Los topes permitidos al ruido en las noches serían más restrictivos concluidas las revisiones que realiza el Ministerio de Salud de la normativa vigente. Así lo informó la Defensoría de los Habitantes, este jueves, en referencia a las quejas ciudadanas que suele recibir por ese motivo.
La Defensoría indicó en un comunicado de prensa que, a octubre, había recibido 111 denuncias por ruido elevado principalmente de vecinos de localidades de San José, Alajuela, Puntarenas y Guanacaste.
Según la entidad, Salud se encuentra en proceso de revisión de observaciones a un proyecto por el cual se propone modificar la normativa vigente en Costa Rica, con el fin de alinearla con los parámetros de ruido recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para zonas residenciales, el plan fijaría como parámetro permitido en horario nocturno un límite de 40 decibeles (dB) que es la unidad que se utiliza para medir la intensidad del sonido y otras magnitudes físicas.
El Reglamento para el Control de Contaminación por Ruido de Salud hoy permite hasta 45 dB para fuentes sonoras situadas en zonas comerciales, industriales y también residenciales.
Sin embargo, la normativa en revisión tendría otros aspectos que, según la Defensoría, deben ser mejorados como por ejemplo incluir un artículo sobre el control de ruido generado en construcciones, en concordancia con lo estipulado hoy en el artículo 19 del Reglamento.
Según ese artículo, en zonas de tranquilidad como hospitales, clínicas, centros de salud mental y tribunales de justicia hoy no está permitido emitir cualquier ruido innecesario, inesperado o inusitado. Para la Defensoría, las construcciones deberían ser reguladas en la misma línea.
En ese sentido, la Defensoría remitió a las autoridades del Ministerio de Salud un informe técnico que plantea observaciones específicas a la normativa para tener un mayor control de la contaminación por ruido en el país.
El ruido es una perturbación del ambiente que constituye una de las principales amenazas a la calidad de la vida de las personas, dado que puede disminuir la eficiencia del trabajo e incrementar la tensión en las personas afectadas.
Por citar un caso, en marzo de 2022, una residente del centro de Heredia hizo huelga de hambre frente a la Municipalidad para exigir el control del ruido en los bares que se instalaron en el barrio, en el cualt tenía cinco décadas de vivir. Su molestia, explicó en aquel momento era por el nivel de “ruido y desorden”.