El Hospital México cumplió este domingo 50 años de haber abierto sus puertas. Intenta celebrar su natalicio todavía golpeado por la crisis de quirófanos del 2014, una de las más graves en medio siglo de vida.
La salida de operación de sus 17 quirófanos ha sido, según palabras de su propio director, Douglas Montero Chacón, uno de los problemas más severos de su gestión de once años, y uno de los más graves sufridos por la Caja. De esa crisis “todavía no hemos salido”, reconoció el médico este lunes.
Ya hay cinco quirófanos adicionales, construidos con atraso, pero en funcionamiento, que se suman a otro tanto levantados de forma emergente pocos meses después del fallo eléctrico que “apagó” sus salas de cirugía.
Esta semana, además, se iniciaron las operaciones en el Hospital Clínica Católica, centro privado que alquilará sus salas para que los equipos del México intervengan ahí a sus pacientes.
Lo principal, la construcción de una torre quirúrgica con 21 quirófanos nuevos, no llegará antes de los próximos dos años, pero el proceso arrancó con la adjudicación del edificio y el diseño de planos, confirmó el gerente médico de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Mario Ruiz Cubillo. Será la salida definitiva para las próximas décadas.
Este aniversario se intentará festejar porque también hay muchas razones para hacerlo.
En ese hospital se realizó el primer trasplante de corazón del país a un guanacasteco de pura cepa, Juan Rueda, en 1991. Esa operación también fue la tercera en su tipo en el mundo.
LEA MÁS: ¿Cómo olvidar a Juan?
El México es, además, donde se concentra la atención en Radioterapia para todos los enfermos de cáncer del país, y la atención de los pacientes hemofílicos (con problemas para la coagulación de la sangre).
Es el único en el país en donde un grupo considerable de personas con sordera puede aspirar a recuperar la audición con los implantes cocleares, y tiene liderazgo en los trasplantes de hígado y riñón en adultos.
Construido en lo que antes fue una inmensa finca cafetalera, el México representó, en algún momento de su historia, lo mejor de la gloria de la seguridad social costarricense, al convertirse en el primer hospital general que vio la luz tras la universalización del seguro social, en 1961.
Su inauguración, un 1.° de setiembre de 1969, introdujo al país en lo más moderno de la Medicina de entonces, y todavía continúa haciéndolo, no sin altibajos, como la falta de suficientes quirófanos para hacer frente a una demanda quirúrgica en vertiginoso crecimiento debido al cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los traumatismos causados por accidentes de tránsito y la violencia.
Súperespecializado
Con el paso de los años, el Hospital México se ha convertido en la cabeza de la red de servicios más grande de la Caja, con más de dos millones de personas dependiendo de la atención que ahí se da en especialidades que incluyen la atención del cáncer, los problemas más complejos del corazón y el cerebro.
A este hospital acuden diariamente vecinos de sitios tan lejanos como Los Chiles, en Alajuela, Nandayure, en Guanacaste, o Sarapiquí, en Heredia.
LEA MÁS: Jefa del Hospital México denuncia que 141 pacientes murieron por atrasos en operaciones cardíacas
“Más que un edificio, la virtud del hospital es su gente, que trabaja con una mística impresionante, dando el kilómetro extra para que los pacientes reciban atención de manera oportuna y con calidad y calidez”, dijo el gerente médico.
Sí, los últimos cinco años han sido de los más difíciles.
La capacidad quirúrgica cayó a poco menos de la mitad, una emergencia que se ha tratado de paliar con el apoyo del resto de hospitales de la Caja y, ahora, con el alquiler de instalaciones privadas para operar.
“Se han realizado muchos esfuerzos para que no disminuya su capacidad. La contratación con la Católica se suma a varias acciones, como la apertura de cerca de 30 camas de recuperación para pacientes quirúrgicos y la aprobación y adjudicación de la nueva torre. También se ha hecho trabajo conjunto con la red, aprovechando que el México es un hospital escuela”, agregó el gerente.
