Una princesa y una malvada bruja enfrentadas por levantar una torre de un castillo, fue la trama del cuento que Marta Esquivel, presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), narró durante la actividad de este lunes en el Hospital Nacional de Niños.
Durante la celebración del Día del Niño, la jerarca contó a los chiquitos que en la ciudad de la salud, un reino muy, muy lejano, había un castillo donde se quería construir una torre llamada esperanza, “tan grande, tan grande, tan grande como la de Rapunzel”.
“No sería una torre de encierro (como la de Rapunzel), esa torre sería el corazón más fuerte del castillo. No sería una torre común, estaría llena de color, llena de magia, porque médicos y otros profesionales cuidarían a los niños para que estuvieran bien”, dijo la jerarca.
Sin embargo,cada vez que en el castillo se intentaba construir la torre, una malvada bruja llamada Burocracia, buscaba impedirlo.
“La bruja era astuta, como todas las brujas. Ponía trabas, leyes, obstáculos, que frenaban el sueño del reino. Y durante muchos años, la torre quedó varada esperando su momento para brillar”, destacó.
De esta forma, Esquivel pretendió contar a los niños la historia del proyecto de Torre de la Esperanza, que el Hospital de Niños tiene en planes desde hace décadas.
Y llegó la princesa del cuento...
Así como hubo bruja, en el cuento de Esquivel también hubo princesa, la cual “se arrolló las mangas del vestido y se puso a trabajar contra la malvada Burocracia”. Según la narración, esa princesa fue la primera dama de la República, Signe Zeikate.
Esquivel le atribuyó a Zeikate el proyecto de ley que permitió a la Asociación Pro Hospital Nacional de Niños trasladar los fondos para comenzar la construcción. Esto lo describió como el primer golpe a Burocracia.
También describió cómo la princesa propuso utilizar la excepción de la ley que permite que en casos especiales se puede arrancar con el proceso y utilizar el dinero. Esto lo describió como “un golpe durísimo a Burocracia”.
Sin embargo, la falta de dinero hacía que Burocracia se riera.
Entonces el rey buscó solicitudes a grupos especiales para conseguir el dinero. Todavía el dinero no se tiene, pero los hábiles artesanos del castillo saben que ya la torre está en proceso de licitación para levantar esa torre tan grande como la de Rapunzel.
A Burocracia la combaten todos los días y, según Esquivel, se sigue debilitando, mientras la esperanza de los habitantes del reino sigue creciendo más que el cabello de Rapunzel.