El Instituto Clodomiro Picado mantiene su producción de suero antiofídico para salvar a víctimas de mordeduras de serpientes, sin dejar de lado su último encargo: investigar un posible tratamiento que permita curar a los enfermos de covid-19, la nueva enfermedad respiratoria.
El centro de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR) no ha dejado de producir los llamados antivenenos. En sus 50 años de existencia, los antivenenos producidos aquí han salvado la vida a más de 350.000 personas.
“Si bien Costa Rica está viviendo una pandemia por la enfermedad del covid-19, es muy importante que se entienda que el suero antiofídico es un medicamento esencial. No hay otro producto que pueda hacer lo que hace el antiveneno.
"Los accidentes por mordeduras de serpiente son un problema de salud pública que no puede dejarse desatendido por la pandemia. Hay personas que podrían sufrir un accidente y los hospitales deben tener los fármacos necesarios para atenderlos”, afirmó Andrés Hernández Bolaños, regente farmacéutico del ICP-UCR.
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La colocación intravenosa de un antiveneno específico es el único tratamiento eficaz para salvar la vida de las personas que han sido víctimas de mordeduras de serpientes venenosas.
La intención del Instituto es asegurar el abastecimiento de este medicamento, informó la UCR.
“Las personas con algún factor de riesgo no están trabajando en el Instituto de manera presencial", mencionó Hernández en referencia al seguimiento de los protocolos ordenados por el Ministerio de Salud para cortar las cadenas de transmisión de covid-19.
"Además, tres están haciendo trabajo remoto y los otros 32 se turnan para hacer mitad trabajo remoto y mitad trabajo presencial. Esto, junto con las constantes medidas de limpieza, nos ha permitido cumplir de forma segura con las labores en todas las secciones de producción”, aseguró el funcionario.
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Se calcula que en el mundo los accidentes ofídicos afectan a más de 2,5 millones de personas que viven en poblaciones rurales en pobreza. En Costa Rica, cada año se registran 600 personas con mordeduras de serpientes venenosas.
El ICP-UCR es el único que abastece Costa Rica, al resto de la región Centroamericana y a algunos territorios de América del Sur. También, exporta sueros a África, ante una realidad global en la cual las grandes farmacéuticas internacionales no producen antivenenos debido a la baja rentabilidad económica, informó la UCR.
Paralelamente, el Clodomiro encabeza la lista de instituciones que están investigando un posible tratamiento contra covid-19, utilizando plasma de enfermos ya recuperados.
La información, que trascendió a finales de marzo, revela que el plasma (un componente de la sangre) se podría utilizar en el tratamiento de infecciones virales como las producidas por SARS-CoV-2, el nuevo coronavirus que produce covid-19.
El plasma de los pacientes, purificado, pasa los anticuerpos específicos contra el nuevo coronavirus a la persona enferma mediante transfusiones.
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Actualmente, se está en el diseño del documento que se le presentará al Ministerio de Salud para que autorice el desarrollo y eventual prueba de este tratamiento.
Según han confirmado especialistas, se requieren entre 20 y 25 recuperados que estén dispuestos a dar su plasma. Actualmente, según datos del Ministerio de Salud, de los 612 casos confirmados de covid-19 en Costa Rica desde el 6 de marzo, hay 62 personas totalmente recuperadas de esta infección.