El gusano barrenador llegó a los 30 casos en seres humanos en Costa Rica. Los últimos dos enfermos se detectaron en las últimas dos semanas, como lo dio a conocer el Ministerio de Salud, este 20 de setiembre.
Según el reporte, 20 son hombres y 10 mujeres. La provincia con más casos es Puntarenas, donde se suman 11. Le siguen San José, con cinco, y Guanacaste, con cuatro.
Para Salud, se confirma que existe una mayor vulnerabilidad en personas de más edad, pues la infestación se ha visto en 17 adultos mayores, de los cuales nueve tienen 75 años o más.
El informe no reporta más decesos. Hasta hoy, dos mujeres han muerto por esta causa. La primera, a mediados de junio, fue una joven de 19 años vecina de Guanacaste. El segundo fallecimiento se comunicó el pasado 27 de junio; la víctima fue una vecina de Valle La Estrella, en Limón.
Aparte de los casos en humanos, las autoridades informaron de que se han registrado 7.439 casos de gusano barrenador en animales.
¿Qué es el gusano barrenador?
Lo que se conoce como gusano barrenador en realidad no es un gusano. Se trata de las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, la cual deposita sus huevecillos en el tejido vivo de un animal de sangre caliente (como cualquier mamífero, como los humanos). Este insecto prefiere heridas abiertas en la piel para realizar esta operación, pues es más fácil desarrollarse así.
Tiempo después, los huevecillos eclosionan y se convierten en larvas que se alimentan del tejido y lo van degradando.
Las larvas crecen, se desarrollan y se mueven bajo la piel de su huésped. Esto provoca dolor. A este proceso se le conoce como miasis.
Si esto no se atiende, en casos extremos puede afectar más tejidos y órganos hasta provocar la muerte.
Cuidar las heridas: la clave contra el gusano barrenador
Las autoridades de salud recuerdan que el manejo de heridas es clave para protegerse del gusano barrenador, porque son la puerta de entrada para que la mosca ponga sus huevecillos. También debe tenerse cuidado con pacientes encamados, que por sus características son más propensos a llagas.
Estas son las tres claves:
- Higiene: lavado de manos constante con agua y jabón. El secado es importante, no deben quedar zonas húmedas.
- Desinfección y vigilancia de las heridas.
- Control y tratamiento de las heridas de la piel según indicación médica.
En la mayoría de los casos se recomienda cubrir la herida con vendajes para evitar el ingreso de parásitos. No obstante, cada herida es diferente, y cada paciente también lo es. Habrá situaciones específicas en las que algunas lesiones no se vendan, por lo que es necesario seguir las indicaciones que el médico da para mantenerlas libres de parásitos.