Enfrentamientos de pandillas, personas armadas, amenazas... Los hechos de violencia que han tenido como escenario los servicios de emergencias de la CCSS motivaron a la institución a tomar medidas para reforzar la seguridad de pacientes, funcionarios e instalaciones.
La gerenta médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), María Eugenia Villalta Bonilla, confirmó el establecimiento de un protocolo que incluye botones de pánico y estrategias de manejo para el equipo de guardas de los hospitales, cuya cantidad de personal se está incrementando.
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Los centros también trabajan de forma coordinada con el Ministerio de Seguridad Pública para procurar una atención más expedita de pacientes que vienen de centros penitenciarios. Aquí se busca que este tipo de enfermos pase el consultorio médico en no más de diez minutos desde su ingreso.
Villalta explicó que con Seguridad se identificarán las zonas del país que requieren más vigilancia y acciones más rápidas si suceden incidentes de este tipo.
Algunas ya se conocen: Desamparados, Alajuelita, Limón, Guápiles y Aserrí están entre la llamada por la Policía como 'zona caliente'.
Entre esas acciones está el establecimiento de cordones de seguridad cuando se producen ataques de pandillas, como ha sucedido en el CAIS de Desamparados o en el Hospital San Juan de Dios.
Menos tiempo, mejor atención
La CCSS se está enfocando en reforzar más los servicios de emergencias de hospitales, que son los que reciben los pacientes más complejos.
Los servicios de urgencias, según explicó Adriana Yock, del comité técnico de Emergencias, son propios de las clínicas como la Solórzano Núñez, en Hatillo, o la Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás.
Estas son parte de las acciones que la CCSS ha tenido que implementar en los últimos dos años en procura de mejorar la calidad de la atención en servicios que, ante el incremento de la demanda, registran periódicamente problemas de saturación.
En total, manifestó Villalta, se han invertido casi ¢350.000 millones en equipo e infraestructura desde el 2012. Alrededor de ¢3.000 millones se han enfocado en acciones para fortalecer la seguridad de pacientes y funcionarios dentro de las instalaciones de estos servicios.
La intención es reducir los tiempos de espera de los asegurados a partir de criterios de clasificación que le den prioridad a los enfermos más delicados.
Villalta enfatizó que todas las acciones buscan que el paciente que tiene en riesgo la vida sea atendido de forma prioritaria.
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La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) anunció esta mañana una lista de cambios que se están incorporando en esos servicios, a partir de un diagnóstico de una comisión técnica.
Mediante un diagnóstico, se seleccionaron las diez enfermedades de atención más frecuente en esos servicios. Para cada una se establecerá un protocolo de atención, de tal forma que un paciente sea atendido igual en un hospital capitalino que en un provincial.
Esas diez patologías son las enfermedades cardiovasculares (primera causa de muerte y enfermedad en el país), las crisis asmáticas, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la neumonía, bronquiolitis, dolores abdominales y las diarreas agudas.
En el grupo también están los politraumatizados por diferentes causas (como los accidentes de tránsito), los sangrados digestivos y la descompensación de los enfermos diabéticos.
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Villalta destacó las siguientes acciones desarrolladas en los últimos años:
- Arranque de la automatización de los servicios con base en un sistema de clasificación conocido como CTAS, que da un color al paciente según su nivel de prioridad.
- Se creó un fondo de ¢3.000 millones para equipar y hacer mejoras de seguridad, en especial en zonas críticas.
- La atención de los hospitales de día recibió una inyección de ¢1.134 millones.
Solo en el 2017, estos servicios atendieron 5,7 millones de consultas, de las cuales 3,3 millones calificaron como 'no urgencias'.