¿Qué ocurre con la gran cantidad de químicos y desechos biológicos que, día tras día, se acumulan en los hospitales costarricenses como consecuencia del funcionamiento de los servicios de salud?
A pesar de los avances en el manejo de los desechos hospitalarios en Costa Rica, todavía queda pendiente una serie de acciones que aseguren servicios ecológicos y saludables, así como una política pública relacionada con esta materia.
Después de que la pandemia frenara los avances logrados hasta 2019, este proceso está siendo retomado.
Adriana Romero Retana, directora administrativa del Hospital Nacional de Niños (HNN), se destaca como una de las principales impulsoras de estos temas, ya que cree firmemente en la importancia de entornos hospitalarios saludables en armonía con el ambiente.
Este hospital ha liderado diversas iniciativas en esta dirección, como en 2007, cuando fue designado como hospital piloto libre de mercurio por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. El compromiso del centro médico se encuentra alineado con la agenda global de hospitales verdes y saludables, promovida por la organización no gubernamental (ONG) Salud sin Daño, que trabaja en varios países en favor de la gestión ambiental.
El viernes 4 de agosto, el Comité de Gestión Ambiental de dicho hospital, en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica, organizó la VIII Conferencia “Hacia una Agenda de Servicios de Salud Verdes y Saludables en Costa Rica”.
Previamente a esta conferencia, La Nación tuvo la oportunidad de dialogar con Romero acerca de la importancia de incorporar esta temática en la agenda de gestión hospitalaria, tanto en el ámbito público como en el privado. A continuación, un resumen de esta conversación.
– ¿Qué pasó con la Agenda de Servicios de Salud Verdes y Saludables en Costa Rica?
− Estuvimos trabajando en el 2019 con el Ministerio de Salud. Pero como vino la pandemia en el 2020 se dejó en stand by. La pandemia nos frenó este trabajo que iba muy adelantado con sus indicadores, metas y responsables, pero lo estamos retomando a partir de este año. Estamos trabajando mucho con la intención de reactivar el tema. Además, estamos alistando una política pública para la estrategia de servicios de salud verdes en Costa Rica.
“Nos guiamos con los objetivos de la agenda global, que son diez. El primero es liderazgo: sin esto no se puede llevar adelante ninguno de los otros nueve objetivos. Luego, residuos, porque ese es el tema con el que iniciamos muchos comités de gestión ambiental hospitalaria hace muchos años. En el Hospital de Niños implementamos un programa de manejo de desechos y un programa de reciclaje de manera paralela y controlamos el volumen de residuos. Esto con ayuda del personal de enfermería, que es el eslabón que nos mueve en un hospital. Así empezamos en 1998″.
− ¿Cuáles otros objetivos incluye esa agenda global?
− Tenemos un objetivo relacionado con el agua, porque no es lo mismo agua para manejo hospitalario que para uso doméstico. También otro sobre el uso de la energía eléctrica. El tema de productos farmacéuticos es de los más importantes porque no hemos avanzado como quisiéramos, sobre todo, en hacer conciencia en las personas sobre los productos que llevamos para la casa y el impacto de un inadecuado manejo de los que desechan.
“Otro tema son los contaminantes emergentes: esos medicamentos que van a los cuerpos de agua y de ahí a la vida marina y causan graves problemas al ambiente y al ser humano. También se habla de edificaciones sustentables. Por ejemplo, con qué criterios está construyendo la CCSS las nuevas edificaciones o remodelaciones: desde considerar la luz y ventilación natural hasta promover entornos más sanos.
“Hay otro objetivo relacionado con las compras sostenibles: la CCSS es el mayor comprador que tiene el país, y como tal, debe tener políticas de compras sostenibles que involucren al ambiente, la economía y la parte social. Preguntarse, por ejemplo, de dónde viene un producto: si hay trabajo infantil de por medio y si ese país cumple con normativa laboral”.
