La noticia del fallecimiento de un ser querido llega acompañada de un torbellino de sentimientos, a los que en medio de la pandemia también se suman protocolos y procedimientos que pueden hacer que ese íntimo momento sea aún más difícil, principalmente si la partida es inesperada y está asociada a la covid-19.
Conforme avanza la emergencia, Salud ha mantenido en constante actualización los lineamientos que deben seguirse, según el lugar y las condiciones en las que se presenta el deceso.
Por ejemplo, en el caso de las muertes que ocurren en hospitales que tienen morgue, los familiares disponen de 24 horas para el retiro del cadáver.
Si se da en una clínica o centro médico sin morgue o depósito de cadáveres, la familia tendría de cuatro a seis horas.
Según la información de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), este tiempo se podría ampliar si la clínica o el centro donde fallece la víctima tiene horario vespertino.
Cuando por condiciones especiales los dolientes no se presentan en ese tiempo, el cuerpo se traslada a otro centro médico que tenga morgue.
El 11 de setiembre, la institución dio a conocer la necesidad de instalar cuatro contenedores con una capacidad para 25 cuerpos en los hospitales Calderón Guardia, San Carlos, San Rafael de Alajuela, y posiblemente, San Vicente de Paúl, en Heredia, los cuales se sumarían a los ya instalados en el Hospital San Juan de Dios y el Centro Especializado de Atención de Pacientes con Covid-19 (Ceaco).
Dichos contenedores refrigerados funcionan como una extensión de las morgues de los hospitales donde son instalados, por lo que se rigen por los mismos plazos para el retiro de los cuerpos.
¿Qué pasa si los familiares no logran hacer el retiro del cuerpo en ese tiempo, por ejemplo si son de zona alejada o no cuentan con los recursos y están gestionando una ayuda del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS)?
La Caja indicó que cada caso se evalúa de forma particular por el patólogo y la dirección médica.
"La CCSS hace todos los esfuerzos por acompañar a las familias en despedir a sus seres queridos cuando fallecen en nuestros centros médicos, pero también requiere de la responsabilidad de las familias en retirar los cuerpos en tiempo oportuno, lo cual ayuda a mantener espacio libre en las morgues.
“Es importante que las personas tengan en orden sus documentos de identificación y autorizadas las personas que, en una situación de estas, puedan tomar las decisiones correspondientes”, indicaron.
Desde que la víctima de covid-19 fallece, los dolientes reciben acompañamiento de trabajo social, quienes en los casos de personas que necesiten ayuda económica pueden coordinar dichas gestiones.
El gerente médico de la entidad Caja, Mario Ruiz, explicó que cada fallecido se trata de la “forma más digna posible”.
Según detalló, el cuerpo se prepara en el sitio del fallecimiento, donde se realiza una exhaustiva limpieza, desinfección y preparación para minimizar el riesgo. Se le viste y es colocado dentro de dos bolsas; una transparente interna y una oscura externa y luego es trasladado a la morgue, para lo cual se procura tomar la ruta más corta y donde circulen la menor cantidad de personas.
En ese lugar, el reconocimiento solo lo puede hacer solo un familiar, quien dispone de un máximo de 15 minutos para realizar la despedida, sin embargo, no puede acercarse a menos de un metro o tocar el cuerpo o el féretro.
Una vez que se entrega al cuerpo a la familia, el tiempo máximo de entierro es menos de 24 horas. No se puede abrir el féretro.
El último viaje
Los lineamientos para manipular a las víctimas mortales por covid-19 procuran reducir al máximo el riesgo de que otros se infecten:
FUENTE: LINEAMIENTO PARA EL MANEJO DE CADÁVERES RELACIONADOS CON LA ENFERMEDAD COVID -19. || J.C. INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
Directo al cementerio
Para el momento que se acude al hospital a retirar el cuerpo, los dolientes ya deberán haber gestionado la funeraria y el nicho en el cementerio, pues una vez recogido, la recomendación es que no se realice vela u otro tipo de reunión de despedida, sino que sea enterrado o cremado inmediatamente.
Gabriel Dávila, jefe comercial de Funerarias del Magisterio, indicó que desde que inició la pandemia han atendido más de 95 servicios de fallecidos a causa de esta enfermedad.
Aunque al igual que la mayoría de funerarias, trabajan 24 horas al día, los usuarios deben tomar en consideración que los cementerios no están abiertos en ese mismo horario, por lo que se debe asegurar que el servicio se contrate una vez que se cuenta con el nicho para ir directo al lugar de la inhumación.
"Cuando una persona fallece, los familiares se comunican con la funeraria y presentan el acta de defunción. La funeraria amablemente se encarga de coordinar el servicio funerario al gusto de la familia, ya sea inhumación o cremación.
“Para todos los servicios se siguen los protocolos específicos, tanto si el cuerpo proviene desde morgue, centros hospitalarios, o en casas de habitación, utilizando en todo momento el equipo de protección personal respectivo, bolsas de embalaje y cofres completamente sellados. Queda completamente prohibido la apertura o cambio de cofre”, detalló.
Asimismo, añadió que si la familia desea realizar cremación, debe quedar validada esa posibilidad por parte del patólogo en el certificado de defunción, por el mismo profesional que lo emitió.
