Hay residuos que, por sus características requieren un tratamiento diferente, como los industriales y los hospitalarios. También en esos casos se buscan mecanismos para hacer una manipulación más amigable con el ambiente.
El Ministerio de Salud anunció este 5 de abril que se trabaja en el Reglamento para la Gestión de Residuos de la Construcción y Demolición de Obras. Esta normativa, que está en etapa de consultas en la Dirección General de Salud del Ministerio, marcará las pautas desde la gestión hasta la disposición.
Sin embargo, hay ejemplos de empresas que comenzaron a trabajar desde antes. Un ejemplo es Holcim, fabricante de cemento, hormigón y morteros. Esta compañía lanzó en marzo pasado una nueva plataforma de recuperación y transformación de residuos.
Para lograrlo aprovecharon los servicios de Geocycle, una subsidiaria dedicada a la gestión de residuos, explicó Camilla Angelini, gerente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de la firma. Una nueva inversión permite a esta planta recuperar hasta 600 toneladas de materiales al día para reconvertirlos en insumos para la fabricación de cemento.
“Esto es economía circular. Los desechos se aprovechan nuevamente para ser utilizados en el proceso de producción. Con esto se evita que estos residuos lleguen a los rellenos”, manifestó.
De acuerdo con la empresa, este proceso evitará la emisión de más de 50.000 toneladas de CO2 al año. Esto es equivalente al consumo eléctrico de 5.850 hogares o evitar la contaminación de 1.515 vehículos en circulación.
Innovaciones en hospitales
El uso del plasma se ha investigado para el tratamiento de algunos tipos de residuos en el Hospital Nacional de Niños (HNN), como jeringas y residuos biológicos.
Este tipo de desechos “de bolsa roja” o bioinfecciosos debe ser tratado en máquinas llamadas autoclaves, recipientes a presión en donde los desechos se llevan a una temperatura superior a los 30 °C.
Este proceso “inactiva” los microorganismos presentes en los residuos antes de su disposición final y evita que salgan al ambiente y dañen la salud de los seres vivos.
El plasma contribuye para mejorar el manejo de desechos y en el uso de tecnologías más eficientes y amigables con el ambiente. El HNN es el primero de los centros médicos que participa de un plan del Laboratorio de Plasmas para Energía de Fusión y Aplicaciones del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
La iniciativa se desarrolla en conjunto con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La institución donó $150.000 (unos ¢81,3 millones) para la adquisición de una “antorcha de plasma”, un dispositivo especial que permite tratar los desechos.
“El gasificador de plasma es como una antorcha que prácticamente desaparece la basura. Eso nos genera una disminución muy grande de residuos”, había explicado Pedro Murillo, jefe de Ingeniería y Mantenimiento del centro médico.
En setiembre pasado, Salud visitó las instalaciones del Tec e instó en seguir investigando el plasma para el tratamiento de diferentes tipos de desechos.