Montero Chacón reconoce que la crisis de cateterismo, del 2015, permitió reforzar la atención de pacientes cardíacos que requieren de ese procedimiento.
Hace poco más de cuatro años, en abril del 2015, la jefa de Cardiología, Sofía Bogantes, denunció la muerte de más de un centenar de pacientes mientras esperaban ese procedimiento.
LEA MÁS: Forenses descartan que espera por cateterismo causara muerte de 70 enfermos del corazón
Al final, según Montero, no se pudo comprobar ninguno de los decesos, pero la situación sirvió para comprar nuevos equipos de angiografía, reforzar con personal y hacer jornadas de producción para bajar los tiempos de espera de estos enfermos.
Actualmente, está por iniciar una nueva jornada de producción quirúgica, que permitirá dejar al día los casos pendientes de cateterismo, pues hoy los pacientes menos graves deben esperar un promedio de dos meses para ese procedimiento.
Montero confía en que la construcción de la nueva torre desahogue al hospital y le permita crecer en tres áreas que visualiza como las más demandantes: la atención de los enfermos de cáncer, las personas con problemas cardiovasculares y las víctimas de accidentes y violencia.
LEA MÁS: Radioterapia de Hospital México intervenida por fallas en servicio
“Tenemos que ir soltando lo menos complejo, como hernias, vesículas y várices, para concentrarnos en lo más complejo y adicionalmente dar un abordaje integral a cada persona”, dijo el médico.
Director de Hospital México: ‘Tenemos que avanzar hacia una alta especialización’
En el 2008, Douglas Montero Chacón pasó de administrar una de las clínicas más complejas en el área metropolitana –la Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás–, a dirigir el Hospital México, cabeza de la red de servicios más grande de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), con más de dos millones de personas a su cargo.
Su gestión de once años se ha caracterizado por lidiar con crisis sucesivas, la más seria, la de quirófanos.
– ¿50 años después, cuáles son los retos?
– Cuando se abrió este hospital, era un centro general. Los internamientos duraban muchísimo más que ahora a pesar de que los casos eran menos complejos. Hoy, la enfermedad cardíaca, los tumores y los accidentes son las tres patologías que han hecho un cambio importante en el país y en este hospital. Hemos tenido que aumentar las unidades de cuidado intensivo, siendo el México el primero en abrir una unidad moderna de cuidado intensivo.
– ¿Le han tocado 11 años rudos como director médico?
– Súperrudos.
– Con quirófanos ustedes apenas están empezando a ver la luz...
– Quirófanos fue algo muy difícil. Desde que ingresamos había la necesidad de remodelarlos, porque ya no se ajustaban a los requerimientos del Ministerio de Salud. De hecho, en diciembre de 2013, la Junta Directiva de la Caja había aprobado dar algún grado de prioridad a los quirófanos del Hospital México, pero seis meses después vino el corto circuito que se extendió hasta la sala de operaciones e hizo que la historia cambiara dramáticamente.
– Y se inició una crisis...
– Esa ha sido la crisis más seria que he tenido en mi gestión.
– ¿Todavía no se han recuperado?
– Todavía no nos hemos recuperado. Teníamos 17 quirófanos y dos salas de partos, y terminamos en ese momento, al día siguiente, con una sala de operaciones y una sala de partos. ¡No teníamos nada!
– ¿Qué le espera al Hospital México por los próximos 50 años?
– Es un hospital que tiene que avanzar hacia una alta especialización.
– ¿Hacia dónde se va a derivar el México?
– Nuestro fuerte probablemente será Cardiología y cáncer. Por supuesto, seguiremos atendiendo toda la traumatología. Tenemos que ir soltando lo menos complejo, como hernias, vesículas y várices, para concentrarnos en lo más complejo y adicionalmente dar un abordaje integral a cada persona.