El Hospital Max Peralta de Cartago está listo para activar un plan de contingencia que incluye desde el manejo de recurso humano, hasta la disposición de ropa y alimentos, en caso de un movimiento de huelga.
La misma acción tomó el Hospital Calderón Guardia desde el martes, confirmó el director interino, Pedro Pereiras.
Con esa decisión, los servicios se organizaron para que se “mantenga al máximo la atención de los asegurados” en todas las áreas.
Esta fue la respuesta ante consultas de este medio, luego del anuncio de sindicatos de salud de un movimiento de protesta para este jueves.
“De ser necesario se refuerzan ventanillas con personal administrativo de otros servicios”, informó el centro médico cartaginés mediante su oficina de prensa.
El hospital de Cartago adelantó que en caso de afectación de mayor plazo, se activaría también un plan de reprogramación de citas en las próximas semanas e hizo un llamado a los pacientes a acudir a sus consultas.
Entretanto, en el Calderón, se realizaría una revisión de los servicios este jueves para determinar si se requiere alguna reorganización.
Medidas de esta naturaleza también se toman en otros hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
En un comunicado de prensa, Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la Caja, hizo un llamado a los trabajadores para que mantengan abiertos los servicios de la institución en todos los rincones del territorio nacional.
“Una huelga lo único que hace, en este momento, es agitar las aguas y realmente lo que se está buscando es la solución a las necesidades del sector laboral”, mencionó Macaya.
Representantes de Undeca y Sinae, ambas organizaciones sindicales de los trabajadores de salud, dijeron este miércoles que el aumento tripartito en los aportes al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y la implementación del impuesto al valor agregado (IVA) están entre las primeras razones de la protesta.
Marta Rodríguez de la Unión de Empleados de la Caja (Undeca) afirmó que también pretenden el establecimiento de una mesa de diálogo social.
Rodríguez y Lenín Hernández, del Sindicato de Profesionales en Enfermería (Sinae) garantizaron que los servicios esenciales como emergencias no serán afectados, pero sí la consulta externa.
La huelga del año pasado, que se inició el 10 de setiembre, paralizó servicios por al menos,26 días, costó a la institución ¢12.000 millones, según estimaciones preliminares.
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Esa cantidad incluye los pagos de horas extra y la contratación de personal adicional. También la compra de servicios de lavandería y nutrición, y, sobre todo, lo que la CCSS llama “oportunidades perdidas”; es decir, el valor de las consultas y operaciones que estaban programadas y no se pudieron realizar.
Hasta el 10 de octubre, los hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) habían perdido 129.935 citas. De ellas, 80.949 fueron con el médico general y 40.657 con el especialista.
El resto de citas (más de 8.000) estaban programadas con otro personal de salud, como Trabajo Social, Psicología o Nutrición.
Con respecto a cirugías, hasta el 10 de octubre se llevaban contabilizadas 3.706 operaciones perdidas. Sin embargo, esa cantidad podría superar las 4.000 debido a que todavía varios días después de concluido el movimiento, algunos centros seguían sin operar pacientes.
La pérdida de citas apenas representó un 11% del total en agenda para ese periodo (más de un millón de consultas programadas), de acuerdo con datos de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE).
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La huelga fue declarada ilegal por afectar servicios de salud, así lo ratificó en diciembre el Tribunal de Trabajo de San José.