El Hospital Nacional Psiquiátrico investigará únicamente aquellas quejas que se formalicen por escrito.
Esta fue la respuesta del director del centro médico, Cristian Elizondo Salazar, luego de que trascendieran en redes sociales denuncias de pacientes sobre supuestos maltratos en ese hospital de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Es necesario que cualquiera que crea haber sido sometido a un trato deshumanizado, a un trato que esté violentando su dignidad o derechos como persona, están en toda la posibilidad de poner la queja.
“Hago un llamado a que la queja sea formal. Porque nosotros no nos podemos deber a las quejas que se publican en redes sociales. Debe existir una formalidad desde el inicio del procedimiento”, manifestó Elizondo ante consulta de La Nación.
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El lunes 28 de junio, María Daniela Leitón Villavicencio denunció en Twitter haber sido víctima de maltratos y haber atestiguado otros en perjuicio de más pacientes. Este diario habló con ella y Leitón confirmó lo relatado en la red social.
Al menos otras seis personas le han manifestado a este medio su disposición para contar una historia similar a la narrada por Leitón, en donde menciona, por ejemplo, supuestas amenazas del personal de Enfermería con amarrar a pacientes por no comer, dormir o llorar.
“Sí hago un llamado a que, por favor, las personas que han estado aquí hospitalizadas, o sus encargados, si han tenido algún tipo de trato así, o creen que las cosas no se dieron en el marco de una atención como debiera ser, que pongan la queja o el reclamo en la Contraloría de Servicios, o de las jefaturas de las diferentes disciplinas, o en la misma dirección”, reiteró Elizondo.
La queja, dijo, debe ser por escrito, con nombre y número de cédula, para que tome formalidad.
“La queja que nos llegue con esos parámetros, nosotros la atendemos, hacemos una revisión de caso y revisamos cada uno de los funcionarios para ver si hubo algún abuso o descarrilamiento de las normas que debieron haberse cumplido en la atención de las personas”, dijo el jerarca hospitalario.
Elizondo, quien asumió la dirección del Psiquiátrico a finales del año pasado, reconoció la obligación de dar una atención en salud a quienes tienen problemas mentales y conductuales.
Esto, dijo, está bien descrito en normas no solo de atención en salud, también en lineamientos éticos y administrativos.
“La gente viene aquí porque está sufriendo un problema emocional que compromete la actividad mental y conductual. Vienen acá para ser valorados objetiva y científicamente; para poder ser atendidos y asegurar su integridad, no solo mental sino física.
“Cualquier cosa que se mencione, que no suceda en esa dirección, tenemos que ponerle atención, responder y hacer una revisión de lo que está sucediendo en nuestro hospital, para revisar, en primer término, si esto se está dando así, y si hay que subsanarlo, subsanarlo”, adelantó.
Si esa revisión arroja eventuales hechos irregulares, Elizondo no descarta iniciar procesos disciplinarios, como en otras ocasiones se ha hecho. Aseguró que una resolución de un caso puede ameritar desde una llamada de atención verbal hasta el despido.
A continuación, Elizondo se refiere a tres de las principales quejas planteadas por Leitón en su tuit, que fueron respaldadas por comentarios de personas que se identificaron como pacientes del hospital.
El funcionario se hizo acompañar de Patricia Orozco, asistente médica de la Dirección.
¿Amarran pacientes?
“Tenemos un instructivo, autorizado a nivel institucional, por el hospital, que se revisó incluso con la Defensoría, sobre sujeciones mecánicas y aislamiento.
“Hay personas que por su trastorno mental y de conducta, hacen necesario llegar al punto máximo, que es la sujeción mecánica. Pero antes hay que pasar por otros procesos: contención verbal, contención lúdica y la farmacológica o química. La última instancia es la sujeción mecánica y el aislamiento.
“Esto conlleva varias funciones o cuidados que se deben cumplir mientras la persona se encuentra en ese estado. La atención es para protegerla de sí misma cuando se vea que el riesgo es muy alto para él o ella, o para terceros.
“El fin del instructivo no implica un abuso de poder del personal con los pacientes. Su esencia es que se convierta en un instructivo para manejar a una persona de la manera más adecuada, garantizando su integridad tanto física como mental.
“Si hay pacientes que afirman que fueron sujetados, hay que revisar la metodología que se siguió y si hubo una propuesta de tratamiento que haya permitido el control de la persona para que no se hiciera daño”.
¿Usan camisas de fuerza?
“Hay mucho que todavía se sigue arrastrando de películas o ideas de hace muchos años. La Psiquiatría ha avanzado y se ha hecho cada vez más humana. Hace muchos años, se han dejado de usar esos mecanismos. Ahora, hay (mecanismos) más intuitivos, y procedimientos que buscan manejar la atención de la salud mental con menos daño y violencia hacia los derechos humanos de la persona con crisis mental o conductual.
“(La camisa de fuerza) no se usa. Es más, yo tengo 25 años de ser psiquiatra y no conozco una camisa de fuerza en el Hospital Psiquiátrico”.
¿Abusan de ciertos medicamentos?
(Los pacientes denuncian que se da mucho lorazepam, diazepam y clonazepam).
“Ese no es el objetivo de la utilización del elemento farmacológico en la terapia de quienes vienen acá. Cuando un paciente se interna en el Hospital Nacional Psiquiátrico es porque su condición de salud está entre moderada y grave.
“Todos estos medicamentos son de criterio estrictamente médico. La pretensión no es quitarse al paciente de encima, no, siempre lo que se busca es compensar. Primero, manejar el riesgo, segundo buscar la compensación segura del paciente, y nunca tratar de que el paciente se someta a una sesión farmacológica de la cual quede enganchado y se convierta en un problema de adicción para esa persona”.
¿Falta información y acompañamiento?
“Este hospital, previo a la pandemia, era más abierto a las visitas de la familia. Incluso, teníamos un horario de visita de 10 a. m. a 5 p. m. Con la pandemia, cerramos toda la visita”, declaró Patricia Orozco.
“Somos muy celosos con la información porque la que hay en los expedientes es totalmente confidencial. Se les recomienda pedir una cita con los profesionales a los familiares que quieren ampliar la información que se da por otras vías.
“Por eso mismo, se requiere que la queja sea formal porque de alguna forma autoriza la revisión del expediente para ver qué sucedió durante su internamiento”.
¿Respetan derechos humanos’
Cristian Elizondo sostiene que la dirección que lleva el hospital no solo es de respetar los derechos humanos de los enfermos, sino también de representar la voz de las personas con enfermedad mental, porque muchas veces, por esa condición, son víctimas del estigma.
“Nosotros tratamos de que el hospital tenga una actividad cada vez más científica. En sus 130 años, el hospital se ha ido adaptando a los avances no solo médicos sino en materia de Derechos Humanos”.