− ¿Cómo se visualiza el tratamiento de los productos químicos?
− Los productos químicos siempre se han manejado en los hospitales en gran cantidad. Con ayuda, entre otros, de la Universidad de Costa Rica, en el Hospital de Niños hicimos una gestión de químicos acumulados desde 1964 incluso. Ahora, por medio de un contrato con un gestor interesado estamos desechando los químicos en desuso.
Asuntos aún pendientes
− ¿Cuál es nuestra situación como país en el manejo de desechos hospitalarios?
− A raíz de la pandemia todo perdió auge. Pienso que tanto la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) como el Ministerio de Salud deben fortalecer los temas ambientales. Es un asunto también de decisión de política pública, porque se deben asegurar los recursos necesarios para cada centro, como se hizo en Chile. En ese país, la estrategia de servicios de salud verdes permitió que se asignaran ingenieros ambientales en los hospitales. Costa Rica también debería ir hacia eso. En el Hospital de Niños tenemos una comisión de gestión ambiental muy eficiente, pero no contamos con un gestor ambiental. Los que estamos hemos ido aprendiendo mucho pero necesitamos el personal idóneo para hacer una gestión ambiental más profesional.
− ¿Es la gestión ambiental del Hospital Nacional de Niños una excepción en el contexto hospitalario costarricense?
− El Hospital Nacional de Niños siempre ha liderado muchos procesos porque creemos en liderar con el ejemplo.
− Pero, ¿qué pasa con los demás hospitales?
− Sé que hay muchos hospitales que hacen cosas muy importantes, que tienen sello de calidad sanitaria y bandera azul ecológica, pero sí necesitamos algunos empujoncitos para transformar el término de gestión ambiental hacia la sostenibilidad ambiental. Todos trabajando para hacer sostenibles ambientalmente a los hospitales. Lo dice la organización Salud sin daño: usted no puede tener gente sana en un planeta enfermo. No se puede enviar a la gente a un ambiente que la pueda enfermar.
− ¿Cómo están trabajando en el Hospital de Niños?
− Trabajamos con dos herramientas: los indicadores (objetivos, metas, línea base), tenemos el documento con la justificación de la política y cómo podemos llevar a la parte operativa. Estaba hecha para iniciar en el 2021, pero por la pandemia hay que volver a revisar indicadores, ajustarlos y someterlos de nuevo a validación y al Ministerio de Salud. Eso es lo que estamos haciendo.
− De los diez objetivos de la agenda global, ¿en cuáles Costa Rica está en pañales y en cuáles más avanzado?
− Para mí el tema de residuos, a pesar de que es un tema muy viejo y hablado, necesitamos hablarlo más. Existe una ley y un reglamento de reciclaje, pero son mínimos. Tenemos un solo planeta y los residuos nos están ahogando a todos. Tenemos muchas leyes pero no se están instrumentalizando como debe ser.
“También hay que trabajar muy fuerte todo lo relacionado con los productos farmacéuticos y el tema de los contaminantes emergentes. Las personas tiran los medicamentos a las tuberías y esto vuelve al ser humano y le causa daño. Son muchos asuntos: agua, por ejemplo. A nivel de hospitales hay algunos que están con el sello de calidad sanitaria. Compras sostenibles es otro. Aunque la ley de contratación pública viene con un pequeño apartado, todavía las organizaciones no compran con criterios sustentables”.
− ¿Cuál es el papel de las tecnologías aplicadas a la gestión ambiental de los servicios de salud?
− Estamos hablando de un mundo diferente, en el que las tecnologías y la inteligencia artificial, particularmente, están moviendo masas. Estamos haciendo cosas que antes no se habían visto. Por eso, debemos revisar cómo esa tecnología puede ser nuestra aliada en la gestión ambiental. Existen equipos trituradores de desechos de gran tecnología. Un proyecto que hemos venido desarrollando con universidades públicas es el uso de plasma.