La agresión contra los niños, especialmente la que se da dentro de los propios hogares, lejos de retroceder, se acrecienta en número de casos y en complejidad de las lesiones.
En el 2014, la cantidad de menores de edad víctimas de diferentes tipos de abuso creció casi en un 50% con respecto al 2013, sumando 9.667 agresiones.
Eso representa un promedio de 26 pequeños agredidos al día, frente a 18 un año atrás, cuando se registraron 6.721 lesiones.
La cifra proviene del reporte enviado por 122 Comités de Estudio Integral de Niño, Niña y Adolescente Agredido (Ceinnaa), que funcionan en Áreas de Salud, Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) y en los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Siete de cada diez historias de abuso fueron reportadas por hospitales regionales de Puntarenas, Limón o Guanacaste.
También siete de cada diez niños fueron víctimas de la violencia dentro de sus propios hogares. En nueve de cada diez casos, el agresor era un pariente.
El abuso sexual es el que más se reporta (26% de los casos), seguido por la negligencia en el cuidado del menor (22%) y el abuso emocional (12,3%).
Este tipo de violencia se concentra en los menores de cuatro años (casi 1.600 menores en el 2014) y en los adolescentes (casi 2.000 víctimas de abuso).
Llama la atención la detección de más situaciones de abuso prenatal: 231 casos en el 2014.
Fuente. El informe de los Ceinnaa del 2014 es el más reciente.El del 2015 estará listo a mediados de este año, informó Ana Lorena Madrigal Vargas, del Programa de Salud del Niño y de la Niña, en el Área de Atención Integral a las Personas.
“Este es un problema multifacético muy complejo. Hay un plan para reforzar la prevención y detección tempranas con visitas domiciliares de enfermería a partir de este año”, explicó Madrigal. Este plan se está preparando.
La jefa de Trabajo Social, en el Hospital Nacional de Niños, Ana Virginia Quesada, manifestó que la detección de este problema aún sigue siendo muy pobre en los servicios de salud.
Este hospital prevé que el cierre del 2015 les deje unas 3.000 víctimas de agresión atendidas; una cifra nunca antes vista. El 2014 cerró con 2.332 casos.
Comentó el caso de un niño que llegó con una quemadura de mufla: “La mamá se lo llevó del hospital sin tratamiento aunque debía quedarse internado. Cuando revisamos el expediente, vimos que había sido ingresado a los 6 meses de edad por trauma de cráneo, y a los 8 meses por una lesión por la caída de un block . Y esto nos pasó a nosotros, que tenemos más experiencia y sensibilidad ante estos casos”.
De acuerdo con Quesada, en este hospital se ha visto un “recrudecimiento de la violencia”. Puso de ejemplo la historia de una niña de cinco años, que identificó como “la gran quemada”.
“Estuvo en la Unidad de Cuidado Intensivo varias semanas luego de sufrir una quemadura cuando su papá, por discutir con su mamá, le metió una patada a la olla y la botó encima de la niña”, relató Quesada.
“Hay una muy pobre vigilancia hacia los niños. El trabajo de ambos padres, las condiciones de pobreza, los conflictos familiares... Todos estos factores se convierten en riesgos a la salida de clases porque la escuela es un factor protector y de contención”, agregó la trabajadora social en referencia al aumento del riesgo de agresión en vacaciones.
Hasta noviembre anterior, el Patronato Nacional de la Infancia había atendido 40.382 situaciones de amenaza o violación de derechos a los menores de edad.
La primera gran causa (33,6%) son los conflictos familiares, seguido de las agresiones físicas contra menores (20%), situaciones de negligencia que ponen en riesgo la salud (15%) y la agresión psicológica (7%).