Ni el desempleo, ni las enormes carencias de Internet, ni las pesadas discusiones en la Asamblea Legislativa, como tampoco la cada vez más debilitada calidad de la educación, aparecieron con el SARS-CoV-2.
Ya estaban ahí cuando se desencadenó la crisis sanitaria. La covid-19 solo llegó a complicar las cosas y a llevarnos a un momento clave para tomar decisiones: o empezamos a encarar esos y otros enormes desafíos, o nos vamos al guindo por los próximos 50 años.
El director del Programa Estado de la Nación, Jorge Vargas Cullell, conversó con La Nación el 19 de febrero. En diez frases, resumimos la esencia de su análisis.
1. “Todavía tenemos un muy buen trecho por delante”.
“El comportamiento ha mostrado que cuando hemos logrado controlar el esparcimiento del virus nos ha pegado muy fuertemente, y que todavía tenemos un muy buen trecho por delante. Tanto por el lado de la vacunación, que ha ido lenta por problemas de suministro en todo el mundo, como por temas de organización interna del país.
“Y, además, mientras se termine de llegar a niveles que den garantía del control de la parte epidemiológica vamos a tener que mantener algún tipo de restricción.
“Ha habido un gran proceso de aprendizaje, en Costa Rica y en el resto del mundo, por parte del Gobierno y la misma sociedad. Cosas que al principio no creíamos que fueran la mejor manera, hoy en día han dado pasos a respuestas más focalizadas.
“El año pasado, se hizo popular la metáfora del martillo y el baile. Hoy, las personas buscan intervenciones más específicas, lo cual también depende del comportamiento mismo de la pandemia, y de haber aprendido que podemos hacer intervenciones más localizadas tanto desde el punto de vista territorial como sectorial”.
2. “Desnudó enormes desigualdades”.
“La pandemia desnudó enormes desigualdades y cómo esas desigualdades también afectan la capacidad de la política pública para combatir efectivamente la pandemia. Por ejemplo, cuando decían ‘vamos a un martillazo y todos para la casa’, había personas que podían estar en la casa y otras que no se podían dar ese lujo; especialmente en países como el nuestro, con un sector informal creciente.
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“La pandemia ha desnudado las desigualdades que a veces están ocultas o naturalizadas, esas desigualdades que para ojos de muchos eran invisibles, se tornan muy visibles. La pandemia nos las recordó. Y, finalmente, la pandemia destruyó una serie de discusiones que todavía se estaban dando: gente empecinada diciendo que teníamos cosas que no teníamos, a las horas de las horas”.
3. “Hemos tenido un año terrible para el sector educativo”.
“Ya sabemos que la pandemia desescolarizó a cientos de miles de niños, con énfasis en los pertenecientes a hogares con climas educativos bajos, que son un proxi de los hogares de más bajos ingresos.
“¿Cuál va a ser el impacto de eso en el mediano y largo plazo? Todavía no lo sabemos, y tenemos manera para actuar y mitigar esos impactos. Esta es una discusión estratégica.
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“(...) nos agarra la pandemia y nos borra un año de escolaridad, con población joven a la cual necesitamos que sea la mejor educada y más capacitada de la historia.
“A principios de este siglo, por cada persona que cumplia 65 años había seis de 15 años. Por ahí de mediados de siglo la relación será uno a uno. Necesitamos que ese ‘uno’ de 15 años sea un tigre.
“La pregunta es cómo hacemos en los próximos años para hacer valedero el mandato constitución de la educación obligatoria y universal. Y esto va a implicar cosas muy concretas: universalizar el currículum del Ministerio en escuelas primarias. Fortalecer la educación técnica”.
Tres mapas
FUENTE: CCSS, INEC Y CENTRO DE GESTIÓN DOCUMENTAL DE LA NACIÓN || LN
4. “La pandemia ha sido una cachetada”.
“Cosas que el país decía que tenía: por más que la Sutel (Superintendencia de Telecomunicaciones) y Fonatel (Fondo Nacional de Telecomunicaciones) dijeran que estábamos cerquísima de la universalización del Internet, no es cierto. ¡No es cierto! Eso se cayó. Hay algunas cosas que cayeron por su propio peso, y que son imposibles de argumentar hoy en día. No teníamos una red de Internet de banda ancha que conectara hogares, empresas e instituciones. La teníamos en parches, pero no como una solución país.
“Hay problemas evidentes: carecemos de una red de banda ancha que enlace a todo el mundo. Y esto evidenció desconexión productiva, desconexión social y educativa, incluso la atención de la salud. Eso hay que resolverlo ya, porque además tiene implicaciones en el largo plazo. Pero esto va a significar salirnos de la discusioncita, del proyectito, y de Fonatel... Ponernos una meta: al 2024-2025 tener a todo el mundo conectado. Esto va a implicar reestructurar el mercado. Vamos a tener que separar la infraestructura de la construcción de la autopista. Hoy en día, la construcción de banda ancha camina al ritmo de los proveedores.
