Cintia Solano Cantillo tiene 10 años sin cáncer, tiempo durante el cual ha podido ver crecer a su hija, Paula Murillo, quien tiene 16 años.
Diagnosticada con cáncer de mama metastásico, cuando apenas tenía 26, Cintia luchó para que la Caja le diera Trastuzumab, un fármaco al cual ella atribuye su curación.
Su experiencia de vida la llevó a fundar la Asociación Nacional Segunda Oportunidad de Vida (Anasovi), de la cual hoy es su vocera.
Esta Asociación, dijo Solano, es la que más ha interpuesto recursos de amparo contra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Más de 1.000 pacientes con diferentes enfermedades, sobre todo cáncer, se han visto beneficiados con estas gestiones.
“La Caja tiene el cuadro básico obsoleto desde hace mucho. Hay medicamentos que no se usan o son muy viejos y no se abre a medicamentos innovadores. Lo que tienen los médicos especialistas para trabajar dentro del cuadro de la Caja es lo mínimo”, manifestó Solano.
Según comentó, Anasovi le ha propuesto a la CCSS una mesa de negociación en la cual participen la sociedad civil, la Caja y las farmacéuticas.
“Esto se hace en otros países y se llega a acuerdos, pero la Caja no quiere”, comentó.
Para la defensora de los habitantes, Montserrat Solano Carboni, la Sala IV y la Defensoría no deben ser un mecanismo para brincarse la fila, pero tampoco la Caja debe obviar el clamor ciudadano de resolver la espera.
“Sabemos que la Caja propone distintos proyectos, pero sea lo que sea, es necesario de que haya planificación, absoluta transparencia y rendición de cuentas. No es solo un tema de administración pública, es un tema de derecho a la salud”, manifestó la defensora.