Por su parte, Gloriana Carvajal, gerente de mercadeo de la funeraria Valle de Paz, detalló que los encargados de retirar el cuerpo cuando se indica que es por covid-19, deben portar un kimono especial, gabacha, guantes, protector facial y botas.
En el caso de las salas de velación y los crematorios están disponibles durante las 24 horas; mientras que los camposantos tienen un horario de 8 a. m. a 5 p. m.
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Dos horas para habilitar nicho
En el caso de los cementerios públicos, la habilitación del nicho puede demorar unas dos horas.
Mileidy Jiménez, funcionaria de la gerencia de Desarrollo Social, de la Junta de Protección Social, (JPS), explicó que en el caso de los cementerios General y Metropolitano que ellos administran, los horarios se mantienen de 8:15 a. m. a 5 p. m. de lunes a domingo.
En las oficinas se atiende hasta las 3 p.m. de lunes a sábado y los domingos y feriados hasta la 1 p. m.
Según dijo, se estableció un plan de contingencia en caso de requerir ampliar el horario de atención en la parte administrativa.
“El proceso en los cementerios se reduce básicamente en atender los protocolos emitidos por el Ministerio de Salud. La persona que viene a realizar el trámite administrativo para el registro del difunto y el pago de los derechos de funeral, así como los acompañantes deben atender el protocolo”, explicó.
La persona debe presentarse con al menos dos horas de anticipación a realizar el trámite, indispensable el uso de careta, mascarilla y el lavado de manos al ingreso.
El nicho se habilita en un plazo máximo de 2 horas y la inhumación no puede pasar de las 24 horas tras el fallecimiento.
La funcionaria dijo que en estos dos meses han visto un aumento “significativo” de entierros, situación que los ha obligado a estar más atentos en los implementos de protección obligatorios para sepultar personas por covid-19.
Al ingresar a los cementerios se pide a los dolientes que la inhumación sea de inmediato y se cierre el nicho en seguida. Ya no se brinda espacio para despedidas o rituales religiosos.
¿Qué hacer si la persona fallece en la casa?
Los lineamientos emitidos por Salud establecen que el primer paso al percatarse que una persona con covid-19 fallece en el domicilio es llamar al 9-1-1 o el 1322.
Al lugar, será despachado personal de respuesta primaria (Cruz Roja, Fuerza Pública, Organismo de Investigación Judicial o Bomberos), quienes realizarán la valoración inicial para determinar las características del deceso.
No obstante, la Policía Judicial, han explicado que ellos no levantan cuerpos de fallecidos por covid-19, porque no hay delito qué investigar.
Los familiares o encargados deberán contactar a un médico particular para que realice el certificado de defunción y posteriormente continuarán con los arreglos fúnebres para la disposición final del cadáver.
El médico regente de la funeraria, como parte de la oferta de servicios funerarios, también podrá realizar el certificado de defunción registrado mediante el Sistema Declaración de Defunción en Línea (Plataforma digital SEDIMEC).
Si la familia no puede costear los gastos del médico certificador o la funeraria, en el 1322 le asignará un médico de la localidad para ese trámite y desde esa línea también se puede realizar la coordinación con el IMAS para la asignación de un beneficio económico para los servicios funerarios.
Los lineamientos especifican que en estos casos “el cadáver debe ser manipulado exclusivamente por los empleados de la empresa funeraria que cuenten con el equipo de protección personal indicado para este fin. No debe ser manipulado por ningún familiar o persona externa, esto con el fin de evitar contaminación o contagio a otras personas”.
Además, desde el momento del fallecimiento, el cuerpo debe mantenerse en aislamiento hasta que llegue el personal del centro funerario con el equipo de protección personal
La funeraria también será la encargada de embalar el cuerpo en el hogar, en las bolsas de seguridad.
Posteriormente, añade el documento de Salud, el propietario de la vivienda tendrá que desinfectar por completo la habitación donde el paciente estuvo aislado y todos los lugares en donde este estuvo, utilizando mascarillas, guantes y lentes de seguridad, y se debe limpiar toda la superficie del lugar con una solución de hipoclorito sódico al 0,5% o etanol entre 60° y 70°.
Despedida a la distancia
Las herramientas tecnológicas no solo se han convertido en aliados para la educación o el teletrabajo, sino que también son utilizadas para unir corazones dolidos en el momento de la despedida.
Así lo contó Gabriel Dávila, jefe comercial de la Funeraria del Magisterio, quien despidió a su abuelita y arregló un funeral por zoom para que sus tíos pudieran darle el último adiós a su madre desde Estados Unidos.
Según contó, esta herramienta comienza a ser cada vez más utilizada en personas que por la distancia o en ocasiones por el mismo aislamiento a causa del virus no pueden participar del último adiós.
“Varios de los hijos de mi abuelita estaban en Estados Unidos, entonces lo que hicimos fue la transmisión de la velación y el entierro, armamos un enlace, donde los familiares se conectaban, hicimos la transmisión de la misa en la sala de velación, las personas hablaron, se hizo un video conmemorativo, se hicieron entrevistas a las personas (...) fue una experiencia muy bonita, lo agradecieron montones, porque eran cuatro hijos y no podían venir al funeral de la mamá”, contó.