“Se cayeron otros mitos: Por ejemplo, que teníamos un sistema de atención primaria potentísimo en todos los territorios del país. Tampoco era cierto, ¿verdad?”
5. “Estamos en medio del río”.
“La gente se alegró porque ya la vacuna llegó, y se interpretó que nos sacó del problema. Y no, todavía falta mucho. Hemos tenido un proceso de aprendizaje de política pública y comportamiento social muy intenso.
“Sabemos que en el mercado de trabajo la pandemia tuvo grandes efectos, tanto positivos como negativos: el desempleo aumentó montones. Afectó montones el sector informal, de manera negativa. ¿Qué efectos va a tener esto en el mediano y largo plazo? No lo sabemos.
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“Sabemos que la pandemia permitió que una parte grande de la fuerza laboral haga teletrabajo. ¿Cómo va a impactar eso las relaciones laborales en el mediano y largo plazo? Todavía está por verse. Se descubrió que no necesariamente se tenía que paralizar el funcionamiento de una empresa o una institución si todos los empleados no estaban presentes. Estos impactos aún no los sabemos”.
6. “La pandemia no inventó nuestros problemas”.
“Fue un gran disruptor. Ha tenido efectos económicos y sociales muy adversos. Pero la pandemia no inventó nuestros problemas. Fue como un catalizador.
“Pero lo cierto es que muchas de las respuestas posteriores a la pandemia van a depender del entendimiento del momento en el que estábamos. Y la verdad es que la pandemia cogió a Costa Rica en un momento sumamente delicado.
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7. “Si hubo un mal momento para que nos pegara este meteorito, que fue la pandemia, fue este, porque ya teníamos que resolver problemas de fondo”.
“Entonces vea usted el momento tan delicado que teníamos antes de la pandemia, cuando el país estaba abocado en reformas profundas, y encima estábamos demográficamente en una situación donde se nos había acabado el primer bono demográfico.
“Teníamos que hacer cambios sustantivos a los regímenes de pensión, al sistema educativo, y nos agarra la pandemia y nos borra un año de escolaridad, con población joven a la cual necesitamos que sea la mejor educada y más capacitada de la historia”.
8. “Nos estrecha el espacio de maniobra”.
“Nos cerró el espacio para tomar esas decisiones de más largo plazo, más de desarrollo. La tensión es cómo no salir más golpeados. Las fuerzas más o menos han podido articular respuestas, y el Congreso ha sido particularmente prolífico. Pero temas más de fondo, como la descarbonización, no tienen espacio ahí. Por ejemplo, el tema de las pensiones.
“Nos redujo el espacio para la respuesta fiscal, y el espacio político para procesar reformas de largo plazo pensando en crear condiciones para tener una economía más moderna e inclusiva en el largo plazo.
“La contención fue de lo más inmediato. Pero como la cobija no daba para más, ahora tenemos que ver cómo mitigamos los impactos que son previsibles. Ahí es donde digo que esta sociedad va a tener que tener que hacer gala de un sentido práctico muy grande”.
9. “No soy ni pesimista ni optimista”.
“¿Lo vamos a lograr? No sé. Lo que sí sé es que no soy ni pesimista ni optimista. Si bien hay muchos indicativos que me dicen preocupate, también debo reconocer que en los últimos tres años el sistema político, en su conjunto, ha sorprendido y ha logrado responder cuando yo diría que había muy poca probailidad que lo hiciera”.
10. “El partido no está jugado. Está en el minuto 89, y habrá que ver si metemos el gol”.
“En la historia de los pueblos hay coyunturas críticas, que funden y fundan historias. ¿Es esto una coyuntura crítica? Sin la menor duda. El país ha tenido coyunturas críticas. Funde porque hay que resolver problemas inmediatos, y deben fundar el sendero para los próximos 20 años.
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“Si el sistema político logra tomar una decisión clara para la crisis de solvencia en las finanzas públicas, habremos evitado lo peor y tendremos un espacio para tener mejores resultados.
“Suponiendo que se hace la tarea, hay posibilidades de que este año sea mejor. Pero hay un gran ‘pero’: de aquí a mayo se va a despejar. Hay una gran interrogante.
“Los fundamentos nuestros no son malos. El programa del Banco Central indica una recuperación moderada, pero el efecto que puede tener una decisión política equivocada puede alterar un pronóstico. Ahí la decisión humana va a ser la clave. Tenemos con qué, para que sea un mejor año, pero todo depende de cómo nos organizamos”.