Un grupo de seis médicos especialistas en cuidado intensivo del Hospital Nacional de Niños anunció que dejará de trabajar tiempo extraordinario a partir del 16 de diciembre. Alegan cansancio, sobrecarga de trabajo, problemas de salud y, además, sostienen que no están obligados a trabajar extras.
La información la confirmó a La Nación el director médico de ese hospital, Carlos Jiménez Herrera, quien dijo que la situación está en manos de la Gerencia Médica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Según Jiménez, el grupo de médicos especialistas hizo una primera comunicación a mediados de noviembre. La primera reunión formal en donde dieron a conocer sus peticiones fue apenas dos días atrás (martes).
Estos médicos solicitan no volver a hacer guardias. En su lugar, piden hacer disponibilidades médicas. En su lista de solicitudes incluyen tener a cuatro intensivistas disponibles en cada uno de los turnos, y dividir la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en tres subunidades, cada una de las cuales debe tener un médico pediatra de guardia con su respectivo equipo de residentes (médicos estudiantes de especialidad).
Carlos Jiménez prefirió no referirse a la capacidad del hospital de atender estas demandas. Reconoció la complejidad de la situación y dijo que es la Gerencia Médica la que debe determinar cuánto de lo solicitado es posible hacer.
“Es una situación como tantas crisis que ocurren en el día a día de la gerencia de un hospital. El pico respiratorio fue un reto que evidenció oportunidades de mejora que tenemos, fortalezas y servicios que nos sirven en determinados momentos como alternativa para poder manejar algún tipo de paciente.
“Estamos buscando todas las alternativas viables y posibles para tratar de garantizar el bien superior de la atención de las personas menores de edad”, recalcó Jiménez.
Desde el año anterior, dijo el director médico, se vienen analizando una serie de situaciones a nivel de la Gerencia Médica.
Jiménez explicó que los médicos intensivistas tienen un rol que implica mantener a una o dos personas de guardia por día. Las guardias son presenciales.
Lo que estos especialistas quieren es sustituir las guardias por roles de disponibilidad. Esto implica que el médico puede trabajar desde su casa y se traslada al hospital en caso necesario. A diferencia de la guardia, la disponibilidad se paga aun cuando no haya consultas.
Una situación parecida acaeció en octubre del año pasado, confirmó Jiménez Herrera, quien aclaró que esta vez las decisiones que se deben tomar salen de la competencia de la Dirección Médica. Se espera que en la próxima semana la Gerencia Médica de la CCSS tome alguna decisión.
Planes de contingencia
Por ahora, contemplan eventuales medidas de contingencia en caso de cumplirse la medida anunciada por los intensivistas.
Entre esas posibles medidas está buscar personal especialista para cubrir las necesidades de los pacientes que requieren de cuidados en UCI. También se podría bajar el número de camas en esa Unidad y habilitar otros servicios, dijo Jiménez.
Hay uno de los médicos intensivistas que labora en jornada no tradicional y cubre algunos días. Ese recurso sería tomado en cuenta así como el de otros especialistas en cuidado intensivo que laboran fuera de la UCI. El Hospital Nacional de Niños también podría buscar apoyo de otros pediatras.
El director médico reiteró la prioridad que tiene el principio de auxilio de las personas menores de edad. También confirmó que la Gerencia Médica analiza la pertinencia de la propuesta elevada por este grupo de médicos pues debe ser sometida a negociación y análisis.
El Hospital Nacional de Niños tiene una capacidad de 27 camas de Cuidado Intensivo para pacientes muy complicados quienes, entre otras atenciones, necesitan asistencia ventilatoria.
Para dar una idea del volumen que también se maneja en otros hospitales de la CCSS, el México tiene 39 y cinco intensivistas. Y el Calderón Guardia tiene 39 camas y alrededor de 8 intensivistas, dijo Jiménez.
A finales de julio anterior, el Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname) llamó a sus afiliados a no realizar guardias ni horas extra entre el 1.° y el 8 de agosto, con el objetivo de presionar a la Caja para que mejore sus condiciones laborales y evitar el éxodo hacia los servicios privados.
El anuncio de la medida de presión abrió espacios de diálogo entre las autoridades de la CCSS y este sindicato, y evitó que se concretara en agosto la medida de presión.