.
- Establecimientos de salud, públicos y privados, así como farmacias.
- Recolección de basura.
- Supermercados, abastecedores, pulperías y minisúper, panaderías, carnicerías, verdulerías y ferias del agricultor.
LEA MÁS: Gobierno convoca a empresarios para plantear nuevas restricciones por pandemia
- Ferreterías y venta de materiales para la construcción; cerrajerías, vidrieras, reparación de vehículos y equipos, lubricentros, venta de piezas y repuestos de vehículos, lavacar y suministro de combustibles.
- Servicios bancarios, hoteles y parqueos públicos.
- Autoservicio al público (retiro de productos mientras el cliente permanece dentro del vehículo).
- Todos aquellos establecimientos con permiso sanitario de funcionamiento que no brinden atención al público presencial, como actividades productivas, industrias y zonas francas.
Las acciones rigen para un territorio que abarca 45 cantones, en las provincias de San José, Cartago, Alajuela y Heredia. Estos cantones representan un 68% de los casos registrados en abril.
El anuncio se hizo en una conferencia de prensa extraordinaria, convocada por las autoridades, este jueves.
El ministro de Salud, Daniel Salas Peraza, confirmó que en las últimas 24 horas se sumaron otros 2.781 casos nuevos, y 15 fallecidos.
“Estamos hablando de que, en seis días, podríamos llegar a los 4.000 (casos diarios). Esta cifra representa un porcentaje que va a llegar a los servicios de salud, los cuales no tienen capacidad de tener más camas para atenderlos como merecen”, informó Salas.
El ministro aseguró que los hospitales de la Caja manejan listas de espera de enfermos aguardando por un espacio en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
LEA MÁS: Sitio de Casa Presidencial para consultar alertas y medidas durante pandemia por covid-19
Salud también ha recibido informes de un incremento en la atención de enfermos de covid-19 en los servicios médicos privados.
Entre las sanciones contempladas a los comercios que violen estas medidas, está la suspensión del permiso sanitario de funcionamiento.
A partir del 3 de mayo, advirtió el ministro, la suspensión será 15 días la primera vez, pero si se detecta un nuevo incumplimiento, el cierre será de 30 días.
Salas aseguró que también se trabaja en una reforma al artículo 347, de la Ley General de Salud, para pedir una solicitud de allanamiento en aquellos casos en los que el dueño de una propiedad niegue el acceso para verificar denuncias de fiestas y actividades con personas violando los protocolos.
“(...) se busca dar agilidad a esa intervención. Ahorita, el artículo dice que el juez debe dar esa solicitud de allanamiento en las siguientes 24 horas. Esta situación amerita una respuesta mucho más rápida. Estamos trabajando esa reforma para solventar esa posibilidad de actuar”, aseguró el ministro.
Crecimiento exponencial
La cantidad de enfermos y hospitalizados ha crecido exponencialmente en las últimas tres semanas, confirmó Guiselle Guzmán Saborío, jefa del Área de Salud Colectiva, de la Caja.
Entre el 21 y el 27 de abril, el país sumó 11.200 casos más y 82 muertes, cifras nunca vistas en lo que va de la pandemia en Costa Rica.
LEA MÁS: 80% de internados por covid-19 tiene menos de 70 años
Solo este miércoles, se sumaron 2.434 casos confirmados más de la enfermedad, y 16 muertes, que elevan la cifra total de casos a 245.601 desde marzo de 2020, y los fallecimientos a 3.202.
Este miércoles, 963 enfermos estaban internados en algún hospital de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS); 348 en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), informó la institución.
El presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya Hayes, actualizó la situación hospitalaria ante lo que calificó como “aumento agresivo”.
A las 7 a. m. de este jueves, un 94% de las camas UCI estaban ocupadas. “Hemos entrado en una fase exponencial, ante lo cual no hay sistema de salud que aguante”, advirtió.
El presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Alexánder Solís, aclaró que ante este momento crítico, no se está planteando una cuarentena obligatoria.
“Estamos pidiendo que reduzcamos el riesgo y hagamos el máximo esfuerzo. No significa que, como tenemos esta restricción, nos vamos a ir a causar un problema mayor en otras regiones. Necesitamos mantenernos estos próximos siete días en casa”, manifestó Solís.
Así que, lo que en enero parecía ser el inicio de un segundo año pandémico relativamente tranquilo, se transformó en pocos meses en el peor de la pandemia hasta ahora, con servicios hospitalarios saturados por el incremento exponencial de casos, el relajamiento de medidas preventivas y la circulación de nuevas variantes del coronavirus.
Los equipos técnicos de la Caja buscan la manera de aumentar la capacidad instalada, no solo para pacientes de covid-19 en condición crítica. También para personas con otras enfermedades que requieran atención hospitalaria.
Se están negociando tarifas para que los centros médicos privados cedan sus camas a estos pacientes “no covid”, de la CCSS. También se contempla usar hospitales-campaña. Ya hay uno en el Hospital San Juan de Dios.
Pero, sobre todo, se apuesta a que la población refuerce las prácticas tantas veces dichas, y cuyo efecto para frenar la diseminación del virus ha sido comprobado: el lavado de manos con agua potable y jabón; el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico, sumado a la práctica correcta del protocolo del estornudo y el tosido y a mantenerse dentro de su burbuja social.