De enero a junio de este año, el Hospital de Alajuela desperdició 16.000 citas médicas, aunque hay alajuelenses que esperan años por atención.
Esas citas corresponden a cupos que dejaron vacíos (alrededor de 6.000), consultas perdidas con especialistas (9.536) y horas de agenda no utilizadas (1.751 horas, o alrededor de 200 días), todos considerados fallos graves en la gestión de ese centro médico, entre muchos otros descalabros hallados en una investigación que realizó la Auditoría Interna de la CCSS.
Entre esas citas se incluyen 730 perdidas en dos de las especialidades médicas más críticas de ese centro: Ortopedia y Oftalmología, debido a cursos médicos, exámenes a residentes o vacaciones ordinarias del personal.
A los 730 enfermos que tuvieron que esperar años por esas consultas, les reprogramaron la cita para después del 2022, más de 1.200 días después de que se las cancelaran, descubrió la investigación de la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Todas estas revelaciones las contiene el informe ASS-134-2019, del 14 de octubre y las fallas afectan el servicio que reciben 700.000 alajuelenses.
Los responsables, de acuerdo con el informe, son las jefaturas médicas de ese hospital, la Gerencia Médica de la Caja, y la Dirección de Red Integrada para la Prestación de Servicios de Salud Central Norte.
Los problemas obligaron a la Gerencia Médica a ordenar un “proceso de acompañamiento” para enderezar el rumbo de la gestión administrativa y médica en uno de los hospitales regionales más importantes del país. El equipo lo lidera la médica Milagro Muñoz.
La medida, según la Caja, no es una intervención, se anunció el 2 de diciembre y se prolongará hasta el 2020.
"Lo principal es mejorar la calidad de la atención de todos los pacientes de la provincia de Alajuela. Esto fue lo que se instruyó.
“Escogimos a las mejores personas de otros hospitales y de la Gerencia Médica. Personalmente, le voy a dar seguimiento. La gente merece que la atiendan a tiempo, que si una cita se pierde se reponga inmediatamente”, aseguró Mario Ruiz Cubillo, gerente médico de la Caja.
Ruiz promete que para finales de 2020, ofrecerá resultados que permitan ubicar al San Rafael entre los mejores hospitales del país.
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La tarea para cumplir esa promesa es grande. El informe de Auditoría, preparado por el Área de Servicios de Salud, no solo encontró graves falencias en los servicios de consulta externa, donde los pacientes acuden a cita con el médico especialista.
También encontró importantes debilidades en la atención en el servicio de Emergencias, ligada a un déficit de camas de hospitalización y a problemas de administración de camas; y fallos en la gestión de las salas de operaciones.
Todo lo anterior impacta en los largos plazos de espera para citas, procedimientos diagnósticos y operaciones, que obligan a cientos de alajuelenses a recurrir a la Sala Constitucional para exigir por la vía judicial que se les resuelvan sus problemas de salud.
Citas: el gran desperdicio
Para este estudio, la Auditoría tomó una muestra en consulta externa de seis especialidades, para un total de 50 especialistas.
Una de las principales conclusiones en ese servicio es que el tiempo destinado a esas consultas es inferior al 30% del tiempo contratado a 31 de esos médicos.
Además, no se lograron reponer 9.536 citas; es decir, un 30% de todas las consultas programadas.
Los 6.000 cupos que no se lograron dar afectaron a pacientes en Ortopedia, Oftalmología, Cirugía General, Cardiología, Vascular Periférico, Dermatología, Ginecología, Medicina Interna, Pediatría y Otorrinolaringología.
Adicionalmente, los auditores detectaron un desaprovechamiento importante de los consultorios disponibles.
Ponen como ejemplo lo sucedido el 31 de julio y el 1.° de agosto. Esos días, afirma el documento, la mayoría de los consultorios se utilizaron menos de tres horas al día. En 11 de ellos, incluso, no se registró ninguna actividad.
