El nuevo gerente de Pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Jaime Barrantes Espinoza, toma las riendas de ese despacho con la intención de promover un diálogo nacional que fortalezca al Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
Barrantes prefiere no hablar aún de cambios en edad, cuotas o beneficios y apuesta más a otras opciones, como el aumento de la cobertura, para atraer al sistema a los trabajadores jóvenes.
Al final de su periodo de seis años, ¿qué piensa dejar al IVM?
Quisiera abrir espacios para discutir la sostenibilidad financiera y actuarial. Estaría esperando un diálogo nacional en el tema de pensiones a fin de establecer alternativas para fortalecer el régimen. Segundo, buscar un acercamiento del IVM a la población, especialmente a los que empiezan a laborar y a cotizar. Tercero, pretendemos innovar en el tema de las inversiones.
”Queremos hacer un esfuerzo por ver otras opciones que no se han explorado en estos años. La Junta Directiva nos aprobó explorar opciones en el mercado internacional. Además, está todo el tema del mejoramiento del servicio de pensiones”.
Para la Caja, ¿cuál es la situación actual del IVM?
Somos conscientes de que igual que otros sistemas de pensiones, tenemos retos importantes a futuro y faltan otras alternativas para el fortalecimiento del IVM. Queremos evaluar qué ha pasado en estos 10 años (desde la última reforma) para proponer al país una discusión sobre cómo fortalecer el régimen de IVM, partiendo de que es uno sólido y sostenible, lo cual no significa que no requiera ajustes adicionales a la dinámica poblacional.
¿Por qué creen que es un régimen sólido?
Porque tenemos millón y medio de cotizantes, una de las coberturas más altas de América Latina. Hay ¢1,9 billones en reservas. Creo que tenemos uno de los sistemas que ha sido referente a escala latinoamericana.
”Esto no implica que no estemos conscientes de que en 10 o 20 años haya necesidades de ajustar y de evaluar la sostenibilidad del fondo con el objeto de adecuarlo a las condiciones financieras y demográficas que lo garanticen al largo plazo”.
¿Puede garantizar a quienes se pensionen en el 2030 que tendrán una pensión justa?
Así es. Lo que nos preocupa es la sostenibilidad a largo plazo del fondo. No por pagar las pensiones de los que ya están pensionados y de los que están próximos a pensionarse. Procuramos que la persona joven que ingresa a laborar tenga la seguridad de que va a cotizar a un fondo que le va a garantizar su pensión cuando se retire.
”Las condiciones en el tiempo tendrán que irse ajustando a la dinámica demográfica. Mientras estemos revisando y adecuando, el fondo seguirá adelante”.
¿Para cuándo visualiza una próxima reforma?
Es difícil establecer un periodo exacto. Posiblemente, el año entrante habría todo un proceso de acompañamiento para proponer alternativas de fortalecimiento que permitan, en uno o dos años, plantear algunos escenarios de fortalecimiento del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte.
¿Se entiende fortalecimiento como reforma?
Ahorita, sería un poco prematuro adelantarse.
Algunos directores de la CCSS han dicho que es tiempo de considerar una reforma.
Lo que pasa es que el término ‘reforma’ se circunscribe a cambios en edad, cuotas y beneficios. Hay otros escenarios que queremos plantear. El nuevo superintendente (Álvaro Ramos) habló de sostenimiento a largo plazo.
”En esa vía, queremos evaluar el tema de elevar la cobertura, el papel del Gobierno en el sistema de pensiones, el tema de las pensiones anticipadas y otras de fortalecimiento del IVM, que no se circunscriben a una serie de reformas tradicionales. La última se llevó a cabo hace 10 años, pero algunos de esos cambios aún están en proceso”.
Por cuarto año consecutivo descienden los aportes al fondo de reserva, ¿qué significa esto?
El modelo considera el uso de intereses en todo el tema de financiamiento del régimen. No es una situación por la que uno se tenga que alarmar y pensar que el fondo esté quebrando o se vaya a terminar. Esta reserva está como una reserva de contingencia para echar mano de ella cuando los ingresos no crecen.
¿Pero no es un síntoma de alguna “enfermedad” en el IVM?
Yo no la llamaría enfermedad. Es una situación normal de los regímenes de pensiones, donde, a veces, tienen que tomar intereses de la reserva. La reserva no es para que crezca indefinidamente. No tiene sentido que nosotros siempre metamos la plata en inversiones, los intereses se vayan ahí acumulando y nunca los toquemos. Los intereses son para financiar los gastos de pensiones. Esto está contemplado en nuestras proyecciones actuariales. Úsense o no los intereses, sabemos que el fondo se modifica por las condiciones económicas y demográficas.
Cuatro años, ¿es mucho?
Recordemos que son los intereses de la reserva. La reserva no se ha tocado. Las proyecciones actuariales nuestras dicen que aunque se usen intereses y las reservas se lleguen a tocar, el fondo llega hasta el 2037. Esas son las estimaciones nuestras en un escenario medio. No es que nosotros aseguramos totalmente que llegamos al 2037. Es un escenario medio bajo ciertos supuestos. Hay un escenario bajo, que nos dice que la reserva más los intereses podrían llegar hasta el 2028. Y tenemos un escenario alto, donde podríamos llegar al 2043.
¿A cuáles otras medidas acudirían para fortalecer el régimen sin tocar cuotas ni beneficios ni edad?
Una es el acercamiento a la población que impulse la cobertura. Tenemos un 63%, pero esperaríamos llegar a un 75%. La idea es seguir aumentando la cobertura, lo cual está en función del esfuerzo de inspección. Hay otros temas como, por ejemplo, la participación del Gobierno en el sistema de pensiones.
¿A qué se refiere con eso?
Por ejemplo, tenemos una pensión mínima, cuyo financiamiento recae, actualmente, en los contribuyentes. Se podría pensar a futuro en una participación del Gobierno. Algunos países han pensado en un impuesto específico para pensiones. Son alternativas no tradicionales que podrían valorarse. Además, está el esfuerzo en materia de inversiones: cómo las reservas del seguro de pensiones pueden impactar en el desarrollo del país.
¿Existe alguna medida ‘popular’ que garantice una reforma sostenible del IVM?
Definir popular es relativo. Hemos podido otorgar casi 60 años de pensiones con una cotización que hasta ahora aumentó 0,5% en el 2010 y 0,5% en el 2015. Pero desde que se inició el régimen hasta ahora, ha tenido una cotización de un 7,5%. Son cosas sobre las cuales la sociedad tiene que ser consciente.
¿Cómo ve la relación con la Superintendencia de Pensiones (Supén), ahora que ambas tienen nuevos jerarcas?
¿Cuál es el objetivo del IVM y de la Supén ? Asegurarle a los costarricenses que cotizan una pensión. No tiene por qué haber una confrontación. La idea es que las alertas y recomendaciones que ellos nos den, coadyuven en este objetivo. La relación con la Supén tiene que ir en pos de ese objetivo porque el tema es tener un mejor sistema de pensiones.