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Francisco Pérez Gutiérrez, director médico en ese entonces, y ya pensionado –se jubiló a mediados de noviembre– reconoció a los auditores “errores en la gestión”.
La Nación intentó en varias ocasiones conversar telefónicamente con Pérez, pero no contestó las llamadas ni los mensajes dejados en su celular.
Quirófanos mal administrados
Los prolongados tiempos de espera por operaciones, que en especialidades como Urología sobrepasan los 547 días promedio (un año y cuatro meses), se atribuyen a una “falta de involucramiento y coordinación intrahospitalaria”.
Como resultado, Urología dispuso de 276 horas de quirófano en el segundo trimestre del 2019, mientras especialidades con plazos menores, como Oftalmología (268 días de espera) y Vascular Periférico (277 días) aprovecharon durante más horas las salas de operaciones (301 y 226 horas, respectivamente).
El informe advierte de que la falta de planificación y programación adecuadas de las salas, y los problemas en la administración, control y gestión de las listas de espera, “propician un desaprovechamiento de los recursos”, y “expone a la institución a enfrentar y atender recursos de amparo”.
Estancias largas en Emergencias
Las escenas de enfermos aguardando días sentados en incómodas sillas en el servicio de Emergencias de Alajuela son recurrentes y crónicas.
El propio personal paralizó los servicios en varias ocasiones para protestar contra las deplorables condiciones que afectan a los pacientes.
Los auditores terminaron de confirmarlo. Durante el periodo de investigación, lograron identificar a 42 pacientes en el llamado estado de “preingreso”: personas valoradas en Emergencias que por su condición de salud necesitan ser internadas.
De esas 42 personas, 12 tenían tres o más días esperando una cama, llegando hasta ocho días en espera de subir a piso. De esos 12, siete eran personas adultas mayores.
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Para Guillermo Porras Morales, jefe de Emergencias, la situación obedece a la falta de capacidad resolutiva de la red y a la falta de 102 camas en hospitalización, que, según él, “está asfixiando al servicio de Emergencias”.
Los huelgas de funcionarios registradas en años anteriores fueron el motivo de análisis en la Gerencia de Pensiones, uno de los cuales determinó la necesidad de 42 camas, adicionales a las 278 con las que abrió el nuevo hospital, hace 15 años.
En su respuesta a los auditores, Francisco Pérez también admitió que emergencias “es el problema más grande del hospital”.
“(...) el mismo está expuesto por sí solo a diferentes riesgos, principalmente en su estructura, considerando la limitación de espacio. Alrededor de 475 pacientes son atendidos por día en el servicio, más los pacientes que se me quedaron del día anterior debido al cuello de botella por la limitación de camas en hospitalización”, puntualizó Pérez en el informe.
15 años mal
El Hospital San Rafael de Alajuela acaba de celebrar 15 años de haber estrenado sus nuevas instalaciones. Las viejas, quedaron en el centro del cantón destinadas a oficinas administrativas de la Caja.
Los alajuelenses esperaron 22 años el cumplimiento de la promesa de un nuevo centro médico, el cual fue gestado bajo la sombra de la extinta Gerencia de Modernización de la CCSS, la misma vinculada a los préstamos español y finlandés que tantos dolores de cabeza dieron al país a inicios del 2000.
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El hospital, según se supo después, nació agotado, con poca capacidad instalada para la demanda creciente de la provincia, y con problemas serios en servicios claves, como Nutrición, que fueron registrados por la prensa.
En los últimos años, la crisis de Emergencias, los largos plazos de espera y la seguidilla de recursos de amparo han sido la tónica, alimentados por fallos en la gestión que terminaron de ser corroborados por el informe de Auditoría Interna.
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Ruiz Cubillo promete que el equipo de acompañamiento resolverá cada una de las debilidades detectadas por la Auditoría. Aseguró que, al término de un año, presentará resultados que colocarán al San Rafael entre “los mejores hospitales de la Caja”.